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Que no te engañen: ajuste de cuentas entre tiburones en el hospital de Torrejón

OPINIÓN CAS ESTATAL
 

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Con los hospitales privados, usted termina pagando con su dinero y con su vida” (P.J. Devereaux)

Desde el inicio del funcionamiento de los hospitales de modelo PPP (Public Private Partnerships) fue evidente que su objetivo era lograr el máximo beneficio posible a costa de la salud de los pacientes.

Así fue en el primero de ellos, Alzira, donde en 1999 en la web del hospital figuraba el sistema de incentivos para alcanzar tan loable objetivo. Desde CAS lo denunciamos pero todo el mundo guardó silencio: Los incentivos económicos son perjudiciales para la salud, donde quedaba manifiestamente claro que «entre el 30% y el 50% del salario de los médicos está vinculado a objetivos de ahorro económico que, con toda seguridad, ponen en riesgo la salud y la seguridad de los pacientes«. Lo mismo ocurría en el hospital de Torrevieja, de la misma empresa, Ribera Salud: Torrevieja Salud incentiva a los médicos de Primaria por resolver casos y evitar citas al especialista.

En el caso de Madrid, a poco de comenzar a funcionar los 4 hospitales PPP (Valdemoro , Torrejón, Rey Juan Carlos-Móstoles y Villalba), tuvimos información sobre el  sistema de incentivos médicos que implantaron (con el beneplácito de los sindicatos del centro). En aquella época ya se premiaba económicamente por cada paciente atendido en la urgencia que no ingresaba y por tanto no ocupaba cama en planta. También por cada alta hospitalaria firmada (cama libre). Se trataba de «ser resolutivo» y «agilizar» el proceso asistencial, aumentado la rotación para liberar camas y atraer pacientes de los hospitales públicos (que se facturaban aparte). Esto suponía un ingreso diferente de la cápita fija que reciben por cada uno de los centenares de miles de personas que les habían asignado (a estos había que intentar mantenerlos alejados del hospital todo el año para que la cápita fuera integra a los accionistas).

Los datos públicos de aquella época ya demostraban, por ejemplo, que Torrejón (privado) tenía una estancia media de unos 3 días frente a Alcalá de Henares (estatal) que tenía casi 6. Estaba claro que Alcalá de Henares se «comía» los viejos y los procesos complejos mientras lo rentable iba a Torrejón.
El sistema era escandaloso pero el 90% de los médicos miraba para otro lado…y para su cuenta corriente.

Todo esto era sabido por la Consejería de Sanidad, sindicatos, Colegio y Consejo Médicos, partidos políticos, sociedades profesionales… pero todos han callado durante estos más de 15 años.

Es vergonzoso el montaje mediático que está ocurriendo (no oiréis en ninguna cadena que todo esto es posible gracias a la ley 15/97 que el gobierno de izquierdas y su ministra de sanidad Mónica García mantienen vigente conociendo perfectamente que es la base legal que permite este tipo de funcionamiento).

Todo es un teatro perfectamente planificado entre la derecha cavernaria (la que hace el trabajo sucio) y la izquierda del capital que lo permite (llevamos tres legislaturas desde 2018 y, ni PSOE, Unidas Podemos, Sumar y el resto de la llamada «izquierda institucional» han tenido las agallas de meterle mano a las leyes privatizadoras).

Hoy, se avanza lo que hemos sospechado desde el primer día, que el «escándalo Torrejón» puede ser un ajuste de cuentas entre los tiburones del sector.





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