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Sembrar agua para cosechar vida

"La semilla es pequeña, pero rompe cualquier piedra, cualquier roca y la hace florecer" José María Arguedas

•elmercuriodigital ▫ Jorge Zavaleta Alegre.- Solo los grandes “desastres naturales” como grandes terremotos, inundaciones o los provocados  por acción directa del hombre, tales como guerras, accidentes aéreos, hundimiento de barcos, provocan momentáneamente la acción de  gobiernos, estados y de la población involucrada. La solidaridad aparece. El sentimiento de culpa se relativiza con eventuales movilizaciones de las naciones.

En el caso del Cambio Climático, atribuido a la acción humana, que coincide con el impulso de la era industrial y  cuyos efectos son irreversibles para toda la humanidad, empezando por los más débiles,  reina la indiferencia o una publicitada movilización de los Organizaciones Internacionales, sin acciones correctivas o preventivas para paliar por ejemplo la inminente escasez de agua, la desaparición  de los nevados, la conversión en desiertos de los más extensos humedales.

 Múltiples  universidades vienen dando el grito de alarma, pero la voz de los numerosos científicos tampoco se toma en consideración en los salones de legisladores o palacios gubernamentales y menos en los directorios de la banca multilateral o privada, mientras millones de seres están más cerca de la muerte que de la esperanza de supervivir.

Entre los investigadores más preocupados  por el Cambio Climático, destacan varios académicos con reconocimiento  internacional. Un referente es Jaime Llosa Larrabure, quien tomó distancia hace años con su entrañable amigo y primo  Mario Vargas Llosa, el premio Nobel de Literatura, militante exacerbado del neoliberalismo, pese a los estragos que vive el planeta.  

Luis Llosa, es especialista en desarrollo rural, en manejo de recursos naturales y gestión del agua. La evolución de las sociedades humanas. Desarrollo, ecología, socialismos. Experiencia en gestión pública,  colaboró durante el Gobierno del General Velasco Alvarado en desarrollo y asociativismo rural, reforma agraria y propiedad social,  cuya trayectoria le concede autoridad para proponer iniciativas inmediatas y mediatas que permitan encarar algunos de los  efectos /consecuencias del  Calentamiento Global y su repercusión  socio  económica.

Sus conclusiones se refuerzan  tras analizar esa inmensa y costosísima  movilización de la ONU en COP Lima del 1-12-2015, vinculante u obligatoria en Alemania, Francia y Suiza el próximo año 2016. Señala que casos como los del Mar de Aral, el  lago Chad, el lago Victoria, el río Urrá, la Amazonía,  el Paraná o el Mekong, son  ejemplos de “cómo  la degradación de los ecosistemas acuáticos puede agravar los problemas de hambre en el mundo”

El Perú, según el Centro Tyndall de Inglaterra, es el tercer país  con más riesgos climáticos en el planeta: ”Al mediano plazo, la recurrencia de los fenómenos climáticos estará afectando  la seguridad energética y alimentaria del país, poniendo en riesgo el desarrollo de un país, habitado en el 2015 por más de 30 millones.

Centra sus opiniones en el Perú, porque es uno  de los 16 países megadiversos del mundo y con múltiples pisos ecológicos: (Casi  84% de las zonas de vida del planeta)  y de clima, 28  de 35 climas mundiales). Su ubicación  es en el Anillo de Fuego del Pacífico, corroborado como territorio de alta sismicidad y vulcanismo.

Todo el patrimonio biocultural que se despliega en los Andes tropicales se encuentra amenazado, pues los países andinos son “altamente vulnerables” a los efectos del cambio climático, siendo necesario “actuar de manera conjunta” y “sin demora” para enfrentar el calentamiento global, tal como lo ha reiterado la Comunidad Andina de Naciones - CAN.

Se estima en 22% el retroceso  de la superficie glacial  del país con una pérdida  de cerca de 7.000 millones metros cúbicos de agua que equivale  al consumo  de 10 años de la ciudad capital del Perú.

El 23 de junio de 1988, ante el Congreso de los Estados Unidos, el científico de la NASA James Hansen alertaba al mundo  que “el calentamiento global estaba en marcha”. Hoy como ayer, con un grado de certeza superior al 99%, resultará inútil tratar de reducir el dióxido de carbono atmosférico a niveles que impidan que el sistema climático alcance un punto de inflexión, más allá del cual se producirá una espiral de desastrosos cambios climáticos.

