- EL MERCURIO DIGITAL -
Ginebra-Kinshasa-Goma (CICR) – "El grado de violencia y sufrimiento al que se ve sometida la población del este de la República Democrática del Congo ha alcanzado un nivel raramente registrado desde los dos últimos decenios", declaró el presidente del CICR, Peter Maurer, al término de una visita de cuatro días en el país.
Desde la capital de la provincia de Kivu del Norte, Goma, el señor Maurer dijo indignado: "Olvidada casi en su totalidad, la población es víctima diariamente de malos tratos. Los civiles son objeto de ataques directos, que no respetan la vida de niños y ancianos y numerosas personas son víctimas de la violencia sexual".
En particular, el señor Maurer visitó en Goma el centro Don Bosco, que alberga a más de 3.000 niños con dificultades, a los que la guerra y la violencia los ha hecho aún más vulnerables. "Algunos perdieron todo rastro de su familia durante el caos de los combates y los consiguientes desplazamientos. La tragedia de todas estas personas me ha conmovido profundamente. Por ejemplo, el caso de Kambale K., un niño de 10 años de edad que no sabe nada de sus padres desde el pasado mes de noviembre”, explicó el señor Maurer.
El presidente del CICR visitó también a pie de cama a decenas de personas heridas por los recientes combates y hospitalizadas en el centro Ndosho de Goma. Desde noviembre de 2012, un equipo quirúrgico del CICR trabaja codo a codo con el personal local de este hospital. El señor Maurer escuchó con atención la historia de Eden K., un niño de 8 años de edad, al que han tenido que amputar una pierna, después de que un impacto de cohete le hiriese gravemente.
Un buen número de establecimientos médicos del este de la República Democrática del Congo tienen dificultades para ocuparse de los heridos y enfermos, a causa de la falta de material (a menudo, saqueado), de la presencia de hombres armados en los centros de salud o de la imposibilidad del personal de salud de acceder con seguridad al lugar de trabajo.
"Las graves violaciones de derecho internacional humanitario cometidas contra la población deben cesar. Todos los actores influyentes tienen la responsabilidad de actuar lo más rápidamente posible para que se respete mejor el derecho internacional humanitario", afirmó el señor Maurer. El presidente espera que las distintas negociaciones e iniciativas de paz en curso contribuyan a atenuar el sufrimiento de la población y a mejorar la situación humanitaria que hay en el este de la República Democrática del Congo.
"Actualmente, el recrudecimiento de las tensiones intercomunitarias y la fragmentación de los grupos armados sumergen cada día más a la región en el caos y la violencia", añadió. La situación de seguridad se ha deteriorado en las dos provincias de Kivu, así como en la de Katanga y en las zonas de Maniema fronterizas con Kivu del Norte y del Sur. La situación en la Provincia Oriental (sobre todo en Ituri) también sigue siendo tensa.
"Este clima imprevisible provoca una gran inquietud en las comunidades y entre las personas que intentan acudir en su auxilio", explicó el señor Maurer. En este contexto, la presencia de los voluntarios de la Cruz Roja de la República Democrática del Congo y su acción en favor de la población es crucial. A menudo, son ellos los primeros en prestar ayuda a los habitantes y en tener que afrontar la crueldad y el horror de ciertas situaciones. Su dedicación no tiene límites, encomió el señor Maurer.
Habida cuenta del incremento de las necesidades de índole humanitaria, el CICR se prepara a fin de movilizar a sus donantes para intensificar sus actividades en las regiones del este de la República Democrática del Congo, especialmente en los ámbitos de la asistencia de salud y quirúrgica en favor de las personas heridas a raíz de la violencia, y de la asistencia en favor de la población desplazada (agua, víveres y artículos de primera necesidad). Hasta la fecha, la actividad que el CICR efectúa en República Democrática del Congo es una de sus cinco actividades operacionales de mayor envergadura presupuestaria en el mundo.
En Kinshasa, el señor Maurer se entrevistó con el primer ministro, con el ministro de Justicia, con los presidentes del Senado y de la Asamblea nacional, así como con los encargados de la Cruz Roja de la República Democrática del Congo. Los debates se centraron en la situación en el este del país, así como en la situación de las personas detenidas en las cárceles del país. "En algunos lugares de detención, las condiciones de vida son catastróficas: la sobrepoblación llega a veces a un 700% y la malnutrición es un problema crónico", deploró el señor Maurer, quien visitó la cárcel central de Kinshasa. Insistió ante sus interlocutores acerca de la necesidad de asignar recursos suficientes para satisfacer las necesidades esenciales de los detenidos.
El señor Maurer también aprovechó la oportunidad de su visita en la región para ir a Kigali, Ruanda, donde ha de reunirse con el primer ministro y la ministra de Relaciones Exteriores. En ese país, el CICR trabaja para mejorar las condiciones de vida de los detenidos y para la promoción del derecho internacional humanitario. La Institución también trabaja, en colaboración con la Cruz Roja Ruandesa y la Cruz Roja de la República Democrática del Congo, para facilitar el restablecimiento del contacto entre familiares separados a ambos lados de la frontera con la República Democrática del Congo. Además, durante las últimas semanas, el CICR garantizó la asistencia de las personas que resultaron heridas en los enfrentamientos en República Democrática del Congo y que estaban en el territorio de Ruanda.
