Por vez primera vez, el Palacio de Bellas Artes de M茅xico muestra el trabajo de Olga Costa, considerada una de las pintoras m谩s importantes de la Escuela Mexicana
20.08.13. elmercuriodigital.es - Ofelia Harms (Deutsche Welle).- A un siglo de su natalicio y veinte a帽os de su muerte, s贸lo uno de sus cuadros ha logrado fama internacional. Olga Costa, una de las pintoras m谩s importantes de la Escuela Mexicana, llega finalmente a Bellas Artes.Despu茅s de casi 20 a帽os de no existir exposici贸n alguna de la artista, por vez primera el Museo del Palacio Nacional de Bellas Artes en la Ciudad de M茅xico cobija una exhibici贸n dedicada solamente a ella: “Olga Costa. Apuntes de la naturaleza 1913-2013”. La intenci贸n es presentarla como una de las creadoras fundamentales del movimiento moderno del siglo XX.
Su nombre es hasta ahora casi desconocido. Cuando mucho se le asocia con el de su esposo el pintor mexicano Jos茅 Ch谩vez Morado o con el museo en la ciudad de Guanajuato, que lleva el nombre de ambos. “Hay toda una generaci贸n de artistas pl谩sticos que nunca han visto una sola exposici贸n de Olga Costa”, explica el curador de la exhibici贸n en Bellas Artes, Juan Rafael Coronel Rivera. “Yo creo que va a tener mucho impacto, porque es una pintora muy buena, de una factura extraordinaria, y sus tem谩ticas son sumamente interesantes. “
¿Qui茅n fue Olga Costa?
De apellido originalmente Kostakowsky, llega a la Ciudad de M茅xico a la edad de 12 a帽os. Su familia emigra de Berl铆n, luego de que su padre el m煤sico y actor pol铆tico ruso, Jakob Kostakowsky, fuera liberado de la c谩rcel en 1925. La familia r谩pidamente se relaciona con la 茅lite cultural mexicana por medio de la cual Olga Costa conoce a Diego Rivera. Tal es su admiraci贸n por el trabajo del muralista, que decide dejar la m煤sica, 谩mbito en el que se hab铆a desarrollado hasta esa entonces, y dedicarse a la pintura.
Comienza tomando clases en la Academia de San Carlos, la cual, sin embargo, abandona tan s贸lo unos meses despu茅s, porque no le gusta el sistema de ense帽anza. “Hay que entender que Olga por la familia en la que se desarrolla ya ten铆a una gran cultura y un bagaje pl谩stico muy desarrollado. Vive en Berl铆n hasta 1925 donde ya exist铆a la Bauhaus y su padre siempre estuvo involucrado en todas las cuestiones culturales”, explica Coronel Rivera. Es por ello que a la obra de Costa se le considera m谩s bien de origen autodidacta, porque nunca termina su formaci贸n pl谩stica en ninguna academia.
En 1936 se casa con Jos茅 Ch谩vez Morado, quien pertenece a la tercera generaci贸n de muralistas mexicanos. Sin embargo 茅ste nunca interviene en las obras de Costa ni las influencia. “De hecho uno de los aspectos m谩s importantes de la exposici贸n es aislarla de Ch谩vez Morado y presentarla como una artista individual y 煤nica”, as铆 Coronel Rivera. Olga cambia su apellido a “Costa” debido a las dificultades que enfrenta en un M茅xico post-revolucionario nacionalista, en el que a los artistas extranjeros, incluido su padre, no se les quiere reconocer.
La Vendedora de Frutas
La obra m谩s conocida de Olga Costa se titula “La Vendedora de Frutas” y data del a帽o 1951. Tambi茅n es su cuadro m谩s grande con medidas de 2.7 metros de ancho por 1.50 de largo. “La obra es tan poderosa que en exposiciones alrededor del mundo ha desplazado incluso a las de Frida Kahlo”, explica Coronel Rivera. Considerando su fuerza, en esta exposici贸n se le ha aislado de las otras 73 pinturas que est谩n dividas por temas, para que no distraiga a los visitantes.
Se calcula que el per铆odo productivo de Costa comienza en 1933 y termina en 1984, m谩s de 50 a帽os de trabajo en los que va cambiando no s贸lo su estilo, sino tambi茅n su ideolog铆a. En la primera sala de exhibici贸n se muestra la personalidad de la artista por medio de retratos y autorretratos: Olga Costa vista por s铆 misma. “All铆 claramente se plasma como extranjera, cauc谩sica, denotando lo rojizo de su pelo y lo claro de sus ojos y piel”, dice Coronel Rivera. En los apartados “El paisaje como met谩fora abstracta” y “La naturaleza muerta, muerta” en cambio, se hace 茅nfasis en su inter茅s por los paisajes y la intrusi贸n del ser humano en la naturaleza misma.
Otra mexicana con ra铆ces alemanas
Lo primero que llama la atenci贸n de Olga Costa al llegar a M茅xico, es el clima. La brillantez del sol y la transparencia de los cielos es algo que no conoce de su infancia en Berl铆n y que se refleja en muchas de sus obras, siempre muy luminosas. A pesar de sus repetidos viajes a Europa, Olga decide quedarse a vivir en M茅xico. Le fascina que all铆 no exista el invierno como lo conoce de Alemania. Adem谩s se interesa mucho por la cultura ind铆gena, lo que se aprecia claramente en muchas de sus obras.
Aunque a diferencia de muchas de las pinturas de corte pol铆tico de Frida Kahlo, las de Olga son m谩s bien de origen naturalista, las dos compart铆an una ideolog铆a de izquierda. “Hoy casi no se encuentran registros sobre Olga Costa en los archivos de Frida Kahlo, pero ellas eran amigas”, constata la bi贸grafa y experta en Frida Kahlo, Christine Fischer-Defoy, “incluso montan una exposici贸n en conjunto en 1947”. Coronel Rivera quien ha dedicado tres a帽os a descubrir m谩s sobre la vida de Costa explica que “son las diferencias pol铆ticas entre los maridos de ambas, Diego Rivera y Jos茅 Ch谩vez Morado, las que no permitieron que la amistad floreciera del todo”.
La documentaci贸n sobre Costa hasta ahora no ha sido muy extensa, sin embargo, 50 cartas in茅ditas fundamentan gran parte de esta exposici贸n que estar谩 abierta en el Museo del Palacio de Bellas, en Ciudad de M茅xico, del 21 de agosto al 27 de octubre de 2013.
http://www.dw.de/exposici%C3%B3n-olga-costa-apuntes-de-la-naturaleza-1913-2013/g-17029957