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Se cumplen 32 años de las masacres de Sabra y Shatila

Los responsables siguen gozando de la más absoluta impunidad. Israel, Estados Unidos y algunos países europeos han hecho todo lo posible para proteger a los criminales y evitar que se haga justicia

•elmercuriodigital ▫ La masacre de Sabra y Chatila fue una matanza de palestinos en los campos de refugiados situados en esos pueblos, en Beirut Oeste, durante la Guerra del Líbano de 1982, a manos de la Falange Libanesa, de origen cristiano, en su mayoría pertenecientes a la Iglesia maronita, en respuesta a la Masacre de Damour, en la cual, palestinos pertenecientes a la OLP habían asesinado a 582 personas y profanado el cementerio cristiano. Esta masacre mereció la calificación de acto de genocidio por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas a través de su resolución 37/123.1 Según una comisión interna israelí, la Comisión Kahan, las Fuerzas de Defensa de Israel apostadas en el Líbano fueron indirectamente responsables de los hechos por no evitar las matanzas.


PalestinaLibre.org.- Entre el 16 y 18 de septiembre de 1982, con el apoyo militar y la complicidad de Israel, las fuerzas de la Falange Libanesa masacraron a la población palestina en los campamentos de Sabra y Chatila. Hoy a 32 años de esta horrenda masacre, los responsables siguen gozando de la más absoluta impunidad, donde Israel, Estados Unidos y algunos países europeos, han hecho todo lo posible para proteger a los criminales y evitar que se haga justicia.

Las tropas israelíes, comandados por Ariel Sharon, el entonces Ministro de Guerra de Israel, y en coordinación con los paramilitares libaneses aliadas del estado sionista, planificaron y gestionaron el ingreso a los campamentos de estas milicias libanesas para que perpetraran una masacre contra una población compuesta principalmente de adolescentes, niños y mujeres. En esta masacre un numero indeterminado de refugiados palestinos (estimado entre 3.000 a 5.000), fueron cruelmente asesinados.


Esta masacre mereció la calificación de acto de genocidio por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas a través de su resolución 37/123.

Sabra y Chatila eran dos campos de las Naciones Unidas para albergue de los refugiados palestinos, en los arrabales de la ciudad de Beirut, capital del Líbano. Estos dos campamentos -como resultado de la invasión militar israelí a el Líbano y de la posterior evacuación de las tropas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) convenida entre las partes, con la intervención de los Estados Unidos-, quedaron bajo control y jurisdicción del Ejército de Israel, el cual, moral y jurídicamente, era responsable y garante de la vida de los moradores de esos dos campamentos, de acuerdo con las Convenciones Internacionales respectivas.

Entre los días 16 y 18 de septiembre de 1982 y como resultado de una conspiración urdida por los jefes del Ejército israelí de ocupación, los campamentos fueron invadidos por paramilitares y bandas criminales que, con amplio respaldo logístico de las tropas sionistas -incluyendo una profusa iluminación de los campamentos con luces de Bengala- procedieron a masacrar a la inerme población civil. Esa población civil era en su mayoría ancianos, mujeres y niños, provocando un número de víctimas fatales las que, según la procedencia de la información, varía entre los 1.500 y los 3.000. En su furia homicida los criminales no respetaron ni a los animales domésticos y con idéntica saña ametrallaron caballos y perros. Luego procedieron a derrumbar viviendas para sepultar a las víctimas entre los escombros.

La difusión por los medios de comunicación de esta incalificable masacre produjo un estremecimiento de horror en la opinión pública mundial y desde los más diversos sectores se alzaron airadas voces de protesta clamando el total esclarecimiento de los hechos y el castigo tanto de los responsables como de sus agentes actores.

Comisión Ad Hoc

Mientras el gobierno israelí creó una comisión ad hoc para “investigar” lo sucedido en Sabra y Chatila (Comisión Kahan), por otro lado un grupo de juristas de reconocido prestigio internacional de los Estados Unidos, Canadá, Francia, Sudáfrica e Irlanda, creó una comisión para investigar las violaciones israelíes de las leyes internacionales en el Líbano. Presidente de la comisión fue designado el poeta irlandés y Premio Nobel de la Paz, Sean Mac Bride.

Comisión internacional
Empero y mientras la comisión ad hoc israelí resultaba ser nada más que un subterfugio para enmascarar y diluir responsabilidades y una válvula de escape para la creciente presión de la opinión pública, la comisión internacional presidida por Sean Mac Bride ponía en descubierto todos los detalles de la confabulación urdida para perpetrar tan horrendo crimen.

Muchas iniciativas legales y judiciales se han presentados para juzgar a los responsables, sin embargo tanto Israel como Estados Unidos han presionado para evitar que los criminales sean llevados a tribunales independientes.

Una de las causas fue tramitada ante los tribunales de Bélgica, donde el tribunal de Apelación de ese país admitió tramitar la demanda presentada contra el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, por la matanza de Sabra y Chatila, si bien ha estimado que se debe “respetar su inmunidad” durante el ejercicio de su cargo. Sharon fue acusado de crímenes de guerra y contra la Humanidad.

Sin embargo por presiones de Estados Unidos, Bélgica en 2003, derogó la lee ley que otorga “competencia universal” a los tribunales belgas para crímenes de lesa humanidad, salvando de esta forma a Sharon y los demás criminales de ser juzgados.

Curiosamente, meses antes de derogar esta ley, el propio canciller belga Louis Michel se entrevistó con Sharon en Berlín (que no quiso ir a Bélgica por temor a ser detenido), para decirle que no está de acuerdo “en absoluto” con la decisión de la Justicia de su país.

Las experiencias históricas han demostrado que es muy difícil hacer justicia contra alguien en el poder o que cuenta con un respaldo militar. Es cuestión de recordar que los Nazis solo fueron juzgados una vez derrotados y las dictaduras de Latinoamérica nunca fueron juzgadas mientras tenían el poder. Solo tribunales en democracia fueron capaces de juzgar y condenar a los responsables de los crímenes cometidos.

La historia de Sabra y Chatila se ha repetido a lo largo de la historia palestina. Es cuestión de recordar las centenares de masacres israelíes como Deir Yasin, Quibya, Lod, Jaffa, Jenin, etc. etc, son centenares de masacres…. Ahora la historia se repite en Gaza, durante esta última agresión de 2014, el ejército israelí ha asesinado a más de 2.100 palestinos, en su mayoría niños y mujeres y ancianos que habitualmente se encontraban en sus hogares o escuelas de refugio, donde en forma intencional e increíble ensañamiento atacaron a objetivos civiles, casas familiares y barrios residenciales, solo con el objetivo de causar la máxima cantidad de víctimas y daños.

¡En todos los crímenes anteriores Israel logró esquivar la justicia!

¡En los crímenes de Sabra y Chatila, Israel logró con el apoyo político y militar evadir la justicia y los criminales siguen gozando de la impunidad!

¿Al igual de los crímenes anteriores, este nuevo crimen en Gaza quedará en la impunidad que Israel goza?

Esta impunidad es la que da luz verde e incentivo a cometer nuevos crímenes.

Desgraciadamente, esta impunidad, hipocresía internacional y el doble estándar, los que con toda seguridad, invitarán a Israel a cometer un nuevo crimen.

Más información en http://palestinalibre.org/articulo.php?a=52590&utm_source=feedly&utm_reader=feedly&utm_medium=feed_noticias&utm_campaign=rss_to_palestinalibre.org

http://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_Sabra_y_Chatila

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