EL MERCURIO DIGITAL - MUNDO
Diana D铆az Rodr铆guez en Cumbal, Nari帽o, Colombia (ACNUR) - En el campo, donde las monta帽as se alzan y esconden paisajes de todos los colores. Donde se descubren comunidades que trabajan sin descanso a cada kil贸metro. All铆 en ese campo nari帽ense habita el pueblo ind铆gena binacional conocido como los “Pastos”: Pueblo de agricultores.
“Bienvenidos se帽ores a este territorio, muchas gracias por habernos tenido en cuenta a nosotros que estamos aqu铆 en la frontera como olvidados”, dice Rosamelia Aza, presidenta de la organizaci贸n de mujeres mientras un grupo de periodistas se aproxima a conocer la historia de la comunidad.
Divididos en 4 resguardos en el municipio de Cumbal (departamento de Nari帽o en el cord贸n fronterizo con Ecuador), Gran Cumbal, Panan, Chiles y Mayasquer, los Pastos han sido una comunidad que hist贸ricamente han sido v铆ctimas de abusos y desplazamientos forzados que hasta hace recientemente les han obligado a permanecer por fuera de su territorio. “La tierra es todo para nosotros, sin ella nuestro hijos y nietos no podr谩n subsistir”, comenta el Regidor del cabildo.
Desde la 茅poca de la conquista hasta hoy, el territorio com煤nmente habitado por los Pastos es de gran atracci贸n tanto para comerciantes como para grupos armados ilegales, precisamente por su cercan铆a a territorio ecuatoriano cuya l铆nea divisoria es invisible ante el ojo humano. Por tal motivo, y luego de la devoluci贸n oficial del territorio a los Pastos en 1975 - por v铆as de hecho, y debido a que los Pastos ten铆an escrituras de posesi贸n de tierras, los territorios fueron reclamados a los terratenientes para ser devueltos a los ind铆genas - la comunidad organiz贸 “la Guardia Ind铆gena”; grupo no armado de ind铆genas encargados de proteger pertenencias y sobre todo el ganado, de aquellos que durante la noche llegaban a quit谩rselas.
El 19 de septiembre de 2008, es una fecha que con tristeza y melancol铆a recuerdan los Pastos, el ej茅rcito “vino matando a nuestros compa帽eros de la guardia ind铆gena”. Por motivos inciertos y no tan claros, compa帽eros Pastos de esta guardia no reconocida por el Estado y dedicados a proteger su tierra fueron asesinados. “Nos bajaron la moral, ese dolor nunca se ha de borrar”, afirma Rosamelia mientras recuerda el asesinato de su esposo en esa fecha.
Luego de este evento, los Pastos, impactados por este atroz hecho, perdieron su disposici贸n para unirse. “Esa psicosis, quedamos traumados y por eso nos separamos”, nos cuenta Segundo Colimva. Sin embargo, gracias al proyecto conjunto “Ventana de Paz” los ind铆genas Pastos pudieron encontrar la manera de recuperar su capacidad organizativa y reconstruir la memoria hist贸rica de su pueblo en busca de soluciones sostenibles; “pudimos volver a ‘minguear’, a hacer mingas de pensamiento, a compartir y manifestar nuestros pensamientos. Pero m谩s importante, pudimos unirnos y reforzar nuestra solidaridad” contin煤a Colimva, mientras hace 茅nfasis en que a ra铆z de este proyecto de fortalecimiento comunitario, las mujeres Pastos recuperan poco a poco su dignidad e implementan actividades culturales productivas para salir adelante.
Como resultado de esta iniciativa interagencial donde participan 5 agencias del Sistema de Naciones Unidas, se llev贸 a cabo la construcci贸n de la “Casa del Saber”, maloca en la cual actualmente se cultiva la cultura (el tejido, la medicina tradicional, la minga del pensamiento, los ritos y tradiciones y la educaci贸n propia), cuya infraestructura contiene el sentir de la cosmovisi贸n de los Pastos en homenaje a los miembros de la Guardia ind铆gena.
Con 13 ventanas que simbolizan los 13 meses de su calendario, dos puertas que representan el ciclo del sol: una para el amanecer y otra para el ocaso y su forma redonda del lugar que alude lo circular del pensamiento de esta comunidad ind铆gena, esta maloca les permite a los Pastos reunirse peri贸dicamente a pensar y a desarrollar sus proyectos.
Despu茅s de todo el tiempo que ha pasado y a pesar de las adversidades econ贸micas que a煤n viven los Pastos contin煤an con su “resistencia milenaria pues la lucha para los indios no se acabar谩 nunca”, afirman los mayores; “nosotros resistimos por amor a la pacha mama, la hemos querido y valorado y por eso aqu铆 nos quedamos”, asegura Colimva.
