Por Thierry Meyssan
Ha sucedido algo que nadie hab铆a previsto. Los partidarios de la guerra generalizada –los straussianos–, expulsados de las instancias dirigentes de Estados Unidos, se han reagrupado en varias organizaciones intergubernamentales. Sorprendiendo a todos, los straussianos est谩n ciertamente presentes en la Uni贸n Europea, pero sobre todo est谩n en la ONU y en el “Grupo de Contacto sobre la Defensa de Ucrania”. Los belicistas controlan instituciones supuestamente consagradas a la paz.
Hace cerca de un a帽o que el presidente Donald Trump trata de poner orden en Estados Unidos. Dejando de lado el concepto de DEI (Diversidad, Igualdad, Inclusi贸n), Trump ha restaurado los principios de igualdad ante la ley y de promoci贸n en funci贸n del m茅rito, ha eliminado de los presupuestos federales los fondos que serv铆an para financiar los gastos imperiales y ahora trata de reorientar las fuerzas armadas hacia su misi贸n fundamental: la defensa del pa铆s.
Al mismo tiempo, todos podemos ver que Trump no logra concretar los acuerdos de paz que esperaba concluir en Ucrania y en Palestina; permite que los europeos se empe帽en en luchar –no por Ucrania sino contra Rusia– y que la coalici贸n de gobierno del primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, se aferre a su programa de creaci贸n de un “Gran Israel”, o sea que siga tratando de anexar territorios que pertenecen a sus vecinos [1].
Pero la gran mayor铆a no est谩 viendo lo m谩s grave. Los straussianos, los disc铆pulos de Leo Strauss que gozaban de la mayor influencia en las administraciones de George Bush hijo, de Barack Obama y de Joe Biden, no est谩n derrotados. M谩s bien se han replegado y han hallado refugio en dos organizaciones intergubernamentales: la OTAN y la ONU.
Al margen de la OTAN, los straussianos han tomado bajo su control el Grupo de Contacto sobre la Defensa de Ucrania (el antiguo “Grupo de Ramstein”), que desde el 9 de septiembre ya no se re煤ne en la base estadounidense de Ramstein (Alemania) ni en la sede de la OTAN en Mons (en Bruselas, la capital de B茅lgica) sino en Londres.
Son los straussianos, con la inteligencia de Kiev, quienes han organizado los vuelos de drones sobre los aeropuertos de varios pa铆ses del oeste y del norte de Europa, empujando despu茅s a la entrega de bater铆as de misiles Patriot a Ucrania por parte de Alemania, luego de haber organizado en secreto el traslado de las primeras bater铆as desde Israel.
Son tambi茅n los straussianos quienes falsificaron los informes del secretario general de la ONU sobre las reuniones del Consejo de Seguridad realizadas del 19 al 26 de septiembre [2]. Al contrario de lo que se dice en esos informes –quienes conf铆an en ellos cometen un grave error–, el Consejo de Seguridad no dio su aval al restablecimiento de las sanciones contra Ir谩n. ¡Ni siquiera ten铆a potestad para hacerlo!
Durante el verano, Alemania, Francia y Reino Unido adoptaron una extra帽a posici贸n com煤n sobre el JCPoA –el acuerdo sobre el programa nuclear iran铆 firmado con Ir谩n durante las negociaciones conocidas como “5+1”. Hay que recordar que Estados Unidos dirigi贸 aquellas negociaciones, supuestamente para poner fin al hipot茅tico programa nuclear militar iran铆 (cuya existencia ni siquiera est谩 demostrada) e impedir que Ir谩n llegase a tener la bomba at贸mica. Despu茅s de una serie de conversaciones, las reuniones se interrumpieron durante todo un a帽o, mientras que Washington y Teher谩n conclu铆an un acuerdo secreto, cuyo contenido sigue siendo desconocido. S贸lo entonces se reanudaron las “negociaciones 5+1”, que terminaron inmediatamente con la firma de un tratado en Viena (el JCPoA). Tambi茅n es importante recordar que China y Rusia, participantes en aquellas negociaciones, atestiguaron, por separado, que no exist铆a en Ir谩n ning煤n programa nuclear de car谩cter militar desde 1988.
El 20 de julio de 2015, el Consejo de Seguridad de la ONU dio su aval al JCPoA, mediante la adopci贸n de la resoluci贸n 2231. Como consecuencia de ello, comenz贸 un proceso de levantamiento progresivo de las sanciones que el Consejo de Seguridad hab铆a impuesto a Ir谩n.