¿Qué se debe hacer?. Fortalecer las organizaciones sociales.  Capacitación para la adaptación. Incluir sistemas de monitorio. Cambio del cultivo de arroz en pozas inundadas  con técnicas  que necesiten mucho menos agua. Aprovechar el polvillo del arroz en la producción de alimentos. Extender los cultivos en los andenes, como es el caso del Colca, cerca de la  ciudad de Arequipa. Uso de microorganismos en vez de químicos. Aumentar  las rentabilidad del agua en los suelos con la incorporación del no metálico Zelita. Cosecha de agua como de la escorrentía, construyendo reservorios rústicos en la parte alta de las cuencas. Fortalecer las riberas de los cursos de agua en previsión de aluviones. La minería debe asegurar que la acumulación de los relaves estén protegidos de eventuales avenidas de los ríos.

Ante la pérdida de glaciares:  Darle prioridad a la zonificación de la cuenca. Rehabilitar andenes. Reservorios para el agua de lluvias. Estanques nocturnos. Canales de riego refaccionado, acueductos, bocatomas. Promover  el riego tecnificado.
Llosa J, dirigente universitario, dos años presidente de la Federación Provisional de Estudiantes del Perú,  Ingeniero agrónomo por la  Universidad Nacional Agraria  y profesor de la misma, de Pontificia Católica, y de Nacional de Ingeniería-UNI. Posgrado en la Universidad de la Sorbona, estudios en el Instituto Superior de Ciencias Sociales del Trabajo. Estudios de Doctorado, cursos de  reforma agraria en Chile, Bolivia e Inglaterra;  y en asociativismo rural en Israel. Investigador en Desco, Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo, creado hace 49 años. Funcionario del IICA, en América Central  y Brasil. Consultor en FAO, OIT y  OIM. Participación en el libro sobre la *Artemia. Asesor de la Red Ambiental Peruana y trabaja como consultor independiente en desarrollo rural. Contacto: jlll@speedy.com.pe

Para conservar los humedales. El Perú registra el mayor porcentaje de páramos. Plasmar la colaboración  compartida entre naciones, basada en el aprovechamiento del corredor de  páramos de la Región Andina. Alentar la conservación privada de bosques húmedos y páramos, como es el caso de la Comunidad Campesina de Samanga, en Piura.  Aprovechamiento de las cunetas existentes en las carreteras para la cosecha de agua de lluvia. Promover la siembra y cosecha del agua de lluvia.

Rescatar la experiencia  de las obras  hidráulicas prehispánicas destinadas a la cosecha de agua. Encontrar caminos para utilizar los sistemas inspirados en los conocimientos tradicionales. Un ejemplo, las amunas de Hurochirí.




Se reporta la existencia de  unas 40 represas de origen preincaico ubicadas en la Cordillera Negra-Ancash, que drenan sus aguas a la Cuenca de Nepeña, y “siguen su  curso al Pacífico”.

Más referencias. En las partes altas de Ayacucho, las comunidades campesinas de Quispillacta han habilitado sesenta reservorios con agua de lluvias. Las pozas de Ocucaje (Ica) acumulan agua de avenida para sus cultivos y proceden a su infiltración para la recarga del acuífero. Las cochas de origen Chanka en la comunidad de Lliupuquio, Andahuaylas. Todas estas organizaciones han logrado un mejor uso de sus cochas con la siembra y cosecha de agua. Los sistemas inspirados en conocimientos tradicionales registran la cosecha de agua en puna seca mediante  reservorios rústicos de mediana capacidad (80,000 m3.

En el área urbana. Es indispensable  la concurrencia de las empresas urbanizadoras  en  zonas  donde llueve para que construyan sistemas de alcantarillado,  canalizar  el agua y luego pueda ser almacenado.

Adiós a los glaciares, titula el informe de la revista especializada  Agronoticias, al testimonio del geólogo e ingeniero Benjamín Arnao*: “Solo en los últimos 42 años hemos perdido más del 42% de las masas de hielo que nos proporcionan  el 70% del agua en el período de estiaje.

*Agronoticias, revista para el desarrollo-Premio FAO-CERES 1981-82.5: Nº 328, enero 2008, Nº 361, diciembre  2010 y Nº 408, edición XXXVl, Especial por COP20.  La Autoridad Nacional del Agua-Unidad de Glaciología y Recursos Hídricos precisa: La reducción  de la superficie glaciar  del Perú, entre los años 1970 y 2014 comprende 18 cordilleras nevadas. La superficie glaciar en este período  ha disminuido de 1171,19 Km2 de  superficie a  870,66 km2 (42.64%). El cambio climático no espera.





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