Marat
1.-Un recorrido retrospectivo:
El 26 de Septiembre de 2015 se reuni贸 en el CAUM (Club de Amigos de la Unesco, nacido ahora hace 55 a帽os como centro de resistencia cultural antifranquista) un numeroso grupo de comunistas de todo el Estado, convocado bajo la idea de buscar un espacio de encuentro queenfatizase lo que nos une, tanto a comunistas sin partido como acomunistas con 茅l. Un agrupamiento que estableciese un marco de reflexi贸n y de trabajo pol铆tico conjunto, capaz de crear un clima de confianza, complicidad, respeto y fraternidad entre nosotros y donde las diferencias pol铆ticas no significasen posturas irreconciliables sino posibilidades de un debate abierto, franco y que buscase el entendimiento y la unidad de acci贸n.
Sabemos que hay quienes desean una r谩pida unidad de todos los comunistas en un s贸lo partido. Quienes dimos vida al proyecto de crear el Espacio de Encuentro Comunista (EEC) no rechazamos tal objetivo pero somos conscientes de que se alcance o no, no ser谩 un deseo r谩pido de lograr. Hay otros muchos pasos a dar y que, en la medida en que nos re煤nan en la reflexi贸n y el an谩lisis pol铆tico, la convivencia solidaria, el apoyo mutuo y la lucha pol铆tica, habremos logrado metas muy importantes por las que merecer谩 la pena todo nuestro esfuerzo. Si esa unidad org谩nica llegase alg煤n d铆a a producirse ha de haberse alcanzado con tales garant铆as de buen trabajo que no se produjera una vuelta atr谩s, ni desacuerdos hist贸ricos que m谩s tarde diesen lugar a nuevas justificaciones de cisma. Hemos de recorrer a煤n un largo camino de complicidades, b煤squeda de puntos comunes y aceptaci贸n natural de diferencias que no han de separarnos sino enriquecernos. Cualesquiera que fueran el n煤mero de etapas que el EEC en su desarrollo, y con vistas al acercamiento entre marxistas, llegue a cubrir con 茅xito, el trabajo merecer谩 la pena porque nos habr谩 trasladado al conjunto de comunistas que se impliquen en esta tarea a mejor lugar del que nos encontr谩bamos antes de intentarlo.
De aquella primera asamblea del 26 de Septiembre, el grupo promotor del EEC obtuvo el mandato de poner en marcha un proceso hacia la organizaci贸n de ese espacio de encuentro entre comunistas que fuese generando una cierta articulaci贸n de este agrupamiento y una propuesta de temas sobre los que discutir a partir de las que pudi茅ramos ir facilitando el modo de entendernos y aproximarnos entre nosotros.
Ello nos condujo hacia la segunda asamblea, de car谩cter organizativo, del31 de Octubre en la Asociaci贸n de Vecinos “La amistad deCanillejas”. En ella, junto con la conveniencia de continuar la discusi贸n abierta en la primera cita, la cu谩l no pod铆amos cerrar administrativamente porque el proyecto tiene mucho de necesario debate que vaya generando la s铆ntesis superadora de nuestras diferencias, vimos la necesidad de proyectarla tambi茅n hacia la acci贸n y la presencia activa en las luchas de la clase trabajadora.
As铆 mismo tomamos conciencia de que deb铆amos alcanzar dos objetivos concretos:
La creaci贸n de un 贸rgano coordinador de car谩cter eminentemente t茅cnico y provisional, puesto que el grupo promotor del EEC a煤n no estaba legitimado por los dem谩s comunistas del espacio para ser un 贸rgano elegido y con funciones de direcci贸n pol铆tica que conectase con el conjunto de personas que se hab铆an vinculado al proyecto en el primer encuentro.
