Ir al contenido principal

El capitalismo como problema


*elmercuriodigital.es 12.11.13. Por Pascual Serrano.- En su libro 脡bano, dedicado a 脕frica, el periodista polaco Ryszard Kapu艣ci艅ski cuenta la historia de un barrio a varios kil贸metros de la localidad nigeriana de Onitsha, donde en mitad de la carretera hay un tremendo socav贸n en el que los veh铆culos terminan engullidos. Aquella barriada ha desarrollado todo un sistema de diferentes equipos de salvamento que se ganaban la vida sacando del hoyo a los veh铆culos, muchos de ellos grandes camiones. El obst谩culo supone horas y d铆as de retraso para todos los que por all铆 deben pasar, y as铆 lo tienen asumido. Como consecuencia -explica Kapu艣ci艅ski- numerosas tiendas viven de los clientes atascados en la larga caravana que consumen comida, bebida o tabaco. Incluso en unas casas vecinas se anuncia en trozos de cart贸n la palabra “Hotel”, donde se alojan muchos de los viajeros que se ven obligados a pasar la noche all铆. Tambi茅n se hab铆an multiplicado talleres locales de reparaci贸n para que los conductores aprovechen la espera para arreglar peque帽as aver铆as que ten铆an pendientes o actividades de mantenimiento. Tambi茅n tienen m谩s trabajo profesionales como los sastres, zapateros o peluqueros que eran recurridos aprovechando el tiempo muerto. De modo que la maldici贸n de los conductores se hab铆a convertido en bendici贸n para los habitantes y comerciantes de ese barrio. Ni que decir tiene que la gente imped铆a con todas sus fuerzas que se arreglase el agujero, pues era la salvaci贸n de su econom铆a.

La curiosa paradoja del hoyo de Onitsha no es un caso aislado. En 1992 escrib铆 sobre unos ni帽os de nueve a帽os que descubr铆 en la carretera panamericana a su paso por Honduras y que se dedicaban a tapar con arena los baches de la carretera a cambio de algunas monedas que les echaban los conductores. Estos no sab铆an que, al final de la jornada, esos mismos ni帽os volv铆an a extraer la arena para poder continuar al d铆a siguiente con su meritoria y lucrativa actividad.

Estas sencillas an茅cdotas me hacen pensar en que esos agujeros -en Nigeria o en Honduras- son la mejor met谩fora del capitalismo. Un sistema que fundamenta su desarrollo y existencia en los problemas de los otros, y cuya soluci贸n es la peor de las noticias. Ya Charlie Chaplin, en su pel铆cula El Chico, muestra al ni帽o de la calle al que se ha visto obligado a adoptar, rompiendo cristales a pedradas y la providencial aparici贸n de Charlot inmediatamente despu茅s como cristalero tras su paso. Mi padre me contaba la historia de un alba帽il que arreglaba goteras y que un d铆a, al encontrarse indispuesto, mand贸 al hijo. A la vuelta le pregunt贸 qu茅 tal hab铆a ido todo y el joven le dijo que hab铆a arreglado perfectamente el da帽o. El padre, alarmado, le ech贸 en cara c贸mo no se le hab铆a ocurrido aprovechar su subida al tejado para mover otra teja y provocar otra gotera diferente que les garantizase un nuevo aviso de arreglo.

En todos estos casos se cumple el principio capitalista de no resolver los problemas porque en ellos se encuentra el motor del funcionamiento del mercado. Por ejemplo, lo peor que podr铆a hacer una empresa farmac茅utica privada es curar de forma definitiva una enfermedad porque se ir铆a a la ruina. As铆 se explica que hace unos a帽os las autoridades espa帽olas detuvieran a un guardia forestal acusado de provocar varios incendios. El hombre tem铆a quedarse sin trabajo y, como en la pel铆cula de Chaplin, lleg贸 a la l贸gica conclusi贸n de que, en el capitalismo, el mejor modo de garantizarte el empleo es multiplicar el problema que motiva tu contrataci贸n.

Es curioso que se haya dedicado tanta literatura a exponer la ineficacia del socialismo o del papel del Estado cuando quien lleva el germen de la necesidad de no solucionar los problemas es el capitalismo y el mercado.










ARCHIVOS

Mostrar m谩s


OTRA INFORMACI脫N ES POSIBLE

Informaci贸n internacional, derechos humanos, cultura, minor铆as, mujer, infancia, ecolog铆a, ciencia y comunicaci贸n

El Mercurio (elmercuriodigital.es), editado por mercurioPress/El Mercurio de Espa帽a bajo licencia de Creative Commons
©Desde 2002 en internet
Otra informaci贸n es posible