La pobreza sigue teniendo rostro de mujer
Sergio Ferrari
Se帽ales en diversos lugares del planeta indican retrocesos y amenazas contra conquistas feministas. La inquietud crece y las estad铆sticas denuncian.

La Marcha Mundial de Mujeres apuesta al feminismo como fuerza transformadora del mundo. Foto Natalia Blanco, MMM, T煤nez
Las motivaciones de esta ofensiva antifeminista son variadas. Entre otras, la disputa de poder por parte de sectores machistas y patriarcales; competencia ante nuevos roles jer谩rquicos asumidos por mujeres; sentimientos sociol贸gicos de una nueva “marginaci贸n” vividos por hombres j贸venes que creen que los avances en igualdad de g茅nero son un ataque a sus derechos y privilegios.
La ofensiva antifeminista trata de restarle fuerza, adem谩s, a la denuncia de que la pobreza extrema en cualquier situaci贸n social tiene rostro de mujer: aproximadamente un 10%, porcentaje que no ha mejorado desde 2020. De no modificarse sustancialmente esta tendencia, en 2030 unos 351 millones de mujeres y ni帽as sufrir谩n el flagelo de la pobreza y una de cada tres en edad de procrear podr铆a padecer anemia, enfermedad “social” que disminuye la energ铆a y atenta contra la salud integral. (https://www.unwomen.org/es/
En 2024, la probabilidad de que las mujeres pasaran hambre fue mayor que la de los hombres: 26,1% versus 14,2%. En t茅rminos de seguridad alimentaria, esta diferencia signific贸 64 millones de personas. Las mujeres tambi茅n padecen casi tres a帽os m谩s de vida de mala salud que los varones. Estos datos se agravan debido a la realidad cotidiana de las mujeres, quienes habitualmente asumen una mayor carga de trabajo de cuidados no remunerados que los varones y adem谩s quedan excluidas de la propiedad de la tierra, las finanzas y los empleos decentes. Es decir, se les niegan las herramientas necesarias para prosperar. Seg煤n ONU Mujer, en 2024, dos mil millones de mujeres y ni帽as carecieron de acceso a toda forma de protecci贸n social, sin duda una brecha de g茅nero que se profundiza cada vez m谩s en el mundo entero (https://news.un.org/es/story/

Ni una menos un movimiento que naci贸 en Argentina y se expandi贸 mundialmente contra los feminicidios y la violencia de g茅nero. Foto Indymedia, Argentina
Antifeminismo, movimiento reaccionario
En un art铆culo del 19 de octubre en el cotidiano progresista suizo Le Courrier, la periodista Dominique Hartmann, redactora de la secci贸n Igualdad, sostiene que “El antifeminismo ya no es un fen贸meno difuso, sino un aut茅ntico contramovimiento social”, y a continuaci贸n entrevista a la historiadora Alix Heiniger, miembro del consejo editorial de la revista Nouvelles Questions F茅ministes (NQF).
Para Heiniger, uno de los elementos de esta ofensiva antifeminista consiste en la diluci贸n de las cuestiones de g茅nero en la gobernanza global, fundamentalmente mediante la eliminaci贸n de palabras claves. T茅rminos como “derechos reproductivos y sexuales”, por ejemplo, est谩n desapareciendo gradualmente de los textos pol铆ticos y legales con el argumento de que los mismo solo sirven a una agenda LGBTQI+ “radical”. “Las armas del antifeminismo son m煤ltiples”, enfatiza Heiniger, de all铆 la necesidad urgente de “armarnos intelectual y colectivamente” para hacerle frente.
Cuando llega el momento de describir el antifeminismo, Heineger propone “hablar de antifeminismos, en plural”, pues en realidad se trata de la convergencia de numerosos grupos de diferentes edades y motivaciones y con objetivos espec铆ficos: masculinistas, movimientos por los derechos de los padres, incels (varones que culpan a las mujeres feministas por su celibato), entre otros. Sin embargo, comparten la visi贸n de que la igualdad entre los diversos grupos sociales de g茅nero ya existe, y que lo que est谩 en juego ahora es la recuperaci贸n del “equilibrio”. “En realidad, alega Heineger, “sabemos muy bien que [la igualdad] no es un hecho, ni para las mujeres ni para las personas LGBTIQ+”. Y que la b煤squeda de este mentado “equilibrio” es, en realidad, la manera como el antifeminismo “opera a trav茅s de un contra discurso reaccionario” para impedir o revertir la igualdad entre g茅neros.
¿Por qu茅? Sencillamente, porque su objetivo primordial consiste en “preservar el poder del grupo social masculino sobre el femenino”, y esto se logra haciendo “retroceder los logros del feminismo”. Esta es la raz贸n por la que, desde principios de la d茅cada de los 90, el masculinismo haya funcionado como un movimiento de oposici贸n al feminismo. A partir del a帽o 2000, el Internet le asegur贸 un relieve notable al posibilitar que muchas personas expresen desde el anonimato opiniones te贸ricamente punibles con total impunidad debido a leyes muy dif铆ciles de aplicar. Para Heineger, el saldo negativo es innegable debido a que el lenguaje y los actos de violencia en la WEB tienen repercusiones directas en el 谩mbito social y pol铆tico.
Como se帽ala Heineger, los partidos conservadores de derecha han sacado provecho de este contra discurso. Concretamente, se apoyan en 茅l para denunciar “la igualdad de g茅nero como perjudicial para la familia, pero tambi茅n para la naci贸n”. Se trata de una ofensiva, fundamentalmente, contra los derechos de la mujer en el 谩mbito de la sexualidad humana, como el derecho a consentir y a decidir en cuestiones de procreaci贸n. Desde la elecci贸n de Donald Trump, por ejemplo, esta ofensiva gradual ha estado impactando las mismas pol铆ticas de salud p煤blica en el Sur Global, donde las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) deben abstenerse de hablar abiertamente, entre otros temas, del aborto, cuando tratan de obtener financiamiento.
¿C贸mo se puede combatir el antifeminismo?”, se pregunta Heineger. Su respuesta: mediante la investigaci贸n y el conocimiento. En otras palabras, “una feminista informada vale por dos”. “Debemos armarnos de conocimiento”, insiste, “para comprender estos mecanismos que generan violencia y malestar, y as铆 comprender mejor el mundo que nos rodea, sobre todo porque constantemente surgen nuevas estrategias” contra el feminismo.

