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Africa advierte de que la desertificación provocará cada vez más emigración

Empieza la Conferencia de la ONU sobre Desertificación

La FAO pide a los países participantes  que trabajen por una nueva "revolución verde"

elmercuriodigital.es 04-09-2007.- Delegados de 191 países se reúnen desde ayer en Madrid para impulsar la aplicación de la Convención de la ONU sobre Desertificación. La reunión tiene por objetivo trazar un plan estratégico para los próximos 10 años que contemple los desafíos medioambientales de la desertificación.
En ese sentido, las hambrunas, la pobreza y los movimientos migratorios serán algunos de los temas a ser estudiados durante los 12 días del encuentro.

La Secretaría de la Convención de la ONU sobre el tema destacó que el problema afecta al 41 por ciento de los suelos del planeta donde habitan 2 mil millones de personas.

Además, las poblaciones de esos territorios se encuentran en su mayor parte en los países en desarrollo y viven en condiciones de pobreza.

África es el continente más afectado, pero las recientes sequías e incendios forestales que causaron grandes daños en el suroeste de Europa demuestran que se trata de un problema global, insistió el organismo de la ONU.

Un reciente informe divulgado por la Universidad de las Naciones Unidas advierte que 50 millones de personas podrían migrar en los próximos 10 años debido a la amenaza sobre sus medios de subsistencia. Por esa razón, el documento sugiere a los países emprender acciones efectivas.

ÁFRICA
Si el mundo no actúa para frenar la desertificación, cada vez más personas migrarán a zonas más prósperas para tratar de sobrevivir, dijo hoy a Efe el portavoz de Africa de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, Emmanuel Chinyamakobvu.

El experto, que participa en Madrid en la octava Conferencia de las Partes (COP8) de la Convención de la ONU, aseguró que la falta de esfuerzos contra la erosión de los suelos podría agravar el fenómeno migratorio.

'Si no actuamos, si no ponemos esfuerzos, la situación irá a peor. La lucha no es para vivir sino para no morir', subrayó el experto de la ONU, quien, no obstante, se mostró 'muy optimista' respecto a los resultados que se pueden obtenerse en el encuentro de Madrid.

Además de los efectos directos sobre el suelo, la ONU ha advertido de que todos los países sufren indirectamente los efectos de la desertificación, ya que millones de personas emigran hacia las regiones más fértiles huyendo de la aridez y de la falta de productividad de sus tierras.

Este fenómeno afecta a una tercera parte de la superficie terrestre y amenaza la subsistencia de 1.200 millones de personas de todo el mundo, sobre todo de Africa.

De entre las consecuencias de la desertificación, Chinyamakobvu destacó la importancia de la migración y la pobreza, puesto que, dijo, 'son dos aspectos que afectan directamente sobre la vida de las personas' y que hacen que este problema sea haya convertido en 'global'.

En opinión del representante africano, 'ha llegado el momento de poner en práctica todo lo que se hemos discutido estos años en la Convención'.

Asimismo destacó la necesidad de que sean los Gobiernos de los países más ricos los que aporten un mayor presupuesto, ya que, dijo, 'es muy difícil que los recursos financieros lleguen de manos de los Gobiernos africanos'.

'¿Cómo podemos destinar nuestro presupuesto al medioambiente cuando la gente no tiene nada que comer?', se preguntó Chinyamakobvu.

No obstante, en su opinión la solución no pasa por hacer llegar sólo 'dinero' a los países más afectados por el fenómeno, sino por crear 'estrategias alternativas' para frenar el deterioro de los suelos y la pobreza.

'Es necesario trazar caminos para que la gente pueda vivir en su entorno y no tenga que emigrar. No basta con proporcionar instrumentos financieros, sino que debemos conseguir que los países en las que la desertificación avanza tengan una economía que verdaderamente funcione', añadió el experto.



FAO
La FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ha pedido a los países participantes en la Conferencia contra la Desertificación que trabajen por una nueva "revolución verde" .

En concreto dicha propuesta estaría basada en la gestión sostenible fundamentalmente en la región africana. Germán Rojas, responsable de la FAO para España, ha recordado que entre 1990 y 2005 el mundo ha perdido un 3 por ciento de su superficie forestal.

Y en África en particular en los últimos diez años ha desaparecido más del nueve por ciento de sus bosques.

Desde Naciones Unidas se insiste en que la desertificación conlleva emigraciones masivas de personas que huyen de la hambruna provocada por la falta de alimento. Una de las claves destacadas por Rojas en la solución de estos problemas es la falta de financiación.

ESPAÑA
Sol, playa y desierto. Los procesos de desertificación que afectan a extensas zonas de España se localiza en gran parte justamente en las franjas del litoral mediterráneo que han experimentado en los últimos años una mayor concentración demográfica y turística. La erosión del suelo, la pérdida de terrenos fértiles, los incendios (y la deforestación en algunas zonas), así como la sobreexplotación de los recursos hídricos son algunas de las causas que explican la depauperación de muchos suelos áridos, semiáridos o secos en la costa mediterránea. Pero, en nuestro país, todo esto coincide además con la concentración demográfica en la zona costera, según explica José Luis Herranz, director general para la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente.