El ACNUR trabaja junto con los pueblos ind铆genas en la frontera colombo-ecuatoriana con miras a fortalecer sus planes de vida y su capacidad organizativa en busca de preservar sus culturas y mitigar el riesgo de desplazamiento.
Diana D铆az Rodr铆guez en Cumbal, Nari帽o, Colombia (ACNUR) - En el campo, donde las monta帽as se alzan y esconden paisajes de todos los colores. Donde se descubren comunidades que trabajan sin descanso a cada kil贸metro. All铆 en ese campo nari帽ense habita el pueblo ind铆gena binacional conocido como los “Pastos”: Pueblo de agricultores.
“Bienvenidos se帽ores a este territorio, muchas gracias por habernos tenido en cuenta a nosotros que estamos aqu铆 en la frontera como olvidados”, dice Rosamelia Aza, presidenta de la organizaci贸n de mujeres mientras un grupo de periodistas se aproxima a conocer la historia de la comunidad.
Divididos en 4 resguardos en el municipio de Cumbal (departamento de Nari帽o en el cord贸n fronterizo con Ecuador), Gran Cumbal, Panan, Chiles y Mayasquer, los Pastos han sido una comunidad que hist贸ricamente han sido v铆ctimas de abusos y desplazamientos forzados que hasta hace recientemente les han obligado a permanecer por fuera de su territorio. “La tierra es todo para nosotros, sin ella nuestro hijos y nietos no podr谩n subsistir”, comenta el Regidor del cabildo.
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ACNUR contribuy贸 a la realizaci贸n de la "Casa del Saber" en Cumbal, Nari帽o |
El 19 de septiembre de 2008, es una fecha que con tristeza y melancol铆a recuerdan los Pastos, el ej茅rcito “vino matando a nuestros compa帽eros de la guardia ind铆gena”. Por motivos inciertos y no tan claros, compa帽eros Pastos de esta guardia no reconocida por el Estado y dedicados a proteger su tierra fueron asesinados. “Nos bajaron la moral, ese dolor nunca se ha de borrar”, afirma Rosamelia mientras recuerda el asesinato de su esposo en esa fecha.
Luego de este evento, los Pastos, impactados por este atroz hecho, perdieron su disposici贸n para unirse. “Esa psicosis, quedamos traumados y por eso nos separamos”, nos cuenta Segundo Colimva. Sin embargo, gracias al proyecto conjunto “Ventana de Paz” los ind铆genas Pastos pudieron encontrar la manera de recuperar su capacidad organizativa y reconstruir la memoria hist贸rica de su pueblo en busca de soluciones sostenibles; “pudimos volver a ‘minguear’, a hacer mingas de pensamiento, a compartir y manifestar nuestros pensamientos. Pero m谩s importante, pudimos unirnos y reforzar nuestra solidaridad” contin煤a Colimva, mientras hace 茅nfasis en que a ra铆z de este proyecto de fortalecimiento comunitario, las mujeres Pastos recuperan poco a poco su dignidad e implementan actividades culturales productivas para salir adelante.
Como resultado de esta iniciativa interagencial donde participan 5 agencias del Sistema de Naciones Unidas, se llev贸 a cabo la construcci贸n de la “Casa del Saber”, maloca en la cual actualmente se cultiva la cultura (el tejido, la medicina tradicional, la minga del pensamiento, los ritos y tradiciones y la educaci贸n propia), cuya infraestructura contiene el sentir de la cosmovisi贸n de los Pastos en homenaje a los miembros de la Guardia ind铆gena.
Con 13 ventanas que simbolizan los 13 meses de su calendario, dos puertas que representan el ciclo del sol: una para el amanecer y otra para el ocaso y su forma redonda del lugar que alude lo circular del pensamiento de esta comunidad ind铆gena, esta maloca les permite a los Pastos reunirse peri贸dicamente a pensar y a desarrollar sus proyectos.
Despu茅s de todo el tiempo que ha pasado y a pesar de las adversidades econ贸micas que a煤n viven los Pastos contin煤an con su “resistencia milenaria pues la lucha para los indios no se acabar谩 nunca”, afirman los mayores; “nosotros resistimos por amor a la pacha mama, la hemos querido y valorado y por eso aqu铆 nos quedamos”, asegura Colimva.
El ACNUR trabaja junto con los pueblos ind铆genas en la frontera colombo-ecuatoriana con miras a fortalecer sus planes de vida y su capacidad organizativa en busca de preservar sus culturas y mitigar el riesgo de desplazamiento.