Las mujeres organizadas con su movilizaci贸n en las calles siguen defendiendo sus derechos y conquistas y confrontan las nuevas tendencias antifeministas. Foto Marcha Mundial de Mujeres, Brasil
Blindar el aborto como derecho constitucional
El mismo d铆a que Le Courrier circul贸 esta entrevista, el cotidiano espa帽ol El Pa铆s public贸 a doble p谩gina un an谩lisis con el t铆tulo “La Revoluci贸n antifeminista avanza tras d茅cadas de mejoras en igualdad”. Y un subt铆tulo: “Espa帽a intenta blindar el aborto en la Constituci贸n como ya ha hecho Francia”.
“La historia jam谩s avanza en l铆nea recta”, afirma el an谩lisis del peri贸dico espa帽ol. “Tampoco la del feminismo”. Desde hace m谩s de una d茅cada y al calor de la ola reaccionaria que recorre el mundo, se multiplican los recortes a los derechos de la mujer tambi茅n en el Sur Global y tras a帽os de avances hacia la igualdad. “Ocurre en reg铆menes pol铆ticos y culturales alejados [geogr谩ficamente] que est谩n actuando contra la diversidad”, argumenta el an谩lisis, “de los EE UU de Trump, a la Argentina de Milei, la India de Modi o las m谩s cercanas Italia, Hungr铆a o Polonia”. Pero naciones como Francia o Espa帽a est谩n oponiendo resistencia a esta ofensiva y justifican, por ejemplo, la inclusi贸n del aborto en sus constituciones “como ant铆doto a este fen贸meno impulsado por el auge de la ultraderecha”.
“En la mayor铆a de los pa铆ses, el movimiento de extrema derecha va acompa帽ado de pol铆ticas, entre comillas, de promoci贸n de la familia, con un modelo que no tiene nada que ver con las familias diversas e igualitarias”, reflexiona Cristina Gallach, exsecretaria general adjunta de Naciones Unidas y exsecretaria de Estado de Asuntos Exteriores de Espa帽a. “Tambi茅n est谩 vinculado”, agrega Gallach, “con un retorno a los valores tradicionales m谩s religiosos y con cortar el acceso de la mujer al mercado laboral” adem谩s de negar los derechos sexuales reproductivos. Desde la perspectiva de esos pa铆ses, “El lugar de la mujer es la casa con los hijos”.
Aunque este proceso empez贸 hace diez o quince a帽os, afirma el an谩lisis del peri贸dico espa帽ol, el regreso en enero pasado de Donald Trump a la Casa Blanca constituye un s铆mbolo de la fortaleza de este movimiento. Una de sus primeras decisiones consisti贸 en firmar un decreto para retirar de los organismos del Gobierno de Estados Unidos cualquier declaraci贸n, regulaci贸n o mensaje que “promueva o inculque la ideolog铆a de g茅nero”. En la actualidad, sostiene el art铆culo, partidos nacional-populistas afines a Trump alcanzan una posici贸n muy alta en las encuestas en los principales pa铆ses de Europa occidental: Francia, Alemania y Reino Unido. Y en Italia gobierna Giorgia Meloni, una primera ministra heredera del posfascismo. La paradoja, concluye el art铆culo, es que, en muchos casos, estos movimientos considerados como punta de lanza de la contrarrevoluci贸n antifeminista, son liderados por personalidades pol铆ticas como Marine Le Pen en Francia o Alice Weidel en Alemania, es decir, mujeres que se ha impuesto en partidos muy masculinos.

