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Toma nuevamente vigor la teoría de que el magnicidio de Colosio fue un crimen de Estado

 COMENTARIO A TIEMPO 

Por Teodoro Rentería Arróyave


 

La teoría o especulación de que el magnicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato a la presidencia de la República mexicana por el entonces hegemónico Partido Revolucionario Institucional, PRI, fue un crimen de Estado volvió a tener vigencia 30 años después con la detención por segunda ocasión, de Jorge Antonio Sánchez Ortega, en aquel entonces agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, CISEN.

 

Algunos lo señalan como el Presunto Segundo Tirador de Luis Donaldo Colosio, el caso es que según la investigación primaría, Jorge Antonio se encontraba a un costado del entonces candidato presidencial el día de su asesinato, además se le encontró sangre en su chamarra y plomo en sus manos, dio positivo a la prueba de rodizonato, lo que indicó que pudo haber accionado su arma de fuego.

 

Recuérdese que el abogado Miguel Montes, designado Fiscal Especial para la investigación del magnicidio, por la televisión y con ayuda de escenificación virtual quiso demostrar que no hubo un segundo tirador, según su rara explicación, la víctima al recibir el primer tiro en la cabeza su cuerpo por inercia se dio vuelta y Mario Aburto el acusado, sentenciado y purgando condena, hizo el segundo tiro, algo que no ha sido probado fehacientemente.

 

Comenta el diario “El País” que tras tres décadas en el olvido y después de que el caso Colosio se considerase cosa juzgada, el nombre de Sánchez Ortega volvió a colocarse bajo los reflectores desde 2024 gracias a la fiscalía general de la República, y recuerda que al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró en julio de ese año que el Poder Judicial se negaba a emitir una orden de captura contra el antiguo oficial de inteligencia. El líder de Morena insistía que Sánchez Ortega había sido señalado desde hace décadas como segundo tirador en el magnicidio y que había recibido la protección del Estado para no figurar en la investigación.

 

A mayor abundamiento, la FGR y López Obrador han vinculado a Genaro García Luna, el exsecretario de Seguridad de Felipe Calderón en la trama del asesinato de Colosio. Los funcionarios que han dado nuevo oxígeno al magnicidio argumentan que García Luna, que entonces era subdirector de Operaciones del CISEN, tuvo una responsabilidad para “encubrir y sacar -a Sánchez Ortega- de Tijuana de manera urgente”. García Luna fue sentenciado en octubre de 2024 a 38 años de prisión por narcotráfico y delincuencia organizada por la Justicia estadounidense.

 

La fiscalía general de la República, FGR, según los medios, detuvo la tarde del pasado sábado en Tijuana a Jorge Antonio Sánchez Ortega, un exagente del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).

 

Sánchez Ortega ha sido considerado desde hace décadas como el presunto segundo tirador en la escena del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial del PRI en 1994. Las autoridades mexicanas no han revelado los detalles sobre la aprehensión de este fin de semana, aunque versiones de la prensa local indican que obedecía a una orden de aprehensión federal.

 

Con esta detención TOMA NUEVAMENTE VIGOR LA TEORÍA DE QUE EL MAGNICIDIO DE COLOSIO FUE UN CRIMEN DE ESTADO.

 





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