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Sáhara Occidental sin voz ni voto: 50 años

OPINIÓN de Ángeles Sanmiguel

¿De qué sirve la renovación por un año de la Minurso (Misión  de las Naciones Unidas por el Referéndum  del Sáhara Occidental)? ¿Tiempo para colocar las fichas sobre el tablero de la usurpación total? 

Imagen de archivo. 50 años de la Marcha Verde: 350.000 civiles marroquíes entraron en el Sáhara español


“Es el pueblo el que tiene que decidir y no las instancias de la Unión Europea, que si la ONU, que si no sé qué, ¡pero si no hacen nada!”, declara el analista político Alex Corrons.

¿De qué sirve  la intervención  de cualquier organismo narcótico-burocrático ajeno a la realidad de pueblos explotados y usurpados ante manejos premeditados con décadas de antelación? 

“Pensaban que nos rendiríamos al pasar los años pero la paciencia es nuestra principal arma” se escucha en el documental La puerta del Sáhara.

“El pueblo saharaui necesita lo mismo que el pueblo palestino  y que todos los pueblos  oprimidos del mundo, ser libres e independientes de cualquiera que venga  a expulsarles de sus tierras, a robarles sus recursos, a torturarles y a encerrarles en campos de concentración. Vamos, ¡no se está pidiendo ningún milagro! lo que se está pidiendo es que la gente pueda ser libre”, añade Corrons apostillando: “¡Creo que es sencillo!” 

El treinta y uno de octubre del año en curso, nuevamente Naciones Unidas  resolvió acelerar  la ruina del pueblo saharaui. Con la resolución  2797 de 2025, -Rusia y China se abstuvieron en la votación-, se dispone todo para facilitarle a Marruecos el quedarse  con  el Sáhara  Occidental. ¿Qué pasará cuando el treinta y uno de octubre de dos mil veintiséis, dentro de poco menos de un año,  se acabe el mandato de la Minurso?  ¿Llegará el momento de legitimar la propuesta de Rabat (Marruecos) de una autodeterminación parcial? ¿Autodeterminación parcial? ¿Otro artificio de cara a la opinión pública? ¿Otro eufemismo para maquillar autoritarismos y genocidios? 

“En el texto, la opción del referéndum  no desaparece, pero ya no se considera como una condición sine qua non,  sino como una opción”, informa la Federaciòn Anarquista. ¿Cómo catalogar de opción la historia, idiosincrasia e identidad de un pueblo? ¿Cómo permitir  que las altas esferas conviertan el Sáhara Occidental en una abstracción denominada “región autónoma del Sáhara” cautiva de otro país? ¿Por qué tanto interés en impedir que el pueblo saharaui se gobierne en lo religioso, Defensa y Exteriores, entre otros puntos propuestos en la resolución? ¿Qué significa  que contempla la capacidad  del pueblo saharaui en cuestiones de competencias tributarias, económicas, socio-culturales, jurídicas y administrativas? ¿Diezmos y vasallajes  que siempre van de la mano? 

“No puede ser que se hayan perdido tantas vidas para nada, lo importante es que los saharauis tengan su independencia, si no, ir a la lucha” afirma en el citado audiovisual de la cineasta canaria Susi  Alvarado un anciano saharaui. “Mi tierra es mi tierra, aunque esté lejos de ella; y la recuperaremos”.

En dos mil veintidós, “el Gobierno de Pedro Sánchez, de manera unilateral y sin consultarlo  previamente en sede parlamentaria, se posicionó  con Marruecos e inició una nueva etapa  en las relaciones bilaterales con la mirada puesta en la migración”. Un rotundo vuelco hacia la deshumanización del pueblo saharaui convirtiendo  a más de seiscientas mil personas en objeto de trueque, maniobra satisfactoria per in illo tempore en los paraninfos del poder. 

“Si estamos todas de acuerdo  en que Putin es un déspota y que la invasión de Ucrania es un acto criminal, no lo es menos  la invasión del Sáhara. Tampoco es menos dictador  Mohamed VI que otro, sólo por ser aliado de la OTAN”, publica la Secretaría de Exteriores del Comité Confederal del sindicato anarquista español CNT (Confederación Nacional del Trabajo). 

El Sáhara Occidental  exige  el referéndum de autodeterminación  que España  se comprometió  a llevar a cabo. 

