Con un puro en la boca y sujetando la bandera preconstitucional, el agresor toca en varias ocasiones los pechos de dos activistas de Femen que se manifestaban contra la exaltaci贸n de la dictadura. Sucede ante las c谩maras y a las puertas de una misa en honor al dictador en Madrid, con la connivencia del resto de asistentes a la ceremonia, que tolera lo que est谩 pasando. Para que el peso de la ley caiga sobre el agresor, es necesario que las v铆ctimas denuncien. Un delito que tiene una pena de uno a tres a帽os de prisi贸n o multa si se considera una actuaci贸n leve. La prensa fue testigo tambi茅n de los insultos que recibieron las mujeres, mientras pidieron que no las tocasen. Tras la protesta, que apenas dur贸 unos minutos, las mujeres se marcharon sin que nadie desautorizara al agresor.
