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Gaza, la tumba del periodismo

Por Anthony Bellanger*

Secretario general de la Federaci贸n Internacional de Periodistas (FIP)**


La historia solo ser谩 clemente con los testigos. En Gaza, recordar谩 el nombre de Anas al-Sharif, joven reportero de Al Jazeera asesinado el 10 de agosto de 2025, y los de los otros 222 periodistas asesinados en dos a帽os por el ej茅rcito israel铆. Quienes decidieron eliminarlos quedar谩n condenados para siempre.

Anthony Bellanger, secretario general de la Federacion Internacional de Periodistas. Foto: Fred Moreau de Bellaing



Desde hace casi dos a帽os, Gaza es el territorio m谩s peligroso del mundo para ejercer nuestra profesi贸n. Israel proh铆be el acceso a los periodistas extranjeros. La verdad recae exclusivamente en los reporteros palestinos, casi todas las cuales son miembros del Sindicato de Periodistas Palestinos, afiliado a la FIP. A menudo trabajan sin protecci贸n, sin refugio para sus familias. Y con demasiada frecuencia son blanco directo de los ataques.

Nunca antes la profesi贸n hab铆a sufrido una masacre semejante. La Federaci贸n Internacional de Periodistas, fundada en 1926 y que celebrar谩 su centenario en Par铆s en mayo de 2026, no ha registrado ning煤n balance comparable, ni durante la Segunda Guerra Mundial, ni en Vietnam, ni en Siria o Irak. Gaza se ha convertido en el peor cementerio de periodistas de la historia contempor谩nea.

No se trata de una serie de tragedias accidentales. Es una estrategia: matar a los testigos, cerrar Gaza, bloquear la informaci贸n. Impedir la entrada de la prensa internacional es silenciar a los observadores independientes. Y en un momento en el que el primer ministro israel铆, Benjamin Netanyahu, promete «recolonizar» Gaza, controlar la informaci贸n se vuelve tan crucial como controlar el territorio. Colonizar tambi茅n significa borrar las ruinas, los muertos, los supervivientes y quienes los cuentan.

Desde la frontera norte hasta la ciudad de Gaza, cientos de miles de habitantes se han visto obligados a huir hacia el sur. Pero ese sur no es un refugio: no ofrece seguridad ni salida. Las familias se api帽an all铆, atrapadas entre las bombas y el mar, sin posibilidad de escapar de la guerra. Esta realidad de asedio total es tambi茅n la de los periodistas, condenados a trabajar encerrados en un enclave donde la supervivencia se vuelve cada d铆a m谩s improbable.

En este contexto, el reconocimiento del Estado de Palestina por un n煤mero cada vez mayor de pa铆ses en la ONU tiene un valor simb贸lico. Pero llega muy tarde. No protege a los vivos ni hace justicia a los muertos. La diplomacia alcanza a la Historia, pero despu茅s de lo irreparable.

¿Qui茅n protege entonces a estos testigos? Ni la ONU, paralizada, ni las grandes potencias, c贸mplices por sus entregas de armas y su silencio. Los periodistas palestinos contin煤an solos con su misi贸n, hasta el agotamiento. Hasta la muerte.

La FIP, por su parte, act煤a sobre el terreno. Apoya directamente a los reporteros y a sus familias gracias a su Fondo Internacional de Seguridad. Cuenta la vida cotidiana de sus compa帽eros y compa帽eras, Sami, Gharda y los dem谩s, para que su cruel realidad no se reduzca a cifras. Y lleva varios a帽os reclamando una Convenci贸n Internacional de las Naciones Unidas que obligue a los Estados a proteger a los periodistas y a sancionar a sus asesinos. Mientras no exista esta convenci贸n, la impunidad seguir谩 imperando y protegiendo a los dirigentes israel铆es.

Un recordatorio esencial, repetido desde hace a帽os por la FIP a los periodistas y trabajadores de los medios de comunicaci贸n titulares de la tarjeta de prensa internacional: «Ning煤n reportaje vale la vida de un ser humano». No es un eslogan: es una regla de supervivencia. La misi贸n de los periodistas no es morir como m谩rtires, sino dar testimonio en condiciones de seguridad. Su protecci贸n es una responsabilidad colectiva. Cada casco, cada chaleco antibalas, cada formaci贸n en seguridad es vital.

En Gaza, muchos se preguntan: «¿qu茅 sentido tiene seguir adelante?». Las pruebas abundan, los testimonios se acumulan y, sin embargo, nada cambia. Pero rendirse ser铆a peor. Porque el silencio es la victoria de los verdugos, que les permitir谩 decir que no ha pasado nada.

Cien a帽os despu茅s de su creaci贸n, la FIP se enfrenta a la prueba m谩s terrible de su historia. Gaza se ha convertido en la tumba del periodismo. Si aceptamos que los reporteros mueran all铆 en medio de la indiferencia, abriremos el camino a otros reg铆menes que, ma帽ana, considerar谩n el asesinato de periodistas como un instrumento habitual de guerra.

Anas al-Sharif no quer铆a morir. Quer铆a informar al mundo, en condiciones de seguridad. Su muerte, y la de nuestros 222 compa帽eros y compa帽eras, nos obliga a ello.

Israel mata a los periodistas. Matar a los periodistas es matar la verdad. Y un mundo sin verdad es un mundo en el que los verdugos reinan sin oposici贸n.



Bruselas, 29 de septiembre de 2025




* Anthony Bellanger es periodista, sindicalista e historiador (PhD) franc茅s y belga. Desde 2015 es secretario general de la Federaci贸n Internacional de Periodistas (FIP), tras haber ocupado el cargo de secretario general adjunto entre 2014 y 2015. Tambi茅n es profesor invitado de periodismo en la Universidad de Mons (B茅lgica).

* Creada en Par铆s en 1926 y con sede en Bruselas desde 1952, la Federaci贸n Internacional de Periodistas, 煤nica organizaci贸n profesional mundial, representa a 600 000 periodistas de 148 pa铆ses de todo el mundo.




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