Pero al a帽o siguiente, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania cuestionaban aquel acuerdo argumentando que Ir谩n realizaba investigaciones sobre la fabricaci贸n de misiles que pod铆an ser portadores de armas at贸micas.
En definitiva, el 8 de mayo de 2018, el presidente Donald Trump decidi贸, durante su primer mandato, salir del acuerdo afirmando que aquel documento no hab铆a impedido a Ir谩n fortalecer su poder铆o militar en el Gran Medio Oriente. El 19 de septiembre, Elliott Abrams, el representante del presidente Trump para Venezuela… y para Ir谩n, anunciaba el restablecimiento de las sanciones estadounidenses, supuestamente en virtud del p谩rrafo 11 de la resoluci贸n 2231 (el “mecanismo de snapback”). Obs茅rvese que Washington, Londres, Par铆s y Berl铆n no han tratado nunca de invocar el p谩rrafo 36 del JCPoA, por la simple raz贸n de que habr铆an tenido que reconocer… que no tienen raz贸n.

El ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, reaccion贸 en茅rgicamente ante las mentiras del servicio de prensa de la ONU. Sin cuestionar directamente al secretario general de la ONU, el portugu茅s Antonio Guterres, el ministro ruso lanz贸 una advertencia sobre la presencia de guerreristas dentro de la administraci贸n de la ONU. La delegaci贸n rusa distribuy贸 la carta de Lavrov a todos los pa铆ses miembros de las Naciones Unidas.
Sin embargo, como Ir谩n, China y Rusia han venido repiti茅ndolo durante los 煤ltimos 5 a帽os, el JCPoA est谩 incluido en la resoluci贸n 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU. Por consiguiente, es imposible activar el p谩rrafo 11 de la resoluci贸n e ignorar a la vez los compromisos firmados en el JCPoA [3].
Y los primeros en violar esos compromisos firmados fueron los europeos y Estados Unidos. China ha se帽alado: «Estados Unidos restableci贸 las sanciones unilaterales contra Ir谩n y las ha endurecido constantemente, ha adoptado adem谩s medidas de presi贸n m谩xima. Como consecuencia de ello, Ir谩n no podido beneficiarse con las ventajas econ贸micas que implica el JCPoA y se ha visto llevado a dejar de respetar una parte de sus obligaciones contenidas en el Plan de Acci贸n [el JCPoA].» [4]. A la luz del derecho internacional es indudable que el regreso a las sanciones contra Ir谩n debe considerarse un castigo unilateral contra ese pa铆s y como una medida injusta.
Las consideraciones jur铆dicas que acabamos de mencionar no son argucias. Respetarlas es fundamental para el derecho internacional. Existe una jerarqu铆a de las normas y no se puede activar una disposici贸n de un texto sin activar previamente las de un texto anterior vinculado al que se activa [5].
No cabe duda de que la administraci贸n de las Naciones Unidas falsific贸 las actas de dos reuniones del Consejo de Seguridad, como lo demuestran las minutas de esas reuniones [6]. Esta administraci贸n de la ONU ya no es imparcial, sino que est谩 haci茅ndole el juego a quienes act煤an contra la paz en el Medio Oriente.

En Pek铆n, el vocero del ministerio de Exteriores de China, Guo Jiakun, respondi贸 a las preguntas de la prensa sobre la posici贸n de China ante las alegaciones de Alemania, Francia y Reino Unido. Pero prefiri贸 poner fin al contacto con la prensa cuando se le pidi贸 comentar la falsificaci贸n de las actas sobre las reuniones del Consejo de Seguridad.
Nadie debe creer que los partidarios de la guerra controlan 煤nicamente el servicio de prensa de la ONU. Al d铆a siguiente de la publicaci贸n de los res煤menes falsificados de las reuniones del Consejo de Seguridad, la oficina del secretario general de la ONU emiti贸 una “nota verbal” (Referencia DPPA/SCAD/SCA/4/25(1)) que impon铆a sanciones contra Ir谩n como si esas sanciones hubiesen sido aprobadas [7]. El representante permanente de Rusia, Vassily Nebenzia, se qued贸 estupefacto y redact贸 inmediatamente una carta dirigida al secretario general de la ONU (Referencia S/2025/610), carta que hizo distribuir entre los miembros del Consejo de Seguridad [8].
Estamos ante una situaci贸n en la que el secretario general de la ONU, abandonando la imparcialidad de su funci贸n y los principios del derecho internacional, toma partido por la interpretaci贸n jur铆dica particular de dos Estados que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad: esos dos Estados son Francia y Reino Unido.

