Los Montes de Toledo albergan más de 600 especies de líquenes, una de las mayores diversidades de España

@anibalclm / Ciudad Real, 13 nov (EFE).— Los Montes de Toledo, que se distribuye por las provincias de Ciudad Real y Toledo, albergan una de las mayores diversidades de líquenes de la península Ibérica, con un total de 614 especies identificadas, lo que representa más de una quinta parte de todas las registradas en el territorio nacional.
Un trabajo de campo en más de 120 localizaciones
Así lo han destacado este jueves a EFE Gregorio Aragón, investigador del Instituto de Investigación en Cambio Global de la Universidad Rey Juan Carlos, y Gil Fernando Giménez, guía del Parque Nacional de Cabañeros (Tragsa), quienes han coordinado un trabajo de investigación basado en analizar más de 120 localizaciones que han permitido documentar una amplia variedad de líquenes en diferentes sustratos, altitudes y tipos de vegetación.
Los investigadores subrayan que los líquenes, organismos resultantes de la simbiosis de hongos con algas unicelulares, son excelentes bioindicadores ambientales, ya que absorben directamente del aire agua, nutrientes y contaminantes. Su presencia o ausencia permite evaluar el grado de contaminación atmosférica y el estado de conservación de los ecosistemas.
Más de 600 especies repartidas por árboles, suelos y rocas
En concreto, se han identificado 303 especies epífitas (sobre árboles y arbustos), 102 terrícolas (en suelos desnudos) y 324 saxícolas (sobre rocas).
Los autores destacan que esta riqueza se debe a la gran variedad de ambientes y condiciones ecológicas de esta zona del centro peninsular. Factores como la altitud, la orientación, la humedad o la naturaleza del sustrato actúan como filtros naturales que favorecen o limitan la presencia de determinadas especies de líquenes.
Contrastes ecológicos: de zonas húmedas a laderas soleadas
En las zonas más elevadas y húmedas aparecen especies propias de regiones más frías, como Umbilicaria spodochroa o Pleopsidium chlorophanum, mientras que en las laderas soleadas predominan líquenes como Acarospora hilaris y Rhizocarpon geographicum, que tiñen las rocas de amarillos y verdes.
Los líquenes también colonizan distintos tipos de roca: desde las cuarcitas y pizarras ácidas, con especies como Aspiciliella intermutans o Squamulea subsoluta, hasta las calizas cámbricas de Los Navalucillos, que albergan una comunidad especialmente diversa con especies como Diplotomma hedinii, Gyalolechia fulgens o Verrucaria nigrescens.
Suelos húmedos y sombreados: un refugio natural
Los suelos húmedos y sombreados próximos a los cursos de agua son especialmente ricos para encontrar este tipo de organismos, y en ellos se pueden observar especies de los géneros Peltigera y Cladonia. En cambio, los terrenos más secos y soleados albergan líquenes como Lepraria rigidula o Cladonia pulvinata.
Las especies epífitas —las que viven sobre troncos y ramas— son las más sensibles a la contaminación y a las alteraciones del uso del suelo. Las prácticas agrícolas y forestales intensivas pueden reducir su diversidad, favoreciendo especies más tolerantes como Xanthoria parietina o Candelaria concolor, han señalado los investigadores.
Dehesas y bosques maduros: refugios de biodiversidad
Sin embargo, en las dehesas bien conservadas y los bosques maduros no gestionados se mantiene una elevada riqueza, con especies de gran valor como Lobaria scrobiculata, Fuscopannaria mediterranea o Pectenia plumbea, indicadoras de ecosistemas forestales estables y bien conservados.
Gregorio Aragón y Gil Fernando Giménez han afirmado que su estudio resulta fundamental para una gestión forestal sostenible y para comprender cómo los cambios climáticos y de uso del suelo afectan a la biodiversidad.
“Los Montes de Toledo albergan una de las mayores diversidades liquénicas del centro peninsular, un patrimonio natural que refleja el buen estado de conservación de sus ecosistemas”, han concluido. EFEverde
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