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“Licencia para matar”

OPINIÓN de Ángeles Sanmiguel

“Están buscándose la vida, no tienen nada prácticamente que comer, intentan coger una migaja a lo mejor en todo el día, el único trozo de pan que había en el suelo y tiene que venir alguien a molestar a correr detrás, a asustarlas, a dejarlas sin comer”, hace saber Leila sobre las inteligentes palomas, esas que inspiraron al pintor Pablo Ruíz Picasso.

“El ayuntamiento autoriza a Nuevo Centro (València) a capturar hasta 1.000 palomas para el control de la especie” especifica un titular mediático

La afamada paloma de la Paz picasiana fue creada por el artista malagueño en mil novecientos cuarenta y nueve para el primer Congreso Mundial de la Paz como símbolo de concordia. En su cuadro titulado Guernica, una paloma, situada entre el toro y el caballo, representa la paz rota por el maldito golpe de Estado de la España bellaca.

En un artículo se explica que “la empresa que gestiona Nuevo Centro solicitó autorización al consistorio para ejecutar las actuaciones de control poblacional de la especie paloma bravía en las zonas a la intemperie del espacio comercial”. ¿Otra gestión privada haciendo lo que la da la gana con el beneplácito de las instituciones públicas? ¿Administraciones destinando impunemente a dolosos intereses el dinero de la población? ¿En que se basó el actual titular pepero de Bienestar Animal para dar la “cabotá” asintiendo ante el poderoso don dinero que exige otra masacre? “Un máximo de mil palomas”, puntualizan. ¿Quién controla todo esto? ¿Aniquilarlas cuando ni tan siquiera está permitido legalmente? ¿Tan difícil es la honradez y la ética en los despachos?

¡Ya es hora de aprender a defender la vida!

La caza de las palomas durará un año, –hasta el treinta y uno de diciembre de dos mil veintiséis-. ¿Cómo fluirá el dinero público a la saca de perpetradores, por cantidad de cadáveres o por tiempo de contrata?

Legalmente “la paloma bravía (Columba livia) es una especie autóctona protegida por la Directiva 2009/147CE (“Directiva de Aves”), prohibiendo su caza, captura, destrucción de nidos y huevos, y las prácticas que la perturben intencionadamente”. Dicho precepto europeo está vigente y “está por encima de cualquier normativa de ámbito estatal, autonómica y local” informa Raquel Aguilar, miembro de la Asociación Empatía.

¿Por qué València tiene que aguantar el peor sadismo político existente en el cosmos gubernativo?

Aguilar sigue apuntando en su epístola al complejo comercial Nuevo Centro que en el último “Informe de zoonosis” de la Unión Europea, denominado “Una sola salud” publicado, así mismo, por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, “no hay una sola alusión a las palomas”.

¿Es que el actual poder valenciano es más papista que el Papa? ¿Derecha y ultraderecha incumpliendo repetitivamente las directrices europeas? ¿Cuánto dinero más tendrá que pagar València -aparte de los ciento quince millones en fondos europeos por no tener una ordenanza de Zona de Bajas Emisiones (ZBE)- al implementar o consentir blasfemas fórmulas de gobernanza propias del manual del eficiente verdugo?

El padre de Picasso era colombófilo, retrataba en sus pinturas a palomas y tórtolas como parte de la familia. Cuando su hijo se autoretó a pintar Las Meninas de Velázquez al estilo cubista, en el ínterin, pintaba palomas para relajarse, nueve cuadros con nidos de palomas y de palomas que acudían a su ventana en Cannes, “cobijo gratuito a las palomas de los alrededores”, tal como relata el ilustrador José Luis Ocaña. “Las palomas”, cuadro pintado en septiembre de mil novecientos cincuenta y siete, “muestra simplemente un ambiente, una poética descripción de un día de sol” y la extremada armonía que trasmiten estas aves.

