Greenpeace: Mango e Inditex est谩n entre las empresas que mejor est谩n trabajando en la eliminaci贸n de sustancias t贸xicas
*31.10.13. - elmercuriodigital.es ▫▫▫ Ante la ausencia de una regulaci贸n gubernamental eficaz, durante d茅cadas las empresas han usado el ambiente como un vertedero de productos qu铆micos industriales peligrosos. Greenpeace ha presentado hoy su Pasarela Detox, una plataforma online interactiva que eval煤a los progresos realizados por las principales empresas de ropa hacia un futuro sin t贸xicos. Esta pasarela revela que los gigantes de la ropa deportiva Nike, Adidas y Li-Ning no han mantenido su compromiso de acabar de forma efectiva con el uso de sustancias peligrosas en su producci贸n.
La organizaci贸n denuncia c贸mo estas empresas contin煤an escondiendo su inactividad colectiva detr谩s de promesas que quedan en el papel, as铆 como en grupos de trabajo nacidos de la industria, mientras que empresas competidoras como Uniqlo, H&M, Mango e Inditex ya est谩n llevando a cabo acciones concretas para cumplir con los objetivos de Detox.
"Es ir贸nico que las mismas empresas que nos dicen "Impossible is nothing" (eslogan de Adidas "Nada es imposible") y "Just do it" (eslogan de Nike que significa "Simplemente hazlo"), sean las mismas que han fracasado en poner en marcha acciones reales para acercarnos a un futuro libre de t贸xicos", ha se帽alado Sara del R铆o, responsable de la campa帽a Detox de Greenpeace.
La Pasarela Detox eval煤a el grado de compromiso de las empresas mediante una serie de criterios que incluyen: la forma en que est谩n trabajando para eliminar los productos qu铆micos peligrosos de sus productos y procesos, y qu茅 medidas se est谩n tomando hacia una transparencia total en la cadena de suministro.
Mientras que hay empresas que han afrontado el compromiso aportando los datos de vertido en la plataforma p煤blica online IPE (Institute of Public & Environmental Affairs) y trabajando para eliminar las sustancias qu铆micas peligrosas prioritarias (1); otras empresas se han mantenido inactivas, escondi茅ndose tras agrupaciones industriales, sin desarrollar ninguna acci贸n individual y concreta, a pesar de sus compromisos p煤blicos. Por ello, se les ha catalogado como "Greenwashers" (t茅rmino en ingl茅s para quienes se limitan a lavar su imagen para parecer respetuosos con el medio ambiente).
"Greenpeace felicita a las empresas que como Mango e Inditex han transformado sus palabras en acciones reales, y les anima a seguir trabajando para conseguir una revoluci贸n en la transparencia en su cadena de suministro y eliminar las sustancias qu铆micas m谩s peligrosas de sus productos y de los procesos de producci贸n. Estas empresas son las que s铆 est谩n respondiendo con urgencia a la crisis global del agua", ha declarado Sara del R铆o, responsable de la campa帽a Detox de Greenpeace Espa帽a.
En la Pasarela Detox aparecen tambi茅n empresas como Gap Inc., que a pesar de haber sido se帽aladas en la investigaci贸n realizada por Greenpeace Internacional vinculadas con esc谩ndalos t贸xicos a煤n no han hecho p煤blico un comprometido cre铆ble por una moda sin t贸xicos.
La Campa帽a Detox de Greenpeace pide a las marcas de moda que se comprometan con el vertido cero de todas las sustancias qu铆micas peligrosas para 2020. Respecto al derecho de acceso a la informaci贸n, es fundamental que sus proveedores revelen los datos sobre los vertidos de sustancias t贸xicas desde sus instalaciones a las comunidades locales de las zonas donde se ha producido la contaminaci贸n del agua.

