TEATRO Los Unos y Los Otros presenta: LA MUJER Y EL DEBUTANTE, de Josep Maria Miró
Estreno: Sábado 31 de enero. Funciones: Sábados de febrero a las 20:00
El Umbral de Primavera
Ficha artística
Intérpretes: Ángela Mamen García y Alberto David Matarín
Traducción: Miguel García
Escenografía: Mitxel C. Oliver
Vestuario: Ropita de Ultramar para Lola Queipo
Iluminación: Nerea Castresana
Maquillaje: Quica Belda
Espacio Sonoro: Frank Dushanbe
Construcción Escenografía: Hipérbole Decorados
Fotografía: Anne Altuna
Cartel: Antonio Gómez
Producción Artística: Blubalum Films
Dirección: Xavier Ariza
Es una producción de Los Unos y Los Otros
Centro de creación escénica contemporánea
Xavier Ariza + Oriol Esquerda
Madrid – Barcelona – Madrid
Con la colabaración de: Eduardo Rivera – La Joven Compañía
Agradecimientos: Montse Ariza – Igor Arbizu – Jonathan Galan
Estreno: Sábado 31 de enero
Funciones: Sábados de febrero a las 20:00
Entradas: Taquilla 14€ / Reservas anticipadas 12€
Josep Maria Miró
Vic, 1977
Licenciado en dirección y dramaturgia y periodismo. Autor de El principi d’Arquímedes (2011) –XXXVI Premio Born–, Gang Bang (2011) –Teatre Nacional de Catalunya–, La dona que perdia tots els avions ( 2009) —XXXIV Premi Born—, Una història explicada del revés, o no (2009) —Cicle Assajos Oberts, Teatre Lliure—, La dona i el debutant (2008) —Premi Ex Aequo Teatre Principal—, La gran nit de Lurdes G.(2008) —Coautoría con Cristina Clemente. Accèssit Premio Lluís Solà—, Quan encara no sabíem res—I Premio Lluís Solà, finalista internacional Stückmarkt y XX Premi Crèdit andorrano—, 360″(2006) —Accésit XX Premio Marqués de Bradomín—, Les dones de Caín (2005) —IV Premios Ramon Viñas—, entre otras, y de las dramaturgias 5 contes diferents (2011), Cocaïna, absenta, pastilles de valda i cafè amb llet (2009), Captius (2009) y El dia que vaig conèixer Harold Pinter (2009). Ha dirigido textos propios y ha sido ayudante de dirección de Xavier Albertí, Xavier Pujolràs, Toni Casares y de la coreógrafa Germana Civera.
Nota de Dirección/1 -
Camilla: Señor, deberíais quitaros la máscara.
Forastero: ¿De verás?
Cassilda: En verdad, ya es hora. Todos nos hemos despojado de los disfraces, salvo vos.
Forastero: No llevo máscara.
Camilla: (aterrada a Cassilda): ¿No lleva máscara? ¿No la lleva?
Acto I, Escena II
Robert W. Chambers, El Rey de Amarillo.
Nota de Dirección/2-
El enfermo acude con su dolor, su aflicción, su sufrimiento y su temor, y pide socorro. Naturalmente, sólo raras veces lo hace a gritos. Su petición de ayuda puede adoptar varías formas: la verborrea que oculta el miedo o un rostro impertérrito detrás del cual se esconde la desconfianza en los médicos. Y el enfermo habla. Hay que escucharle, hay que oír su historia. Y de vez en cuando, es necesario hacerle una pregunta para impedir que pierda el hilo, aclarar un detalle importante o determinar la cronología. Para el narrador, su historia es lo más importante del mundo. Y el oyente nunca debe olvidar que alguna de las historias que escucha será la suya un día u otro, porque alguna de las enfermedades le caerá en suerte también a él.
¿Sabrá entonces reconocerla?
Andrzej Szczeklik, Catarsis. Sobre el poder curativo de la naturaleza y el arte.
Nota de Dirección/3-
De nuevo tengo la mirada clavada en la ventana. Los estores están bajados, mas aunque así no fuera no pienso ver nada. Al fin y al cabo, me conozco la vista de memoria, incluso siento el paso de este o aquel vecino. Miro la oscuridad para no escribir, aunque más tarde lo tendré que hacer y, mientras tanto, justifico la inacción disimulando melancolía a causa de un recuerdo inventado que de repente surgió del pasado.
Siempre lo mismo. En cuanto la narración empieza a fluir en una dirección que podría descubrirme los rincones oscuros de mi alma, cambio inmediatamente de tema, empiezo el siguiente capítulo y a lamentarme de mi maldita suerte. No es tan difícil encontrar un motivo. Veamos, por ejemplo, ¿por qué a mí, que no hacía más que marcar el ritmo en un grupo de rock provinciano, por qué a mí me toca enfrentarme a problemas metafísicos insolubles? ¿Acaso soy yo la persona adecuada para determinar si la mujer tiene alma o no? Y ya que he tocado el tema metafísico, no está de más decir también que se trata de una ciencia irremediablemente desfasada y no hago más que complicarme la vida con una estructura mental de los siglos XIII y XIV en estos tiempos que deberíamos plantear las siguientes preguntas: ¿hay vida en la Tierra? Y si la hay, ¿se trata de una derivación del sueño o de una producción televisiva? ¿Existen los seres humanos y, si existen, tienen los hombres también alma?
Svetislav Basara, Guía de Mongolia
