"El camino es nuestro"

Elena Fortún
Encarnación Aragoneses de Urquijo, más conocida por su pseudónimo literario Elena Fortún (Madrid, 17 de noviembre de 1886 - ibídem, 8 de mayo de 1952), fue una escritora española especializada en literatura infantil y juvenil.
Era hija de Leocadio Aragoneses y Esteban, alabardero de la Guardia Real, y de Manuela de Urquijo y Ribacova, de la nobleza vasca. Nació en Madrid y pasaba los veranos en la villa segoviana de Abades, en casa de su abuelo paterno, don Isidro Aragoneses, fallecido en 1892. Estudió Filosofía y Letras en Madrid. Se casó en 1908 con Eusebio de Gorbea y Lemmi, militar republicano y también escritor, que tuvo que exiliarse tras la Guerra Civil y se suicidó en Buenos Aires el 16 de diciembre de 1948. De él tuvo dos hijos; el pequeño de ellos, Bolín, murió en 1920. Vivió sobre todo en Madrid, pero también residió en las islas Canarias, San Roque, Zaragoza, Barcelona, Valencia, Francia y Argentina.
Empezó a escribir para niños en 1928, en la revista Blanco y Negro, resucitando la sección de Gente menuda, ya con el seudónimo de Elena Fortún. El 24 de junio de 1928 las historias de la niña madrileña Celia Gálvez de Montalbán, que cuestionaba el mundo de los adultos, cuajaron entre los lectores infantiles de manera tal que la editorial Aguilar se interesó por la obra. Así fueron viendo la luz títulos tan conocidos como Celia, lo que dice, Celia en el colegio, Celia y sus amigos, Celia novelista o Celia madrecita. El último, Celia en la revolución, permaneció inédito hasta hace poco, cuando se editó en 1987 por la editorial Aguilar; es un borrador de 1943. Trabajó en las revistas Blanco y Negro, Cosmópolis, Crónica y Semana, y en las infantiles Macaco, El Perro, el Ratón y el Gato y otras de España y América.
Elena Fortún en 1936. Crónica Magazine, Madrid, 1936 |
Creó celebérrimos personajes como Celia, el más popular, protagonista de una larga serie de novelas; Cuchifritín y Matonkiki, también protagonistas respectivos de ciclos novelísticos, y otros como Mila, Roenueces, el Mago Pirulo, el Profesor Bismuto, Lita y Lito y La Madrina. Elena Fortún comprendía como nadie hasta el momento la psicología infantil y se granjeó la simpatía de los niños, que se podían identificar fácilmente con sus personajes rebeldes y reconocibles en la calle. Sabe cómo ponerse a la altura de los niños y entra en su mente y en sus ilusiones; sabe qué decirles y cómo hablarles, porque Elena Fortún toma partido, definitivamente, por el bando infantil.
No se comprometió en partido u organización política alguna, pero Encarna Aragoneses siempre fue profundamente católica, y también republicana en el sentido que pensaba que la II República estaba llamada a acabar con el analfabetismo y con la situación de desigualdad que vivía la mujer. Sus narraciones extensas han relegado al olvido su narrativa corta, muy abundante y de gran calidad. La mayor parte de estas historias se publicaron en las páginas de las revistas ya mencionadas (Gente Menuda, Crónica...) y muchas de ellas fueron recogidas después en dos volúmenes titulados Los cuentos que Celia cuenta a las niñas (1951) y Los cuentos que Celia cuenta a los niños (1952). Pero gran parte de los otros no han vuelto a ver la luz y merecen una adecuada recuperación.
En el Parque del Oeste de Madrid fue erigida en 1957 una estatua a su memoria por el escultor murciano José Planes. Además, una calle de la capital lleva su nombre.
http://es.wikipedia.org/wiki/Elena_Fort%C3%BAn
Matilde Ras
Matilde Ras nació en Tarragona en 1881 y falleció en 1969.
Reproducimos a continuación, parte de la semblanza que hizo de ella Augusto Vels.