Para los consumidores de todo el mundo y para las comunidades locales que viven cerca de las f谩bricas implicadas en este ciclo t贸xico, la contaminaci贸n del agua se ha convertido en una realidad cotidiana.Los intentos de confrontar esta problem谩tica se han enfocado en la creaci贸n yendurecimiento de l铆mites legales a la liberaci贸n y descarga de un rango relativamenteestrecho de sustancias qu铆micas peligrosas.Las empresas han utilizado estos mismos l铆mites en sus programas de responsabilidad corporativa. Sin embargo, esta “contaminaci贸n legalizada” beneficia a las empresas irresponsables y no impide la emisi贸n continua de productos qu铆micos t贸xicos en el medioambiente.La escala de producci贸n industrial y el t铆pico enfoque de fabricar “como de costumbre”, enparticular en el Sur Global -pa铆ses en desarrollo principalmente de Asia, 脕frica y Latinoam茅rica- , implica que el libre uso de sustancias qu铆micas peligrosas en la industria siga ocurriendo.Es urgente que la industria textil asuma su responsabilidad por su contribuci贸n a este problema, en el pasado y en el presente. Productos qu铆micos peligrosos - incluyendo los once ustancias qu铆micas prioritarias identificadas por Greenpeace se siguen utilizando para la fabricaci贸n de ropa para muchas marcas globales conocidas. Estos t贸xicos se siguen encontrando en los efluentes de quienes integran su cadena de suministro, en sus productos y en el medio ambiente, a pesar de d茅cadas de programas de responsabilidad corporativa y de regulaci贸n.Los l铆mites legales sobre el uso y el vertido de estas sustancias qu铆micas peligrosas han permitido que las descargas de una multitud de fuentes se acumulen en el medio ambiente a trav茅s de los a帽os. Estas sustancias no deber铆an estar en el ambiente ya que para sustancias qu铆micas peligrosas y persistentes no existe un nivel de presencia "seguro".Hace m谩s de dos a帽os (Julio de 2011), Greenpeace lanz贸 su campa帽a Detox, un llamado a los l铆deres del sector textil para “limpiar” sus procesos productivos y hacer frente al problema de la contaminaci贸n t贸xica de los r铆os del mundo. Desde entonces, un total de 17 empresas de ropa se han comprometido al reto.La Pasarela Detox es la evaluaci贸n que hace Greenpeace del progreso de dichas marcas hasta ahora. En funci贸n de las medidas que ya han adoptado para alcanzar el mayor cumplimiento con su compromiso Detox, las 17 marcas fueron agrupadas en doscategor铆as: L铆deres y Greenwashers.
gp_pasarela_explicada_detox
El sector textil est谩 transformando su modo de producci贸n. Despu茅s de a帽os de “barra libre” para contaminar agravados por el aumento de la producci贸n como consecuencia de la moda r谩pida, fabricantes y dise帽adores est谩n tomando nota para hacer sus colecciones m谩s sostenibles, en las pasarelas y en las tuber铆as de vertido.
Cada vez es m谩s habitual ver c贸mo las prendas de ropa se llenan de etiquetas verdes con mensajes como “algod贸n org谩nico” o “no transg茅nico”; las tiendas se hacen m谩s sostenibles y eficientes energ茅ticamente; las escuelas de dise帽o imparten asignaturas de moda sostenible y en las centrales de las grandes marcas de moda se empieza a pedir a sus proveedores en terceros pa铆ses que garanticen que las colecciones son elaboradas sin sustancias t贸xicas. Definitivamente algo est谩 cambiando en un sector acostumbrado a reinventarse constantemente para estar, como no, a la 煤ltima moda.
“Las grandes marcas del sector no pueden estar mirando constantemente a otro lado y decir que ellas no pueden controlar la totalidad de lo que produzcan sus proveedores”, afirma Sara del R铆o, qu铆mica que lleva a帽os trabajando en Greenpeace con el sector textil. “La velocidad con la que han reaccionado algunas marcas a nuestras campa帽as demuestra que son conscientes del problema de la contaminaci贸n que genera el sector en los pa铆ses fabricantes y que son capaces de adaptarse a un modelo m谩s limpio en un tiempo razonable”.
Y es que si atendemos a la rapidez con que, por ejemplo, la reina de la moda r谩pida, la multinacional espa帽ola Inditex, se avino a publicar un compromiso para eliminar de forma progresiva los t贸xicos de su cadena de producci贸n, vemos que las empresas ya no discuten sobre si deben o no producir de forma m谩s sostenible, sino sobre c贸mo y en qu茅 plazo hacerlo, sobre todo teniendo en cuenta que una compa帽铆a como Inditex trabaja con miles de proveedores repartidos por todo el mundo. Algo que tambi茅n le sucede a otros pesos pesados del sector como Mango o H&M, que tambi茅n se han comprometido a eliminar los t贸xicos de su cadena de suministro con relativa velocidad, aunque a veces no lo hacen de la forma m谩s diligente que debieran.
Si bien los principales actores de este sector, las grandes multinacionales que venden millones de prendas en todo el planeta son en un primer momento reacios a cualquier cambio que implique ciertos sacrificios, cada vez m谩s se ven en la encrucijada de sumarse a la corriente de la moda sostenible para no perder mercado. El nivel de concienciaci贸n y de conocimiento del p煤blico es cada vez mayor en pa铆ses como Estados Unidos o en algunos de nuestro entorno como Alemania, Italia o Francia, y esto est谩 implicando que las marcas globales est茅n generando tambi茅n cambios globales, a la vez que ese nivel de concienciaci贸n y de responsabilidad se extiende por todo el mundo.