La aprobaci贸n de 6 谩reas de discusi贸n que diesen lugar a otros tantos documentos
Programa pol铆tico (no confundir con un programa electoral, como algunos hacen)
Movimiento Obrero
Internacional/Antiimperialismo
Mujer
Organizaci贸n
Formaci贸n,
A partir del resultado de la discusi贸n de dichos textos el EEC deber铆a ir estableciendo puntos de coincidencia, reforzando lo que nos une, debatiendo sobre los aspectos en los que no coincidimos, sin cerrar la discusi贸n en falso sino asumiendo que deb铆amos continuar trabajando sobre ello, pero con una profunda y leal voluntad de unidad en el proyecto de lucha por el socialismo y en la acci贸n, marcando l铆nea pol铆tica com煤n.
De aquella asamblea salimos con una Comisi贸n Gestora de car谩cter provisional cuyo cometido era el de llevar al EEC hasta su tercera asamblea en la que se debatieran los 6 documentos que deber铆an elaborarse antes del 15 de Enero (objetivo logrado).En estos momentos los textos han empezado a ser discutidos en grupos en distintos territorios para posteriormente volver a tratarlos en dicha asamblea, que se celebrar谩 los d铆as 12 y 13 de Marzo en la sede madrile帽a del sindicato CoBas. Dicha asamblea deber谩 dotar tambi茅n al EEC de un 贸rgano de coordinaci贸n estable que facilite tanto la extensi贸n territorial y sectorial como la construcci贸n del propio espacio y su presencia e impulso en las luchas y movilizaciones de nuestra clase, la trabajadora, con una voluntad muy clara: contribuir a la unidad de acci贸n tanto de los comunistas “independientes” (no organizados en partido) como de los que s铆 lo est谩n. Si el debate pol铆tico leal y constructivo puede acercarnos, la lucha codo a codo puede ir forjando una unidad pr谩ctica solidaria entre comunistas y con nuestra clase.
En definitiva, la tercera asamblea debe deliberar sobre los primeros documentos pol铆ticos del EEC, los cu谩les son materiales de arranque te贸rico del Espacio, con sus inevitables insuficiencias propias de la deficiente formaci贸n pol铆tica y de an谩lisis que padecemos hoy los comunistas y plantearse la forma de organizaci贸n del mismo para intervenir pol铆ticamente y en lo concreto en el impulso y apoyo a la lucha de clases.
2.-Nueva etapa y nuevos desaf铆os
Cada paso dado por el EEC nos presenta nuevos retos. No puede ser de otro modo. Hasta ahora hemos recorrido la parte f谩cil del camino. Ahora viene lo complicado.
Es as铆 porque vamos a pasar de la intenci贸n a los hechos.
El an谩lisis en colectivo de los documentos evaluar谩 no s贸lo nuestra capacidad de elaboraci贸n pol铆tica, sino tambi茅n y de un modo especial, el talante con el que abordamos la discusi贸n pol铆tica. Ser谩 muy distinto el resultado si la enfocamos desde posturas r铆gidas y dogm谩ticas, en forma de posici贸n frente a posici贸n, o como contraste de perspectivas con la voluntad de acentuar los puntos de coincidencia, si enfatizamos el continente o el contenido.
En el primer documento sobre el que hemos discutido (Programa pol铆tico), previo a la tercera asamblea, hemos acertado plenamente tanto en el tono como en el enfoque, en la orientaci贸n de la discusi贸n pol铆tica hacia la consideraci贸n de los documentos como material de arranque te贸rico que paulatinamente deber谩n ser mejorados, desarrollados y complementados. El objetivo no han sido tanto enmiendas concretas como una serie de consideraciones sobre las limitaciones que se encontraban en los textos y sobre las l铆neas de desarrollo posible de los mismos en el futuro.
El modo en el que en el que afrontemos este reto en la tercera asamblea, nos aproximemos a las necesidades organizativas del EEC y la manera en que les demos respuesta, la forma que elijamos para organizarnos, tendr谩n una repercusi贸n directa en c贸mo seremos percibidos, en el grado de comodidad con el que se sientan los miembros del EEC dentro del colectivo, especialmente quienes a su vez militan en organizaciones, destacamentos y partidos comunistas y en el futuro mismo de este agrupamiento de militantes.