Ya en 2016, durante la guerra contra Siria, el segundo m谩s alto responsable de la ONU, el estadounidense Jeffrey Feltman, y su asistente, el alem谩n Volker Perthes, redactaron, en sus oficinas en la sede de la ONU en Nueva York, no un plan de paz sino un plan de capitulaci贸n de Siria [9]. En aquel momento, coment茅 en mi libro Sous nos yeux aquel documento, despu茅s de haberlo analizado para el presidente sirio Bachar al-Assad. Estupefactos, la mayor parte de los historiadores han optado por ignorarlo. Ahora que la Rep煤blica 脕rabe Siria ha sido derrocada por el Reino Unido y Turqu铆a, aquel documento secreto va a divulgarse cuando mi libro se publique en alem谩n.
En 2016, la Organizaci贸n de las Naciones Unidas (ONU), creada en 1948 para «proteger a las futuras generaciones del azote de la guerra», actu贸 en contradicci贸n con su objetivo inicial, tratando de derrocar la Rep煤blica 脕rabe Siria. Aplic贸 el plan A Clean Break: A New Strategy for Securing the Realm (“Una ruptura clara: una nueva estrategia para garantizar la seguridad del reino” [de Israel]) [10], que los straussianos estadounidenses hab铆an redactado, en 1996, para el israel铆 Benyamin Netanyahu. Eso quiere decir que la ONU puede actuar nuevamente en pro de la guerra.
Es probablemente a eso a lo que Donald Trump se refer铆a cuando pronunci贸 su discurso en el 80潞 periodo de sesiones de la Asamblea General, el 23 de septiembre [11]. En efecto, en esa intervenci贸n Donald Trump no critic贸 la ONU en nombre del “excepcionalismo estadounidense” [12], lo que s铆 hicieron tantos otros presidentes de Estados Unidos. Lo que Trump critic贸 fue la no participaci贸n de la ONU en sus esfuerzos de paz en diferentes continentes y ante 7 conflictos diferentes.
Es importante que entendamos lo que est谩 sucediente en este momento: el enemigo ya no es el “T铆o Sam”, pero siguen siendo los straussianos [13], que ahora operan desde la ONU y en el seno del Grupo de Contacto sobre la Defensa de Ucrania. Esos elementos siguen tratando de arrastrarnos a una guerra generalizada, pero ahora lo hacen apoy谩ndose en los sionistas revisionistas israel铆es [14] y en los nacionalistas integristas ucranianos [15].
Ha sucedido algo que nadie hab铆a previsto. Los partidarios de la guerra generalizada –los straussianos–, expulsados de las instancias dirigentes de Estados Unidos, se han reagrupado en varias organizaciones intergubernamentales. Sorprendiendo a todos, los straussianos est谩n ciertamente presentes en la Uni贸n Europea, pero sobre todo est谩n en la ONU y en el “Grupo de Contacto sobre la Defensa de Ucrania”. Los belicistas controlan instituciones supuestamente consagradas a la paz.Hace cerca de un a帽o que el presidente Donald Trump trata de poner orden en Estados Unidos. Dejando de lado el concepto de DEI (Diversidad, Igualdad, Inclusi贸n), Trump ha restaurado los principios de igualdad ante la ley y de promoci贸n en funci贸n del m茅rito, ha eliminado de los presupuestos federales los fondos que serv铆an para financiar los gastos imperiales y ahora trata de reorientar las fuerzas armadas hacia su misi贸n fundamental: la defensa del pa铆s.
Al mismo tiempo, todos podemos ver que Trump no logra concretar los acuerdos de paz que esperaba concluir en Ucrania y en Palestina; permite que los europeos se empe帽en en luchar –no por Ucrania sino contra Rusia– y que la coalici贸n de gobierno del primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, se aferre a su programa de creaci贸n de un “Gran Israel”, o sea que siga tratando de anexar territorios que pertenecen a sus vecinos [1].
Pero la gran mayor铆a no est谩 viendo lo m谩s grave. Los straussianos, los disc铆pulos de Leo Strauss que gozaban de la mayor influencia en las administraciones de George Bush hijo, de Barack Obama y de Joe Biden, no est谩n derrotados. M谩s bien se han replegado y han hallado refugio en dos organizaciones intergubernamentales: la OTAN y la ONU.
Al margen de la OTAN, los straussianos han tomado bajo su control el Grupo de Contacto sobre la Defensa de Ucrania (el antiguo “Grupo de Ramstein”), que desde el 9 de septiembre ya no se re煤ne en la base estadounidense de Ramstein (Alemania) ni en la sede de la OTAN en Mons (en Bruselas, la capital de B茅lgica) sino en Londres.