Hace cincuenta años, a seis meses de la muerte  del dictador Franco, ya  “se especula que entre Marruecos y Mauritania  se haya llegado  a un acuerdo secreto para el reparto del Sáhara”, según crónica   recopilada por el periodista conquense Jesús de las Heras y el escritor madrileño Juan Villarin.

Hace cincuenta años, el catorce de noviembre  de mil novecientos setenta y cinco, España, Mauritania y Marruecos  firmaron  el Acuerdo Tripartito de Madrid. Promesas, protocolos y pactos todo traficado.  En tal fecha, seis días antes de la muerte del dictador Franco,  España cedía  el territorio saharaui a Marruecos y Mauritania. ¿Dónde quedó  la condición pactada de realizar el referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui?

“¡Sí, podemos! La independencia del Sáhara occidental es posible y necesaria. ¡Noviembre –de dos mil veinticinco- a Madrid! CEAS Sáhara (Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con  el Sáhara)”, difunde la CGT (Confederación General del Trabajo). “La propuesta de autonomía  marroquí… anula el derecho saharaui a existir  como Estado-Nación libre” siendo  apoyada por Donald Trump y “el genocida líder israelí Benjamín Netanyahu”, añade la organización anarcosindicalista. ¿Subyugación, por las buenas o por las malas, apuntándose al atentado la Gorgona venenosa magadófila? 

¿Por qué España  no ha cumplido con la promesa hecha al pueblo saharaui de llevar a cabo el referéndum  de autodeterminación  estipulado por los tribunales internacionales? ¿Tendrá algo que ver  el pago por compensación, durante cuatro años, prometido por Marruecos a España, -o a su egregio representante  oficial-, por no molestar?  

“La resolución de Naciones Unidas había sido clara y terminante: Autodeterminación para el territorio”. La corte de la Haya sentenció  que “Marruecos no tiene ningún vínculo con el Sáhara ni con su gente”, tal como declara una docente saharaui, y tampoco lo tiene Mauritania. 

¿Francia en la pomada y el presidente Giscard d´Estaing,  “compañero” de Hassan II,  interviniendo en la trama del Sáhara Occidental?

Hace cincuenta años, horas antes  de comunicar la muerte del dictador  Franco, “la ciudad de Smara, en territorio saharaui administrado por España, era bombardeada por Marruecos. “En sectores militares  se habla de traición  directa de Juan Carlos al pueblo saharaui y, por extensión, al Ejército español” afirma “Munadil” digital (una de las organizaciones que  apoyan la causa saharaui) donde se lee “Bildu, Sumar y Podemos exigen a Sánchez que rectifique y recupere el apoyo al derecho de autodeterminación  del Sáhara Occidental”. 

¿Qué pasará  cuando el interés marroquí se centre  en el monte submarino Tropic, arsenal de minerales raros, al suroeste de la isla de El Hierro? 

“El párrafo 162 del dictamen de la Corte Internacional de la Haya dice que la forma de resolver el conflicto  es mediante la celebración  de un referéndum de autodeterminación”, especifica Juan Francisco Soroeta, profesor  de Derecho Internacional  Público  de la Universidad del País Vasco, en el documental Sáhara Occidental: Memoria de una resistencia. “Ni Marruecos ni Mauritania  tienen ningún título jurídico  sobre el territorio”.

De ser la provincia cincuenta y tres  del Estado español desde mil novecientos cincuenta y ocho, -el llamado Sáhara Español-, que se  estudiaba en los colegios, que tenía emisión filatélica, que tenía  vehículos matriculados con el acrónimo  SH y que la población nativa poseía DNI (documenta nacional de identidad), ha pasado a ser, tras  cincuenta años, moneda de cambio para una España aún potencia administradora del territorio donde Marruecos ha levantado muros de la “vergüenza” fuertemente militarizados  de más de dos mil setecientos kilómetros.  

Poco más de un año después de la muerte del dictador Franco se proclamaría la República Árabe  Saharaui (RASD) reconocida por más de ochenta y cuatro  países, siendo el primero Madagascar.

¡Hace cincuenta años…!