Ginebra-Kinshasa-Goma (CICR) – "El grado de violencia y sufrimiento al que se ve sometida la población del este de la República Democrática del Congo ha alcanzado un nivel raramente registrado desde los dos últimos decenios", declaró el presidente del CICR, Peter Maurer, al término de una visita de cuatro días en el país.
Desde la capital de la provincia de Kivu del Norte, Goma, el señor Maurer dijo indignado: "Olvidada casi en su totalidad, la población es víctima diariamente de malos tratos. Los civiles son objeto de ataques directos, que no respetan la vida de niños y ancianos y numerosas personas son víctimas de la violencia sexual".
En particular, el señor Maurer visitó en Goma el centro Don Bosco, que alberga a más de 3.000 niños con dificultades, a los que la guerra y la violencia los ha hecho aún más vulnerables. "Algunos perdieron todo rastro de su familia durante el caos de los combates y los consiguientes desplazamientos. La tragedia de todas estas personas me ha conmovido profundamente. Por ejemplo, el caso de Kambale K., un niño de 10 años de edad que no sabe nada de sus padres desde el pasado mes de noviembre”, explicó el señor Maurer.
El presidente del CICR visitó también a pie de cama a decenas de personas heridas por los recientes combates y hospitalizadas en el centro Ndosho de Goma. Desde noviembre de 2012, un equipo quirúrgico del CICR trabaja codo a codo con el personal local de este hospital. El señor Maurer escuchó con atención la historia de Eden K., un niño de 8 años de edad, al que han tenido que amputar una pierna, después de que un impacto de cohete le hiriese gravemente.
Un buen número de establecimientos médicos del este de la República Democrática del Congo tienen dificultades para ocuparse de los heridos y enfermos, a causa de la falta de material (a menudo, saqueado), de la presencia de hombres armados en los centros de salud o de la imposibilidad del personal de salud de acceder con seguridad al lugar de trabajo.
"Las graves violaciones de derecho internacional humanitario cometidas contra la población deben cesar. Todos los actores influyentes tienen la responsabilidad de actuar lo más rápidamente posible para que se respete mejor el derecho internacional humanitario", afirmó el señor Maurer. El presidente espera que las distintas negociaciones e iniciativas de paz en curso contribuyan a atenuar el sufrimiento de la población y a mejorar la situación humanitaria que hay en el este de la República Democrática del Congo.
"Actualmente, el recrudecimiento de las tensiones intercomunitarias y la fragmentación de los grupos armados sumergen cada día más a la región en el caos y la violencia", añadió. La situación de seguridad se ha deteriorado en las dos provincias de Kivu, así como en la de Katanga y en las zonas de Maniema fronterizas con Kivu del Norte y del Sur. La situación en la Provincia Oriental (sobre todo en Ituri) también sigue siendo tensa.
"Este clima imprevisible provoca una gran inquietud en las comunidades y entre las personas que intentan acudir en su auxilio", explicó el señor Maurer. En este contexto, la presencia de los voluntarios de la Cruz Roja de la República Democrática del Congo y su acción en favor de la población es crucial. A menudo, son ellos los primeros en prestar ayuda a los habitantes y en tener que afrontar la crueldad y el horror de ciertas situaciones. Su dedicación no tiene límites, encomió el señor Maurer.
Habida cuenta del incremento de las necesidades de índole humanitaria, el CICR se prepara a fin de movilizar a sus donantes para intensificar sus actividades en las regiones del este de la República Democrática del Congo, especialmente en los ámbitos de la asistencia de salud y quirúrgica en favor de las personas heridas a raíz de la violencia, y de la asistencia en favor de la población desplazada (agua, víveres y artículos de primera necesidad). Hasta la fecha, la actividad que el CICR efectúa en República Democrática del Congo es una de sus cinco actividades operacionales de mayor envergadura presupuestaria en el mundo.
En Kinshasa, el señor Maurer se entrevistó con el primer ministro, con el ministro de Justicia, con los presidentes del Senado y de la Asamblea nacional, así como con los encargados de la Cruz Roja de la República Democrática del Congo. Los debates se centraron en la situación en el este del país, así como en la situación de las personas detenidas en las cárceles del país. "En algunos lugares de detención, las condiciones de vida son catastróficas: la sobrepoblación llega a veces a un 700% y la malnutrición es un problema crónico", deploró el señor Maurer, quien visitó la cárcel central de Kinshasa. Insistió ante sus interlocutores acerca de la necesidad de asignar recursos suficientes para satisfacer las necesidades esenciales de los detenidos.
El señor Maurer también aprovechó la oportunidad de su visita en la región para ir a Kigali, Ruanda, donde ha de reunirse con el primer ministro y la ministra de Relaciones Exteriores. En ese país, el CICR trabaja para mejorar las condiciones de vida de los detenidos y para la promoción del derecho internacional humanitario. La Institución también trabaja, en colaboración con la Cruz Roja Ruandesa y la Cruz Roja de la República Democrática del Congo, para facilitar el restablecimiento del contacto entre familiares separados a ambos lados de la frontera con la República Democrática del Congo. Además, durante las últimas semanas, el CICR garantizó la asistencia de las personas que resultaron heridas en los enfrentamientos en República Democrática del Congo y que estaban en el territorio de Ruanda.