Más de un tercio del suelo de España (el 36% concretamente) tiene como espada de Damocles la desertificación. Los expertos señalan concretamente que el 2% de la superficie de nuestro país sufre un riesgo muy elevado de desertificación mientras que en 15% padece un riesgo "elevado". Finalmente, la degradación de los suelos y la tierra (necesarios para para favorecer la vegetación) es una amenaza para otro 19% del territorio.

Los mapas del programa de acción de Ministerio de Medio Ambiente contra la desertización señalan que los puntos críticos se concentran muy especialmente en el archipiélago canario y en el sudeste de la Península, aunque en general el fenómeno afecta a toda la mitad sur -excepto a las cadenas montañosas más elevadas-; a la meseta norte, a la cuenca del Ebro y la mitad sur de Catalunya incluida gran parte de su costa.

Todos estos datos fueron dados ayer a conocer en la presentación de la octava conferencia del Convenio de las Naciones Unidas de Lucha contra Desertificación, que se celebrará en Madrid entre los días 3 y 14 de septiembre. Ésta es la primera vez que España acoge una conferencia sobre medio ambiente bajo el paraguas de un convenio internacional auspiciado por las Naciones Unidas. La reunión, en la que participarán más de 2.000 personas en representación de casi 200 países, tiene como objetivo mitigar el proceso de desertificación que sufren distintas zonas del planeta. De hecho, este fenómeno afecta a una tercera parte de la superficie terrestre y pone en jaque las condiciones de vida de unos 1.200 millones de personas de todo el mundo, sobre todo de África.

La conferencia del Convenio de Lucha contra la Desertificación (que se celebra cada dos años) tiene como objetivo adoptar medidas eficaces para combatir este grave problema ambiental e impulsar programas locales y acciones internacionales en este campo.

"Sabemos por qué se degradan los suelos y qué hay que hacer para evitarlo. Ahora, debemos pasar del conocimiento a la acción", declaró en el acto de presentación la ministra Cristina Narbona, quien compareció junto a Gregoire de Kalbermatten, secretario en funciones del Convenio de Lucha contra la Desertificación de la ONU.

El asunto central de la conferencia será elaborar y pactar un plan estratégico que deberá marcar los objetivos clave que permitan calibrar los éxitos y el avance en los planes de acción. El problema ahora es que este convenio, que entró en vigor en diciembre de 1996, carece de objetivos cuantificados para poder valorar su éxito. Por eso, las acciones internacionales que se emprenden son aisladas e inconexas, mientras que ahora lo que se pretende es fijar indicadores que permitan ir viendo cuál es la evolución del avance de las tierras áridas o valorando los éxitos de las acciones. Todos los grandes convenios medioambientales surgidos de la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro (1992) se han desarrollado con objetivos concretos. El protocolo contra el cambio climático (Kioto, 1997), por ejemplo, exige reducir las emisiones un 5% a las naciones ricas mientras que el Convenio de Biodiversidad se ha marcado como meta proteger un 10% de los ecosistemas del planeta en el 2010. Por eso, la ministra Narbona se mostró a favor de cuantificar objetivos y fijar plazos en un horizonte de futuro. En la conferencia, se propondrá, por ora parte, crear herramientas financieras similares a las que se aplican en el Convenio de Cambio Climático, para que ese combate sea más eficaz.

La desertificación es la degradación de tierras en las zonas áridas, semiáridas y secas, y se debe a una combinación de las actividades humanas hechas inadecuadamente con las variaciones climáticas. La desertificación -que no es imputable a la extensión de los desiertos actuales- es fruto de la sobreexplotación agrícola, la deforestación, el pastoreo excesivo o las prácticas deficientes de riego, que pueden socavar la productividad de la tierras cuando interactúan con la sequía o el mal uso del agua. El problema es especialmente grave en África, pero también afecta a toda la cuenca mediterránea.

En este sentido, la ministra Narbona propondrá, en la reunión que mantendrá mañana en Lisboa con sus homólogos europeos, la creación de un centro temático para la sequía y la desertificación del cual España sería sede. Narbona sostiene que la UE debería tener una mayor implicación en la lucha contra la desertificación para ejercer un liderazgo similar al que está protagonizando en el cambio climático.

Mientras tanto, el Gobierno central y las comunidades autónomas estudiarán el próximo día 6 en Madrid (en la conferencia sectorial de medio ambiente), el programa de acción nacional contra la desertificación, que incluye medidas en el ámbito de la gestión del agua, la agricultura, la ganadería, la prevención de incendios y la política forestal.

Medi Ambiente afirma que en el periodo 2004-2007 ha destinado más de 3.000 millones de euros a acciones dirigidas a la lucha contra la desertificación: 510 millones a la prevención y extinción de incendios y a la restauración hidrológicoforesta, y otros 2.682 millones a las políticas del agua recogidas en los planes hidrológicos.
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