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Suicidio



TEAM SUICIDIO
Por Livia Diaz
#Xalapa 

El suicidio en Tabasco en 1993 ten铆a tasas similares a las de Jap贸n. Por "tasa" es que de cada cien casi 9 lo hac铆a. ¿Y por qu茅? Fue el motivo del primer reportaje que escrib铆 y lo publicaron en la revista "Portavoz de Tabasco." El director, Audelino Macario, me pregunt贸 qu茅 problema hab铆a visto en #Villahermosa, pues para escribirlo. Y era ese. Que habitantes de Tabasco llenaban las planas de los peri贸dicos. Personas que se hab铆an "desvivido" como dicen ahora.



Tengo que poner dos bemoles, era otro tiempo y todo lo gr谩fico era expl铆cito, lo 煤nico que censuraba la Secretar铆a de Gobernaci贸n eran los pelos y las menciones a Dios por los funcionarios p煤blicos. As铆 que las p谩ginas adem谩s de que chorreaban sangre, eran un buen negocio, una galer铆a completa de los sucesos llenaba docenas de planas a todo color todos los d铆as. Lo que yo no entend铆a es c贸mo, a diario, se mataban tantas personas. Ni por qu茅.
As铆 que me puse a investigar. He dicho que era otro tiempo. Tan diferente que en la Secretar铆a de Salud tuve acceso a toda la informaci贸n relativa a mortalidad y morbilidad en esos a帽os, adem谩s de que no tuve ninguna traba o impedimento para hacer entrevistas y en la Biblioteca m谩s grande y hermosa que he conocido pod铆a estar horas o el d铆a entero trabajando. As铆 que al mismo y al par, sin poderlo impedir, el reportaje fue arrojando datos sobre sectas, ni帽os de la calle y migraci贸n, que le sucedieron.

Los temas interrelacionados ascienden hasta la llegada de los espa帽oles y antes de ellos a las deidades de los pueblos Chol y Maya. Ya era un fen贸meno el sucidio al extremo de que hay una diosa que los acoje, bajo la Ceiba, al lado de los beb茅s que nacieron muertos.

Entre los especialistas que encontr茅, entrevist茅 y consult茅 hab铆an enfermeras investigadoras, psiquiatras, m茅dicos especializados en salud p煤blica. Encontr茅 adem谩s analizando esos peri贸dicos la conexi贸n entre un abuelo que se suicid贸 del que el periodista hab铆a contado que a su vez en esa familia ya lo hab铆an hecho sobrinos, t铆os o uno de sus padres o abuelos. En esos d铆as una persona muy cercana estuvo internada en el IMSS y tambi茅n me cont贸 muchas cosas, pues en su sala hab铆a sobrevivientes de intento de suicido. E, fin, me dije, esto es cr铆tico. Seg煤n mi punto de vista, ocurr铆a tambi茅n a diario en poblaciones en que era recurrente encontrar esas noticias. En esta 茅poca de pareidolia popular, no faltar谩 quien diga "oh si", pero en esa de la que escribo, no era lo m谩s com煤n. La gente nisiquiera 茅ramos conscientes de lo que est谩bamos viviendo ni de lo anormal de nuestro alrededor. Una de ellas es que pr谩cticamente Tabasco era un pantano y en muchos pueblos -donde nunca deja de llover- los pisos se transitan en canoas. Todo esto lo hab铆an registrado las fuentes que consult茅, hay miles de estudios y textos que hablan de depresi贸n por el efecto ambiental, llegu茅 incluso a una investigaci贸n sobre la alimentaci贸n, de unas hormigas que comen cierta planta y luego caminan hasta lo alto de un 谩rbol y se tiran al vac铆o. La investigaci贸n versa sobre el efecto de un hongo de ese alimento que se va anidando en el cerebro de la hormiga y como consecuencia tiene ese comportamiento.

Fue un psiquiatra al que entrevist茅 casi al final el que me hizo ver que iba por un mal camino cada d铆a encontrando m谩s hip贸tesis e intentando entender y escribir de algo que se ramifica tanto como la misma Ceiba bajo la tierra.
 Posteriormente al entregar pr谩cticamente un libro el editor me pidi贸 que lo redujera a 5 p谩ginas y empezara el siguiente. Me dijo Audelino Macario "ahora agarra toda tu investigaci贸n y haces una novela". Y as铆 lo hice. Hasta entonces en el periodismo ya hab铆a estado en oficina de prensa, de ventas de publicidad y en edici贸n. Adem谩s de asistir a Gerardo Unzueta Lorenzana en varias actividades en la revista del Cemos. Nunca hab铆a visto las historias de las personas desde su condici贸n y lo siguiente fue dedicarle a eso m谩s de 20 a帽os.

El reportaje que sigui贸 fue porque al pasar en el transporte, yo ve铆a sobre el techo del mercado unas bolitas que yo pensaba eran palomas, y al acercarme me di cuenta de que eran ni帽os y ni帽as, para mi gran sorpresa, a esos ni帽os les pasaba lo que a los de Brasil en aqu茅llos a帽os, pr谩cticamente los aniquilaba la misma sociedad que los expulsaba de su casa. En esa investigaci贸n encontr茅 que esto ocurr铆a desde los 3 o 4 a帽os de edad. "Ah铆 est谩 la historia. Ah铆 podemos ver por qu茅 la vida no tiene sentido", pens茅. "Alg煤n d铆a lo voy a escribir."









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