Stop los feminicidios. Slogan muy presente en las movilizaciones feministas de toda Europa. Foto Solidarit茅s CH
La violencia de g茅nero en Europa
En los pa铆ses de la Uni贸n Europea (UE), cerca del 30% de las mujeres ha vivido situaciones de violencia f铆sica, amenazas y/o violencia sexual a lo largo de su vida. Un 13% sufri贸 violencia f铆sica o amenazas sin violencia sexual; un 17%, violencia sexual. Se trata de constataciones de la 煤ltima encuesta gestionada por Eurostat, la agencia de los Derechos Fundamentales de la UE, y el Instituto Europeo de Igualdad de G茅nero. Publicada el segundo semestre de 2024, la misma entrevist贸 a 114.013 mujeres de 18 a 74 a帽os de edad (https://eige.europa.eu/
Seg煤n esta encuesta, violencia de g茅nero refiere a cualquier forma de violencia dirigida contra una persona por raz贸n de su g茅nero. Puede manifestarse de distintas maneras: f铆sica (como el feminicidio), sexual (como la violaci贸n o el acoso sexual), psicol贸gica o econ贸mica, y producirse tanto en el 谩mbito p煤blico como en el privado. Un ejemplo es la violencia dom茅stica, que ocurre dentro del entorno familiar o entre c贸nyuges o parejas actuales o anteriores. A menudo, este tipo de violencia la ejercen familiares cercanos o parejas 铆ntimas.
Los t茅rminos “violencia de g茅nero” y “violencia contra las mujeres” suelen utilizarse indistintamente, ya que, generalmente, los actos de violencia de g茅nero los cometen los varones contra las mujeres. En s铆ntesis, esta forma de violencia se vincula con desequilibrios de poder entre los g茅neros y es un fen贸meno complejo influido por estructuras sociales y culturales, as铆 como por normas y valores arraigados. Pr谩cticas como la mutilaci贸n genital femenina, el matrimonio forzado o la difusi贸n no consentida de contenidos sexuales 铆ntimos, se consideran formas de explotaci贸n sexual. Adem谩s, los ciberdelitos, como el ciberacoso, el acecho en l铆nea o la incitaci贸n a la violencia o al odio a trav茅s de Internet, tambi茅n se clasifican como formas de violencia de g茅nero.
Los pa铆ses de la UE con los 铆ndices m谩s altos de violencia de g茅nero son Finlandia, Suecia y Hungr铆a. En Finlandia, el 57% de las mujeres encuestadas afirm贸 haber sufrido violencia de g茅nero; un 37%, haber sido v铆ctima de violencia sexual. En Suecia, m谩s de la mitad de las mujeres (52%) reconoci贸 haber padecido alg煤n tipo de violencia de g茅nero; un 41%, violencia sexual. En Hungr铆a, el 49% de las participantes se identific贸 como v铆ctimas de violencia de g茅nero (17%, sexual; 31%, f铆sica). Sin embargo, se帽ala la encuesta, las comparaciones entre pa铆ses deben hacerse con cautela porque la percepci贸n de conducta perjudicial o inaceptable, as铆 como del grado de conciencia y reconocimiento de los distintos tipos de violencia, puede variar entre los Estados miembros.

La igualdas se construye desde la diversidad. Afiche de la ONU Mujeres
Los esfuerzos institucionales de la Uni贸n Europea por confrontar este flagelo, si bien permanentes, de todos modos, parecen insuficientes. La tercera semana de octubre, el Parlamento Europeo (poder legislativo de la UE) resolvi贸 analizar las medidas y los avances en el combate contra la violencia de mujeres y ni帽as, con especial atenci贸n a la explotaci贸n de la maternidad. “La violencia contra mujeres y ni帽as”, afirmo el Parlamento, “persiste como una de las m谩s graves violaciones de derechos humanos en Europa”. Mediante una resoluci贸n del 9 de octubre, el Parlamento reiter贸 su compromiso con los derechos de la mujer y la igualdad de g茅nero, celebr贸 la hoja de ruta de la Comisi贸n sobre derechos de la mujer y respald贸 la declaraci贸n de principios para una sociedad igualitaria (https://www.europarl.europa.
En 2024, el Parlamento hab铆a aprobado la primera normativa contra la violencia de g茅nero, con medidas para la prevenci贸n de violaciones y una mayor concientizaci贸n del consentimiento. Adem谩s, la confirmaci贸n de la criminalizaci贸n del matrimonio forzado y de la mutilaci贸n genital femenina en la UE, as铆 como la prohibici贸n de informaci贸n privada en Internet sin consentimiento por consider谩rsela “exhibicionismo cibern茅tico” (https://www.europarl.europa.
A pesar de los esfuerzos institucionales y parlamentarios en uno y otro rinc贸n del planeta, los antifeminismos en sus diversas modalidades contin煤an promoviendo una ofensiva de peso. Siempre de la mano de propuestas pol铆ticas ideol贸gicamente conservadoras y negacionistas que pretenden dictar las leyes universales de la existencia humana. En particular, en un Occidente donde, gracias a su innegable poder econ贸mico y su conservadurismo religioso, tambi茅n insisten en dictar los mandamientos de una nueva moral y las reglas de la “familia perfecta”.
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| Respeto, m谩s tiempo a disposici贸n e igualdad salarial con los hombres. Reivindicaciones de la movilizaci贸n feminista en Suiza en junio 2025. Huelga Feminista |