…“He venido  para saludaros y vivir unas horas con vosotros, con vuestro espíritu, vuestra disciplinan y vuestra eficacia… España cumplirá sus compromisos y tratará de mantener la paz”, declaraba en el Aaiún,  dieciocho días antes de la muerte del dictador Franco, el entonces “Príncipe  de España” Juan Carlos, -actualmente “el emérito”-,  mientras se desarrollaba la Marcha Verde en el Sáhara, tal como rememora el escritor gaditano José Oneto. “Madrid, no cederá al chantaje”. ¿Madrid? ¿No España? “Pero la decisión del Príncipe da un giro de ciento ochenta grados” y, mientras Franco expira, “y oyendo más intereses de grupos  que tienen conexiones con Marruecos que a otros que pretenden llevar  hasta el final los compromisos pactados” el Borbón hace primar los/sus negocios sobre la decisión del dictador quien públicamente concluiría: “El pueblo saharaui es el único dueño de su destino  y nadie tiene derecho a violar su voluntad…El pueblo saharaui es propietario de sus riquezas y recursos naturales”. 

“Marruecos es potencia de ocupación  del Sáhara Occidental” reconoce el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TSJUE) tal como informa el  autor zaragozano Enrique Gómez. 

Han pasado  cincuenta años y el pueblo saharaui sigue martirizado. ¿Cuál será el siguiente movimiento? En los años setenta Hassan II refiriéndose al  “asunto de Ceuta y Melilla”, proclamó que se hibernaría, “por el momento”. ¿Hasta qué momento? ¿El siguiente  al canje?

Hace cincuenta años, trescientos cincuenta mil marroquíes, por orden del monarca alauita,  fueron arrastrados a la denominada Marcha Verde, -de la “liberación”-, faltaban catorce días para la muerte  del dictador Franco. Ese mismo jueves, el Consejo  de Seguridad de la ONU  manifestaba que: “1) Deplora la realización de la marcha. 2) Insta a Marruecos  a que retire inmediatamente a todos los participantes de la marcha del territorio del Sáhara Occidental”.

Hace cincuenta años, los fosfatos saharauis acabaron en manos de Marruecos y Francia  mientras que, posteriormente, a la exministra de Asunto Exteriores  de España, militante del PP, la colaron  en  el consejo  de administración de la nueva administración por la archiconocida puerta giratoria política “con el fin de defender que el territorio del Sáhara Occidental forma parte de Marruecos”. 

Hace cincuenta años ¡en Madrid! se guisaron los ingredientes precisos  en una olla a presión  que pitaba  por  la agonía del nombrado “Generalísimo”. Ahmed Laraki, ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Arias Navarro,  -“el carnicero de Málaga”-, Cortina ministro  de Asuntos Exteriores de España, el secretario general de las Naciones  Unidas, Kurt Waldheim y los ministros de Argelia y Mauritania estuvieron en la cocina contando con el arsénico adobo de Kissinger consejero de Seguridad Nacional estadounidense.

Llegaron los ataques marroquíes  y para sobrevivir las víctimas huyeron de su tierra refugiándose en Argelia, su país defensor. 

Al abordar el tema de la inmigración: ¡Menos lobos ultra-Caperucitas!

Hace cincuenta años, a catorce días de la muerte del dictador Franco,  las tropas españolas   del Sáhara Occidental  quitaron las bombas que unos días antes les habían mandado colocar  en la frontera norte del  entonces Sáhara Español, contentando así al monarca  marroquí. Un año y tres meses después de la muerte del dictador Franco, España abandonó completamente el Sáhara Occidental y hace cinco años, el veinte de noviembre de dos mil veinte, Marruecos  violó el alto el fuego en la franja de Guerguerat, desde entonces la violencia continúa. 

“El presidente Trump ha revelado, una vez más, su deprecio  por el derecho internacional y los derechos humanos básicos  al reconocer oficialmente  la ocupación  criminal y brutal  del Sáhara Occidental por Marruecos” declaraba el filósofo  estadounidense Noam Chomsky en The New York Times. “Ha sido claramente un regalo para Marruecos a cambio de su aceptación de la solicitud de Trump de reconocer la ocupación criminal y brutal por Israel  de Cisjordania palestina”, añade el también lingüista. 

“Lo importante es que los saharauis tengan su independencia, si no, ir a la lucha, los saharauis nunca hemos mendigado”, afirma el mencionado anciano. “Nuestra vida siempre ha sido nuestra tierra, siempre hemos sido gente de ganado, de camellos, de cabras, gente de paz”, añade una mujer sin alegría en la mirada. Hay niños y niñas que viven con familias de acogida en Canarias comunicándose telefónicamente con su familia, escuchando  canciones saharauis y reuniéndose para tomar el té.

En pleno apogeo de su dictadura Francisco Franco  sentenciaría lo que  es un claro aviso de cara a dos mil veintisiete: “Son ministros: yo les mando y ellos obedecen”.   


 

   











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