GOBIERNO FACHO LIBERTARIO REANUDA SU OFENSIVA
LA SEMANA POLÍTICA
Sergio Ortiz
Fiestas de Año Nuevo serán pobres, casi como el cuadro de Ernesto de la Cárcova, de 1894
DATOS MATAN RELATO
La situación argentina es confusa y cambiante, confirmando una profunda crisis de bastante tiempo atrás. Y esa confusión se patentizó cuando el gobierno facho seudo libertario perdió por goleada las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre y en cambio ganó los comicios nacionales del 26 de octubre, o sea 50 días después. Ahora, a upa de esa victoria, los círculos oficialistas se dan aires de invencibles. Nos tomamos el trabajo de entrar en el pestilente sitio La Derecha Diario. Ahí vimos que una ignota consultora estadounidense, Morning Consult, aseguraba que la imagen positiva presidencial alcanzó el 56 por ciento en noviembre, frente al 48 de octubre. Es un dato, para tomar con pinza…
Basado en esa inyección de votos, Javier Milei y sus funcionarios han ratificado que cuando asuman los nuevos diputados y senadores, lanzarán una oleada de más “reformas”. El eufemismo encubre más mega ajuste, endeudamiento, entrega de las riquezas naturales y las fuerzas represivas castigando la rebeldía de los sectores afectados. Que el tipo lanzará una nueva ofensiva, aunque con o sin la foto de la motosierra, no caben dudas. Lo que no está claro es si logrará sus objetivos o dejará mechones de su peluca en el intento.
Lo que sí es cierto es que la mayoría de la población tendrá un fin de año sin mucho que celebrar en la llegada del 2026. Las fuentes gremiales y muchas cámaras empresarias reconocen que la actividad económica sigue en recesión, que se vende poco y nada. Y a pesar de esa depre, los precios siguen escalando, como el 25 por ciento de la carne, los aumentos de tarifas de agua, gas, luz y transporte, del orden del 3,5 por ciento en octubre, muy superiores al 2.3 por ciento que midió en general el INDEC (31,3 en los últimos doce meses).
A ese panorama deprimente hay que añadir los datos que mide el Centro de Economía Política Argentina (CEPA). De noviembre de 2023 a agosto de 2025 se cerraron 19.164 fuentes de trabajo, dejando sin empleo registrado a 276.624 trabajadores. Dentro de éstos, 86.982 eran de la administración pública, o sea estatales. Un detalle de color rojo sangre es que las empresas que más despidieron, son las que tienen hasta 500 empleados, o sea grandes. Estas despidieron al 68,15 por ciento del total, a 188.525 laburantes. Se confirma que el enemigo de la clase trabajadora es la gran burguesía y los monopolios, no las Pymes, pequeñas y medianas empresas, también afectadas por la crisis, aunque en un nivel diferente al del obrero. Para terminar con este ajuste y saqueo se debe organizar un frente político y social que englobe también a las Pymes, bajo dirección obrera y los sectores más pobres de la población.
En Navidad y Año nuevo la mesa de la mayoría de los argentinos tendrá menos cosas ricas y regalos que años anteriores. Habrá que brindar por el fin del ajuste y de los ajustadores.
TRUMP, MONOPOLIOS, FMI, JP MORGAN, AEA Y AMCHAM
Aquella decisión de poner el blanco en los monopolios y no en la “burguesía” en general es una vieja discusión política que se reitera hoy en los plenarios de trabajadores y jóvenes. Cristina, la lideresa del peronismo y el aspirante a sucederla, Axel Kicillof, no están de acuerdo en confrontar con los monopolios, personificados en Paolo Rocca (Techint) y Marcos Galperin (Mercado Libre), ambos de AEA, y Facundo Gómez Minujin (JP Morgan y AmCham). El lema desarrollista del peronismo, hoy Fuerza Patria, es “Producción y Trabajo”, repetido por los capitostes de la CGT. Esto supone acuerdos con aquellas centrales del gran empresariado, incluida la UIA, Coloquios de IDEA, Suciedad Rural, COPAL (Ingenio Ledesma y alimentos), mineras, cerealeras, etc.
En aquellos plenarios de trabajadores también se oponen a centrar el golpe en los monopolios algunos luchadores pertenecientes a partidos trotskistas. Para ellos la lucha es contra Milei (lo cual es obvio y justo), pero agregan como enemigos a “los capitalistas, el peronismo y la burocracia sindical”. Lo presencié en el Plenario convocado el 18 de noviembre por el Gremio Químico y Petroquímico de Río Tercero en esa localidad cordobesa.