Son los straussianos, con la inteligencia de Kiev, quienes han organizado los vuelos de drones sobre los aeropuertos de varios pa铆ses del oeste y del norte de Europa, empujando despu茅s a la entrega de bater铆as de misiles Patriot a Ucrania por parte de Alemania, luego de haber organizado en secreto el traslado de las primeras bater铆as desde Israel.
Son tambi茅n los straussianos quienes falsificaron los informes del secretario general de la ONU sobre las reuniones del Consejo de Seguridad realizadas del 19 al 26 de septiembre [2]. Al contrario de lo que se dice en esos informes –quienes conf铆an en ellos cometen un grave error–, el Consejo de Seguridad no dio su aval al restablecimiento de las sanciones contra Ir谩n. ¡Ni siquiera ten铆a potestad para hacerlo!
Durante el verano, Alemania, Francia y Reino Unido adoptaron una extra帽a posici贸n com煤n sobre el JCPoA –el acuerdo sobre el programa nuclear iran铆 firmado con Ir谩n durante las negociaciones conocidas como “5+1”. Hay que recordar que Estados Unidos dirigi贸 aquellas negociaciones, supuestamente para poner fin al hipot茅tico programa nuclear militar iran铆 (cuya existencia ni siquiera est谩 demostrada) e impedir que Ir谩n llegase a tener la bomba at贸mica. Despu茅s de una serie de conversaciones, las reuniones se interrumpieron durante todo un a帽o, mientras que Washington y Teher谩n conclu铆an un acuerdo secreto, cuyo contenido sigue siendo desconocido. S贸lo entonces se reanudaron las “negociaciones 5+1”, que terminaron inmediatamente con la firma de un tratado en Viena (el JCPoA). Tambi茅n es importante recordar que China y Rusia, participantes en aquellas negociaciones, atestiguaron, por separado, que no exist铆a en Ir谩n ning煤n programa nuclear de car谩cter militar desde 1988.
El 20 de julio de 2015, el Consejo de Seguridad de la ONU dio su aval al JCPoA, mediante la adopci贸n de la resoluci贸n 2231. Como consecuencia de ello, comenz贸 un proceso de levantamiento progresivo de las sanciones que el Consejo de Seguridad hab铆a impuesto a Ir谩n.
Pero al a帽o siguiente, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania cuestionaban aquel acuerdo argumentando que Ir谩n realizaba investigaciones sobre la fabricaci贸n de misiles que pod铆an ser portadores de armas at贸micas.
En definitiva, el 8 de mayo de 2018, el presidente Donald Trump decidi贸, durante su primer mandato, salir del acuerdo afirmando que aquel documento no hab铆a impedido a Ir谩n fortalecer su poder铆o militar en el Gran Medio Oriente. El 19 de septiembre, Elliott Abrams, el representante del presidente Trump para Venezuela… y para Ir谩n, anunciaba el restablecimiento de las sanciones estadounidenses, supuestamente en virtud del p谩rrafo 11 de la resoluci贸n 2231 (el “mecanismo de snapback”). Obs茅rvese que Washington, Londres, Par铆s y Berl铆n no han tratado nunca de invocar el p谩rrafo 36 del JCPoA, por la simple raz贸n de que habr铆an tenido que reconocer… que no tienen raz贸n.

El ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, reaccion贸 en茅rgicamente ante las mentiras del servicio de prensa de la ONU. Sin cuestionar directamente al secretario general de la ONU, el portugu茅s Antonio Guterres, el ministro ruso lanz贸 una advertencia sobre la presencia de guerreristas dentro de la administraci贸n de la ONU. La delegaci贸n rusa distribuy贸 la carta de Lavrov a todos los pa铆ses miembros de las Naciones Unidas.
Sin embargo, como Ir谩n, China y Rusia han venido repiti茅ndolo durante los 煤ltimos 5 a帽os, el JCPoA est谩 incluido en la resoluci贸n 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU. Por consiguiente, es imposible activar el p谩rrafo 11 de la resoluci贸n e ignorar a la vez los compromisos firmados en el JCPoA [3].
Y los primeros en violar esos compromisos firmados fueron los europeos y Estados Unidos. China ha se帽alado: «Estados Unidos restableci贸 las sanciones unilaterales contra Ir谩n y las ha endurecido constantemente, ha adoptado adem谩s medidas de presi贸n m谩xima. Como consecuencia de ello, Ir谩n no podido beneficiarse con las ventajas econ贸micas que implica el JCPoA y se ha visto llevado a dejar de respetar una parte de sus obligaciones contenidas en el Plan de Acci贸n [el JCPoA].» [4]. A la luz del derecho internacional es indudable que el regreso a las sanciones contra Ir谩n debe considerarse un castigo unilateral contra ese pa铆s y como una medida injusta.