Los consumidores est谩n viendo c贸mo con su acci贸n pueden ejercer una gran influencia sobre las marcas.
EL PODER DE LA GENTE
A las campa帽as sobre las, a veces, p茅simas condiciones de trabajo en las que se producen los textiles en pa铆ses del denominado Sur Global, como las llevadas a cabo por la asociaci贸n Setem, se unen otras como Detox de Greenpeace para denunciar la contaminaci贸n de los r铆os y acu铆feros por las industrias textiles que est谩n haciendo que el ciudadano exija cada vez m谩s que su ropa est茅 “limpia”.
“En el 煤ltimo a帽o y medio hemos experimentado un cambio considerable”, afirma Gema G贸mez, fundadora de Slow Fashion Spain. “Si bien a煤n nos queda mucho por hacer, los consumidores est谩n viendo c贸mo con su acci贸n pueden ejercer una gran influencia sobre las marcas, y si les piden que su moda sea m谩s sostenible, las empresas toman notan y cambian el rumbo”.
Para G贸mez este “poder de la gente”, sumado a la mayor concienciaci贸n que tambi茅n se est谩 experimentando en pa铆ses como Espa帽a, est谩n siendo los aut茅nticos motores de este cambio, al que las empresas deben sumarse, aunque les cueste hacerlo o intenten encontrar atajos. “Lo que m谩s me sorprende es el fen贸meno que se produce en pa铆ses como Colombia o Brasil, donde la mayor cercan铆a de las personas a la tierra y su mayor v铆nculo con ella est谩 haciendo que sean m谩s exigentes para que la producci贸n textil sea m谩s respetuosa con el entorno, algo que en Europa es dif铆cil de ver”, a帽ade G贸mez.
Numerosos expertos en sostenibilidad apuntan a que no se puede producir un verdadero cambio de paradigma en el sector sin que se produzca una reducci贸n en la producci贸n y en el actual modelo de moda r谩pida y barata que cada a帽o saca al mercado m谩s de 80.000 millones de prendas. Aunque por el momento no existen indicios de que esto vaya a producirse, por lo que todas las iniciativas van dirigidas a que, al menos, esa producci贸n tenga el menor impacto posible.
¿PERO CU脕L ES ESE IMPACTO?
Las grandes marcas no deciden dar un paso adelante hasta que no se ven obligadas a ello.
Sara del R铆o lo explica muy claramente: “Numerosos tintes, detergentes y estampados contienen sustancias t贸xicas, que durante la fabricaci贸n terminan en las aguas y r铆os de las zonas de producci贸n, y posteriormente acaban en el mar, haciendo de este un problema global”. Pero no queda ah铆 la cosa, si esas prendas han sido lavadas o te帽idas con productos que conten铆an sustancias t贸xicas, siempre quedan restos que se liberan de nuevo a los canales de agua de los pa铆ses en los que las prendas se lavan, con lo que se cierra el c铆rculo de la contaminaci贸n.
Muchas de esas sustancias son compuestos org谩nicos persistentes que, como apuntan expertos en la materia como el doctor Miquel Porta, “si llegan al mar pueden terminar en los peces que luego nos comemos y terminan en nuestro organismo”, algo no especialmente recomendable teniendo en cuenta que estos productos pueden ser cancer铆genos y disruptores hormonales. Lo m谩s sencillo ser铆a prohibirlos en todo el mundo, no solo en algunos pa铆ses. A fin de cuentas el mar no conoce de fronteras y la contaminaci贸n menos a煤n.
Adem谩s de irse a las tuber铆as de vertido de las f谩bricas textiles, Greenpeace ha analizado numerosas prendas en busca de sustancias t贸xicas, lo que le ha permitido sentarse frente a frente con las empresas y pedirles mayor responsabilidad. Todas las grandes marcas realizan por su cuenta este tipo de an谩lisis por lo que es probable que tengan constancia de que muchos de sus proveedores utilizan productos que por ejemplo en Europa est谩n prohibidos aunque todo apunta a que no deciden dar un paso adelante hasta que no se ven obligados a ello. De nuevo, por “el poder de la gente”.
Paralelamente al cambio que se est谩 produciendo en la ropa que se expone en los escaparates y en los estudios de dise帽o, en algunos pa铆ses productores ya han saltado las alarmas y se est谩n poniendo en marcha medidas para paliar los graves problemas medioambientales y de salud que ocasionan. Recientemente el Gobierno chino, el principal pa铆s productor de textiles del mundo, utiliz贸 el t茅rmino “aldeas del c谩ncer” para denominar las 谩reas de producci贸n donde se han detectado unos 铆ndices de c谩ncer excesivamente elevados, con las consecuencias que algo as铆 puede tener para cualquier sistema sanitario (por precario que sea) y, sobre todo, por las repercusiones sociales que pueda tener entre los habitantes de regiones enteras que ven c贸mo sus gobernantes no hacen nada para evitar un problema que se ve y se huele en los r铆os y cuyo color solo varia seg煤n el tinte que se est茅 utilizando en ese momento en las f谩bricas.