El padre era arquitecto y la madre hizo el Magisterio en Francia y luego en España. Por tanto, formaban parte de los círculos intelectuales de la época en Tarragona.http://www.iberlibro.com/Grafologia-Matilde-Ras-Editorial-Labor-Barcelona/8029120424/bd
Matilde Ras era la mayor de dos hermanos: Aurelio, un año menor que ella y que luego será el padre de otra eminente grafóloga: Silvia Ras. El padre de Matilde es un hombre inquieto y con vocación un poco nómada. Cuando Matilde cuenta con dos años, marcha con ella y su mujer a Cuba, dejando al niño pequeño, Aurelio, con una ama, en Alcañiz.
De regreso a España, por haber muerto el padre de Matilde en Cuba, se instalan en Tarragona, al poco tiempo en Barcelona y después residen un par de años en Soria, donde la madre se casa con un Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, hombre afectuoso, del cual guardó Matilde y su hermano muy gratos recuerdos. Al cabo de un periodo de tiempo corto, muere también el padrastro y vuelven a Barcelona, después de unos meses en Zaragoza. Finalmente se instalan definitivamente en Madrid, donde Matilde termina el Bachillerato, no sin acusar los pequeños traumas de tanto cambio de colegio, aunque su verdadera maestra es su propia madre, que como dijimos, tenía la carrera del Magisterio.
Desde muy jovencita, muestra Matilde Ras una gran predisposición por la literatura. Lee mucho y escribe pequeños cuentos e historietas, que más tarde se convertirán en inspirados y graciosos cuentos infantiles que tienen un gran éxito y que son publicados por diversas revistas para infantes.
Matilde muestra también, desde muy jovencita, una gran predisposición y vocación por el dibujo, llegando, a los 18 años, a ejercer como profesora de Dibujo.
Otro de sus "hobbies" es la traducción de versos que realiza magistralmente, casi literalmente y sin perder la rima ni el sabor y autenticidad de los autores (Verlaine, Baudelaire, Paul Valéry y otros). Su hermano Aurelio, hombre de una elevada cultura, influye sobre ella en el estudio a fondo del siglo de Luis XIV, convirtiéndose en una apasionada lectora de Voltaire, del cual hará un estudio psicobiográfico basándose únicamente en su correspondencia, ya que no pudo disponer de escritura manuscrita.
Este estudio psicobiográfico, del cual ella hablaba siempre con gran interés, y como si se tratara de su obra maestra, está aún sin publicar.
Su gran afición a la literatura hace que coleccione gran cantidad de libros y que recorra con asiduidad las librerías de viejo. En una de estas librerías, siendo aún muy joven, descubre y compra el libro de Juan Hipólito Michon titulado "Método práctico de Grafología". Naturalmente, el libro está en francés, idioma que domina desde muy pequeña enseñado por la madre. El libro de Michon es toda una revelación para Matilde. Lo estudia con verdadera pasión y se dedica a comprobar entre familiares y amigos la veracidad de los signos grafológicos, es decir, su correspondencia psicológica. Este libro le permite cosechar grandes éxitos al poner en juego sus grandes dotes intuitivo-deductivas, interpretando cartas manuscritas que le van pasando.
Así transcurren unos años, pocos, pues su ardiente curiosidad le incita a conocer otros libros y a profundizar cada vez más en la apasionante ciencia de Michon.
Pronto, a través de los amigos que tiene en París, recibe otros libros, entre ellos, el de Albert de Rochetal, el de la baronesa de Urgern-Sternberg, el de Adrien Verinard y otros y, finalmente, uno que le entusiasma: "La escritura y el carácter" de Crépieux-Jamin que, posteriormente, se traducirá por su mediación y se publicará en el año 1933.
Durante años se preparó concienzudamente, siempre orientada por su hermano Aurelio que, como filósofo, ayudó con su claro criterio y gran erudición a la formación de su hermana mayor (Matilde tenía en gran respeto la opinión de su hermano, tal vez por la aureola que éste se había ganado entre compañeros de Universidad y después entre colegas, o tal vez por el prejuicio de que, al ser hombre, podría tal vez interpretar las cosas de otra manera más racional).
Matilde Ras estuvo en contacto desde muy joven con la Société de Graphologie de París. Aproximadamente, en el año 1910, tal vez pensó en la conveniencia de dar a conocer la Grafología y colaborar en alguna revista. Con este propósito, se dirigió a la revista "Por esos mundos", que por aquellas fechas dirigía Benito Perojo.