Inicia el francés Jean de La Fontaine en su fábula “El pajarillo, el azor y la alondra” que: “Las injusticias de los malos sirven de excusa a las nuestras; ley del mundo es esta: Cómo trates a los demás te tratarán a ti”.

¿No existe herramienta alguna que frene a psicópatas y crueles codiciosos aposentados en instituciones democráticas en pleno siglo veintiuno? Parece la Edad Media y sus señores feudales con derecho de pernada.

Las redes sociales echan chispas.

“En València adoramos a las palomas tanto que hacemos monumentos en las Fallas. Eso sí, que no se les ocurra respirar”, esta es la gran ironía de la doble moral. En la falla municipal del año dos mil veinticuatro, -hace casi dos años-, “Dos palomas, una rama” lanzaban un mensaje pacifista que ha quedado en agua de borrajas visto lo visto tanto fuera como dentro de España.

“Las palomas merecen respeto, no exterminios disfrazados de control”.

Publicaciones y más publicaciones inundan el espacio digital contra esta nueva inhumanidad. “Bastante tienen las pobres con lo mal que se pasa en la calle, comiendo nuestras sobras para que encima se les eche las culpa de toda la suciedad que generamos nosotros”.

Por estrés y estrangulamiento con las redes de caza “muchísimos animalitos van a morir solamente en el momento de la captura” ¿Daños colaterales como titularía el filósofo polaco Zygmunt Bauman una de sus obras en dos mil catorce? “Los pichones que van a quedar en los nidos solos van a morir de hambre y de frío”, añade Leila. “Aunque ellos dijeran que no las gasean, -que es mentira-, sabemos dónde van a ir a parar” es “super cruel”. ¿A nadie le revuelve las tripas? ¿Cuándo será el momento del ¡no!?

El controvertido prosista, castigado a pan y agua por su jesuítica orden tras la aparición de la tercera parte de El Criticón, Baltasar Gracián, sentenciaría que: “No tenemos nada nuestro, salvo el tiempo, del que gozan hasta quienes no tienen morada”. ¿Por eso al sentirse omnipotente, impune, se les roba el tiempo de vida a otros seres? ¡València está escarmentada!

Siempre hay una excusa lo suficientemente eficaz para validar la ignorancia. Respecto a las palomas se esgrime que “no gusta ver las cacas, -ese es el principal motivo-, y no se dan cuenta de que nosotros (los seres humanos) ensuciamos muchísimo más, les lavan el cerebro con que son plaga y van a transmitirnos enfermedades, es muchísimo más fácil que nosotros le contagiemos algo a ellas, o a otro humano, o a otro animal, que ellas a nosotras”, explica Leila.

En una viñeta difundida por aplicación móvil se ve a una paloma llorando antes de ser cazada mientras pregunta: “¿Qué he hecho? ¡No quiero morir! Ayuda por favor. Ayuda por favor. Mi familia y mis hijos me esperan”.

“No a la captura de palomas, usemos pienso anticonceptivo”.

Existen “medidas alternativas al sacrificio, ampliamente probadas”, ante un exterminio demostrado ineficaz. Aguilar interpelando a la dirección del complejo comercial le apunta: “Imagínese la imagen tan arcaica y poco ética que su empresa ofrecerá a clientes que, como yo, decidirán no volver a comparar ni consumir en los locales de Nuevo Centro”, ¿dónde queda su idea de Sostenibilidad y Medio Ambiente? Sin duda tendrán “consecuencias reputacionales”.

“Una empresa de exterminio de plagas –lleva la gestión de las palomas en València- tiene contratos públicos en un montón de sitios”. Son empresas absorbidas por fondos extranjeros que movilizan sus contactos institucionales para alcanzar las metas de facturación que deben superar alcanzando cifras mayores a los setenta millones de euros.