No es lo mismo el dueño de Techint-Tecpetrol, con 89.000 empleados en todo el mundo y sede en Luxemburgo, que una Pyme de 20 empleados de La Matanza. No es lo mismo Julio de Vido, un ex ministro de Planificación Federal, condenado por la justicia corporativa y preso político en el Hospital de Ezeiza, que el gobernador Osvaldo Jaldo, de Tucumán, peronista con peluca. No es lo mismo ATE, un gremio combativo de Rodolfo Aguiar, perseguido judicialmente por Patricia Bullrich, que Gerardo Martínez, ex buchón del Batallón 601 en la dictadura y secretario de la UOCRA y de la CGT.
Esas dos corrientes políticas diferentes (Fuerza Patria y FITU) deberían leer “Sobre la contradicción”, el sencillo escrito filosófico de Mao Tsé tung. Explica la importancia estratégica de distinguir cuál y quién es el enemigo principal, para unir todas las fuerzas posibles en la lucha y resolver esa cuestión, y luego enfocarse en la etapa siguiente, con otro enemigo central, y así sucesivamente hasta la toma del poder, algo que los de la “Tercera posición” nunca plantearon. Creyeron que con ganar las elecciones, el gobierno y parte del Congreso era suficiente. Así les fue. Así nos va. Cristina presa, condenada y proscripta; Milagro Sala presa desde más de 9 años. Julio de Vido y Guillermo Moreno también condenados. Kicillof pidiendo autorización para endeudar Buenos Aires por 3.000 millones de dólares. La CGT sin sacar ni un comunicado contra la reforma laboral, no digamos preparar paros y huelga nacional ni articular un plan de lucha en defensa de las conquistas históricas del movimiento obrero.
La mayoría de los dirigentes de FP está enfrascada en debates que no importan a millones de argentinos. Elucubran jugadas para el 2027 cuando la suerte del país se juega ahora y el peligro es mortal a manos de los enemigos nombrados: Milei, Caputo, Trump, FMI, capital financiero internacional, cámaras de monopolios, etc.
NO SOMOS EMPANADAS
En las sesiones extraordinarias a partir del 10 de diciembre, la bancada de LLA pondrá en consideración un proyecto de reforma laboral, con apoyo de cómplices de otros espacios. Su idea es aumentar la jornada de trabajo de 8 a 12 horas, abrir un banco de horas para no pagar horas extras, financiar los despidos con aportes del trabajador, privilegiar convenios por empresa y no por actividad, bajar el cálculo de las indemnizaciones por despido, rebajar aportes patronales, terminar con la ultra actividad de los convenios (hoy vigentes hasta que las partes acuerden uno nuevo), fraccionar las vacaciones según convenga al empleador, etc.
El objetivo de dicha reforma no es “modernizar la legislación laboral” y menos aún “crear más empleo”, como mienten los funcionarios y periodistas orgánicos de Clarín, Desinfobae y Gaceta Ganadera (La Nación). Es lamentable que un sector de trabajadores, sobre todo informales, mantenga alguna ilusión al respecto. El objetivo de la reforma es quitar o reducir las conquistas laborales para que el costo de la mano de obra se abarate y ganen más plata los empresarios, sobre todo los grandes. Esa reforma es parte de las exigencias del FMI, la administración Trump, el Tesoro de Scott Bessent y los CEOs de JP Morgan, BlackRock, Morgan Stanley, AmCham, etc.
Un gobierno popular, que no pague la deuda externa ilegal y cobre altos impuestos a las grandes fortunas, para hacer obra pública y plan de viviendas, tendrá que atender a ese trabajo precario, hoy del 42 por ciento. Debe convertirlo en empleo registrado, en el Estado y la órbita privada, con las Pymes, cooperativas, fábricas recuperadas, etc.
De las multinacionales y Washington vino el otro sablazo que no esperará al 10 de diciembre: Acuerdo Comercial de Argentina con EE.UU. Es un tratado donde el imperio manda y el vasallo obedece. Con el sí fácil de Caputo, el canciller Pablo Quirno y el embajador en EE.UU., Alec Oxenford, míster Bessent redactó cláusulas para que los productos industriales “Made in USA”, como autos, máquinas, químicos y un largo etcétera ingresen sin controles, patentes ni aranceles al mercado argentino. No es un acuerdo de iguales sino de una potencia, aún declinante, y un virreinato al que solo le falta besar la bandera de 50 estrellas y 13 barras. Esto destruirá más empleo argentino.
El 20 de noviembre es el día de la soberanía, por la batalla de la Vuelta de Obligado, en 1845. San Martín donó su sable a Juan Manuel de Rosas por su defensa de la patria frente a la armada franco-británica y demostrar “que los argentinos no son empanadas que se comen con sólo abrir la boca”. Así de sanmartinianos somos una buena parte de los argentinos, pero Milei, los gobernadores cómplices y monopolios, serviles, piden que el imperio les deje comer aunque sea una empanada.