Es Matilde Ras misma quien nos cuenta las peripecias de su entrada como colaboradora de la referida revista: "Yo no había publicado aún -dice Matilde Ras ningún trabajo de Grafología, cuando se me ocurrió escribir (aún estando ausente de Madrid) al Director de la revista "Por esos mundos", ofreciendo un Consultorio Grafológico. Comprendiendo que mi nombre, entonces totalmente desconocido, no ofrecía 'la menor garantía, invité a la redacción en peso a que me enviasen sus grafismos, que yo me comprometía a analizar los. A vuelta de correo, entre curiosos y escépticos, me los enviaron. Y aún recuerdo uno que se limitaba a conminarme: "Dígame cuál es mi estado de ánimo en estos momentos". Y también recuerdo, poco más o menos, mi respuesta: "Su estado de ánimo es como para pegarse un tiro, pero no lo hará porque no le vaya a dar gusto a alguien". A vuelta de correo me escribió el Director aceptando mi proposición".
En el año 1917, y con motivo de poseer, enviados por sus amigos de París, una importante colección de autógrafos de los personajes más destacados de los países beligerantes en la primera guerra mundial, se decidió a publicar su primer libro en Editorial Estudio de Barcelona. En esta obra analiza muchos de estos personajes, pero es importante ya un detalle: lleva prólogo del gran maestro francés Crépieux-Jamin.
Su pasión por la Grafología es cada vez más fervorosa. Por eso, a mediados del año 1923 gana una beca de estudios y se traslada a París, donde recibe clases de Grafología de su admirado maestro Crépieux-Jamin, padre de la Grafología francesa. Pero su inquietud no para aquí; quiere conocer también la peritación caligráfica de documentos manuscritos sometidos a dictamen judicial. Y busca, como no, a quien mejor podía enseñarla: a Solange Pellat, con quien estudia a fondo el tema de las peritaciones.
Pero tampoco se detiene aquí. Ella sabe muy bien la gran influencia que los trastornos psicosomáticos tienen sobre el grafismo. Decide estudiar las enfermedades en el grafismo con dos grandes investigadores que, como ella no se anda por las ramas, son los mejores de su tiempo: el Dr. Rogues de Foursac y el Dr. Camilo Streletsky. Con este último, con Streletsky, que además de excelente psiquiatra fue también eminente grafólogo -y durante algunos años Presidente de la Société de Graphologie-, perfecciona también sus conocimientos grafológicos.
A su llegada a España, después de algunos años en París, donde se distinguió,primero como alumna y luego como colega de los mejores grafólogos de la ciudad del Sena, rompió resistencias, luchó genialmente contra la incredulidad de muchos y terminó imponiéndose con un éxito arrollador con sus trabajos de interpretación grafológica y con sus colaboraciones en "ABC" y "Blanco y Negro", que continuaría durante toda su vida.
A partir de su llegada a España, sus trabajos de Grafología se incrementan cada vez más. Publica en el año 1929 su segunda obra "Grafología" (las grandes revelaciones de la escritura), que publica Editorial Labor, una de las más prestigiosas editoriales de la época. Colabora también en otros diarios y revistas, como "La Voz", "Heraldo de Madrid", "Mundo Hispánico", etc., así como en numerosos diarios y revistas de Sudamérica, Portugal y Francia.
Por esas fechas, realiza también la parte correspondiente a Grafología de la famosa Enciclopedia Espasa, siguiendo a continuación toda una serie de obras sobre temas tan interesantes como:
- "La inteligencia y la cultura en el grafismo" Ed. Labor
- "El retrato grafológico". Ed. Plus Ultra.
- "Historia de la escritura y Grafología" (obra de gran erudición, donde se observa la gran cultura de Matilde Ras, su gran maestría y su madurez grafológica). Ed. Plus Ultra.
- "Los artistas escriben". Ed. Alhambra (donde Matilde Ras estudió los temperamentos visual y auditivo, haciendo retratos grafo-psicológicos de innumerables músicos, pintores, escultores y poetas).
Y, finalmente, su última gran obra grafológica:
- "Lo que sabemos de Grafopatología", editada por Gregorio del Toro en 1963, con un prólogo del Dr. Velasco Escasí.