Las palomas recuerdan, distinguen a personas que les ayudan entre multitudes, aprenden, deciden, resuelven pruebas, se guían por el sol, por el campo magnético del planeta y por los olores, son fieles a su única pareja y se turnan en el cuidado del nido, la pareja al unísono alimenta con la llamada “leche de buche” a sus pichones. “Las trajimos a nuestra ciudades y, sin embargo, muchos las despreciamos” escribe el zoólogo británico Steve Portugal.

“Tal vez toca respetar lo que nunca entendimos”.

Mucha gente comenta la desaparición de palomas en la ciudad, “Echo en falta muchas que tenía fichadas en mi barrio y que dejé de verlas a la vez”, comenta Raquel. Las palomas son nuestras vecinas.

Cieto bombero alemán declaraba tras rescatar a un pequeño roedor: “No hacemos ninguna diferencia sobre qué tipo de animal necesita ayuda”.

Rafael Alberti y su poema “se equivocó la paloma”. Twitter y su paloma azul. Darwin estudió a la paloma para su teoría de la evolución. Palomas mensajeras en la guerra salvaron millares de vidas. Noé, tras el diluvio, soltó palomas. Existe una ciencia denominada ornitomancia por la cual se adivina mediante “los actos instintivos de los pájaros”. Las palomas oníricamente representan según Luz Tambascio “amores y placeres castos”.

Palomas entrenadas detectan tejidos cancerosos en mamografías en un porcentaje del noventa y nueve por ciento según los estudios del profesor estadounidense Richard Levenson. Ven los colores, se comunican con arrullos, son tímidas, diurnas, de origen silvestre obligatoriamente adaptadas a entornos urbanos, se orienta mediante el campo magnético de la Tierra, utilizan el olfato para acudir a lugares elegidos, se emparejan de por vida, realizan cálculos matemáticos básicos, distinguen palabras, también se guían por infrasonidos, son cariñosas, simbolizan la libertad, no les gusta que las toquen y son muy buena compañía.

“No había motivo para que la evolución no continuase modificando indefinidamente una especie, hasta convertir un primate preglacial en un hombre” sentenció el zoólogo Sheebohm en mil ochocientos ochenta y ocho. Un primate capaz de devastar el planeta, asesinar a congéneres y seres coetáneos. ¡El super primate con rol protagónico en la extinción tanto doméstica como global!

“Las palomas son seres sintientes, ejecutar a las palomas no es una opción aceptable desde el punto de vista ético”. ¿No piensan tener en cuenta los voraces despachos la “creciente consideración moral hacia los animales no humanos” abrazada por entidades académica como Oxford o Cambridge?

Miquel un docente declara sobre los centros educativos que “de manera transversal sí que se trabaja el respeto animal, pero depende mucho del centro”. La infancia es la clave. La adolescencia el reto.

¿Cuál es la última bravuconada del consistorio? “Al parecer ahora, de forma casi inevitable, el ayuntamiento de València va a atribuir” la recogida de perros y gatos callejeros y abandonados “a dos empresas dedicadas al control y exterminio de plagas, una de las empresas además, para más inri, resulta que tiene abiertos por España multitud de procedimientos por maltrato animal, la situación es muy preocupante”, anuncia una joven letrada valenciana. “¿Qué relación va a tener una empresa que se dedica al control de plagas con el bienestar animal? Ninguna. Es decir. ¡Que coño les va a importar a estos señores cómo estén los animales! Lo único que quieren es lucrarse lo máximo posible y punto. ¿Nos estamos volviendo absolutamente locos?”. “¿A nuestras instituciones de verdad los animales le importan?”. ¿Se conseguirán probar posibles irregularidades en la licitación a fin de excluir a estas empresas en dicha gestión?

“Si hay que tomar las palabras en serio, la decadencia del Mundo ha ido más allá de lo que Halstead (Beverly Halstead, paleontólogo, taxónomo de la vieja escuela) nunca imaginó” escribiría el físico galés director de la revista Nature John Maddox en mil novecientos ochenta y uno.






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