CONCIENCIACI脫N EN LA BLOGOSFERA
Entre los numerosos blogs del mundo de la moda la tendencia no ha pasado inadvertida y cada vez son m谩s quienes se aventuran a pedir a sus marcas favoritas que, adem谩s de dise帽ar ropa original, esta sea sostenible. “Antes la moda la marcaban la calle, la m煤sica, los h谩bitos, la cultura, los viajes, los libros de tendencias… Ahora parece que lo trendy lo dicta Greenpeace” publicaba hace unas semanas L-i.nkmagazine.com.
La moda es uno de los sectores donde m谩s se ha desarrollado la blogosfera. Existen centenares de bit谩coras que analizan las colecciones de todas las marcas y que tambi茅n est谩n ejerciendo presi贸n y contribuyendo a que se produzca esta revoluci贸n silenciosa. “Es cierto que muchas blogueras a煤n se fijan solo en t茅rminos como org谩nico pero es indudable que la sostenibilidad es cool y est谩 de moda”, comenta la bloguera Raquel Trejo (modaytendencias). “El p煤blico est谩 m谩s concienciado y exige m谩s, especialmente en lo relativo a tejidos, la gente marca la tendencia y las marcas se amoldan a ella”.
Este argumento es compartido por Paula Gull贸n, cofundadora de la agencia de comunicaci贸n especializada en moda Tal Cual. “Las marcas han identificado que el hecho de ser sostenibles es bueno para su imagen, adem谩s de que es cierto que la calle cada vez lo pide m谩s”.
Habr谩 que esperar para saber si en diez a帽os, por ejemplo, todo el sector ser谩 sostenible, “igual no todo el sector, pero s铆 buena parte”, augura optimista Trejo. Lo que parece innegable es que el cambio ya est谩 en las pasarelas. Queda por ver si tambi茅n se traslada definitivamente a las f谩bricas y a sus tuber铆as.
M谩s informaci贸n en www.greenpeace.es/detox
DUELO DE ALTA COSTURA
Seg煤n declaraba hace a帽os Karl-Johan Persson, presidente de la firma sueca de moda r谩pida H&M, en un viaje a China para visitar a uno de sus proveedores, se llev贸 una gran sorpresa al encontrarse en la f谩brica con uno de los due帽os de una marca de alta costura que tambi茅n hab铆a subcontratado su producci贸n all铆. Y es que en un mundo globalizado como este, el t茅rmino caro dej贸 hace tiempo de ser sin贸nimo de fabricado en el primer mundo o con una mayor responsabilidad social, algo que la campa帽a Fashion Duel (duelo de la moda) ha podido comprobar.
Al igual que ocurriera con las marcas deportivas o con las del sector de la moda r谩pida, Greenpeace “lanz贸 el guante” a las marcas de lujo (curiosamente m谩s reacias a cambiar) y las ret贸 a que demostraran que el alto precio de sus productos tambi茅n inclu铆a una pol铆tica de producci贸n m谩s sostenible medioambientalmente hablando. Con la informaci贸n recabada, la organizaci贸n ecologista realiz贸 un ranking en el que, para sorpresa de todos, tan solo la firma italiana Valentino se salvaba.
El resto, hasta sumar 15 marcas, suspenden por diferentes motivos, como explica la experta de Greenpeace Chiara Campione: “Resulta incomprensible que algunas marcas como Chanel, Dolce & Gabbana, Herm猫s o Prada no quieran informar a los consumidores de su pol铆tica de producci贸n, esta falta de transparencia ya no es propio de nuestro tiempo”.
El ranking no solo se centra en las sustancias t贸xicas, sino tambi茅n en otros aspectos como la deforestaci贸n que ocasionan sus proveedores de embalajes de papel y cart贸n o la que se produce para extender los pastos del ganado que sirven para fabricar sus productos de cuero. Campione destaca que pr谩cticamente todas las empresas quieran desentenderse de la responsabilidad que tienen para que sus productores fabriquen sus caras prendas de ropa sin usar sustancias contaminantes. “Piensan que el problema no es suyo, aunque obviamente son los responsables finales de si la ropa que venden contiene sustancias t贸xicas o de si los fabricantes las han utilizado en su producci贸n”, recuerda Campione. Y es que para hacer moda de alta costura, no basta con contar con la firma de los dise帽adores m谩s famosos, sino que tambi茅n hay que estar a la altura.