Las consideraciones jur铆dicas que acabamos de mencionar no son argucias. Respetarlas es fundamental para el derecho internacional. Existe una jerarqu铆a de las normas y no se puede activar una disposici贸n de un texto sin activar previamente las de un texto anterior vinculado al que se activa [5].
No cabe duda de que la administraci贸n de las Naciones Unidas falsific贸 las actas de dos reuniones del Consejo de Seguridad, como lo demuestran las minutas de esas reuniones [6]. Esta administraci贸n de la ONU ya no es imparcial, sino que est谩 haci茅ndole el juego a quienes act煤an contra la paz en el Medio Oriente.

En Pek铆n, el vocero del ministerio de Exteriores de China, Guo Jiakun, respondi贸 a las preguntas de la prensa sobre la posici贸n de China ante las alegaciones de Alemania, Francia y Reino Unido. Pero prefiri贸 poner fin al contacto con la prensa cuando se le pidi贸 comentar la falsificaci贸n de las actas sobre las reuniones del Consejo de Seguridad.
Nadie debe creer que los partidarios de la guerra controlan 煤nicamente el servicio de prensa de la ONU. Al d铆a siguiente de la publicaci贸n de los res煤menes falsificados de las reuniones del Consejo de Seguridad, la oficina del secretario general de la ONU emiti贸 una “nota verbal” (Referencia DPPA/SCAD/SCA/4/25(1)) que impon铆a sanciones contra Ir谩n como si esas sanciones hubiesen sido aprobadas [7]. El representante permanente de Rusia, Vassily Nebenzia, se qued贸 estupefacto y redact贸 inmediatamente una carta dirigida al secretario general de la ONU (Referencia S/2025/610), carta que hizo distribuir entre los miembros del Consejo de Seguridad [8].
Estamos ante una situaci贸n en la que el secretario general de la ONU, abandonando la imparcialidad de su funci贸n y los principios del derecho internacional, toma partido por la interpretaci贸n jur铆dica particular de dos Estados que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad: esos dos Estados son Francia y Reino Unido.

Ya en 2016, durante la guerra contra Siria, el segundo m谩s alto responsable de la ONU, el estadounidense Jeffrey Feltman, y su asistente, el alem谩n Volker Perthes, redactaron, en sus oficinas en la sede de la ONU en Nueva York, no un plan de paz sino un plan de capitulaci贸n de Siria [9]. En aquel momento, coment茅 en mi libro Sous nos yeux aquel documento, despu茅s de haberlo analizado para el presidente sirio Bachar al-Assad. Estupefactos, la mayor parte de los historiadores han optado por ignorarlo. Ahora que la Rep煤blica 脕rabe Siria ha sido derrocada por el Reino Unido y Turqu铆a, aquel documento secreto va a divulgarse cuando mi libro se publique en alem谩n.
En 2016, la Organizaci贸n de las Naciones Unidas (ONU), creada en 1948 para «proteger a las futuras generaciones del azote de la guerra», actu贸 en contradicci贸n con su objetivo inicial, tratando de derrocar la Rep煤blica 脕rabe Siria. Aplic贸 el plan A Clean Break: A New Strategy for Securing the Realm (“Una ruptura clara: una nueva estrategia para garantizar la seguridad del reino” [de Israel]) [10], que los straussianos estadounidenses hab铆an redactado, en 1996, para el israel铆 Benyamin Netanyahu. Eso quiere decir que la ONU puede actuar nuevamente en pro de la guerra.
Es probablemente a eso a lo que Donald Trump se refer铆a cuando pronunci贸 su discurso en el 80潞 periodo de sesiones de la Asamblea General, el 23 de septiembre [11]. En efecto, en esa intervenci贸n Donald Trump no critic贸 la ONU en nombre del “excepcionalismo estadounidense” [12], lo que s铆 hicieron tantos otros presidentes de Estados Unidos. Lo que Trump critic贸 fue la no participaci贸n de la ONU en sus esfuerzos de paz en diferentes continentes y ante 7 conflictos diferentes.
Es importante que entendamos lo que est谩 sucediente en este momento: el enemigo ya no es el “T铆o Sam”, pero siguen siendo los straussianos [13], que ahora operan desde la ONU y en el seno del Grupo de Contacto sobre la Defensa de Ucrania. Esos elementos siguen tratando de arrastrarnos a una guerra generalizada, pero ahora lo hacen apoy谩ndose en los sionistas revisionistas israel铆es [14] y en los nacionalistas integristas ucranianos [15].