Cuanto m谩s fieles sean las estructuras del EEC a la filosof铆a de encuentro, de espacio compartido, de flexibilidad en la forma organizativa, de lugar com煤n y acogedor para comunistas sin y con partido, d贸nde nadie tenga que dejarse el carn茅 de su organizaci贸n a la entrada, m谩s posibilidades tendr谩 el proyecto de crecer y de convertirse en una referencia compartida, querida, deseable y de pertenencia para los comunistas en general.
Cuanto m谩s r铆gidas fuesen esas estructuras, cuanto m谩s cercanas a la forma de organizarse y de dotarse de una direcci贸n cl谩sica de partido, m谩s dudas y suspicacias podr铆an producirse, mayores dificultades para que comunistas con partido se acercasen a lo que pudiera parecerles un esbozo de tal y m谩s riesgos de que el proyecto del EEC se malograse. Necesitamos coordinarnos antes que dirigirnos y necesitamos agruparnos desde la base antes que crear n煤cleos territoriales y sectoriales al modo partido. Es obvio que el EEC no puede ser una especie de suprapartido de partidos. Ni ser铆a democr谩tico para los militantes de partidos que trabajasen dentro del EEC, al verse abocados a elegir entre dos lealtades/disciplinas, ni ser铆a eficaz para los objetivos generales que pretendemos.
Pero a la vez es necesario sortear el riesgo de una visi贸n de invitado-delegado que algunos militantes de organizaciones comunistas pudieran llegar a considerar como su aportaci贸n al EEC. Para que la idea del espacio y del encuentro funcione es necesario que los comunistas organizados en partidos lo sientan suyo, no se limiten a “enviar” a un miembro de su organizaci贸n en calidad de “visitante” o de persona m谩s o menos activa que participa en el EEC pero sin m谩s compromiso de su organizaci贸n con el debate y la unidad de acci贸n que entre todos debemos forjar.
El 谩nimo fundacional del Espacio de Encuentro Comunista es el de un punto de encuentro conceptual, una propuesta de elaboraci贸n pol铆tica, trabajo, formaci贸n y lucha en el que se participa no por bloques ni corrientes pol铆ticas, ni por delegaci贸n sino con un compromiso de trabajo militante puesto en com煤n entre una amplia diversidad de comunistas sin y con partido.
Para que se contagie de forma amplia y general esa concepci贸n de trabajo conjunto y solidario entre comunistas, para que se impregnen de esa visi贸n tanto los que est谩n organizados en partidos como los que no, es necesario que el proyecto no se sustente sobre todo en el trabajo de los comunistas sin partido sino que participen de 茅l un considerable n煤mero de militantes organizados de modo m谩s cl谩sico. De otra forma no se romper铆an las inercias de los comportamientos estancos, las divisiones y recelos y los sectarismos entre nosotros. Por ese camino a lo sumo llegar铆amos a la f贸rmula de las plataformas que hist贸ricamente no han sido capaces de superar los meros acuerdos cupulares, de compromisos m铆nimos ni de generar h谩bitos de trabajo conjunto por la base.
Esta nueva cultura de relaci贸n entre comunistas, lejos de debilitar a las organizaciones preexistentes, las reforzar铆a porque las dotar铆a de una base social de la que honestamente hemos de reconocer que apenas disponemos los comunistas actualmente.
Actuar de este modo es tambi茅n un modo de compartir experiencias, conocimientos, recursos humanos, voluntades y energ铆as conjuntas, independientemente de que en el presente las organizaciones comunistas existentes tengan sus propias tareas y objetivos.
脡ste y no otro es el camino para que sea posible recuperar el prestigio y la influencia de la idea comunista dentro la clase trabajadora, algo tan necesario cuando el colapso de lo que se conoce como “la izquierda” no ha ido acompa帽ado por un giro hacia lo que espec铆ficamente representamos los comunistas, marcados por una debilidad pol铆tica y organizativa que a煤n no hemos superado, y nos ha afectado incluso a nosotros mismos, en ocasiones con la penetraci贸n de ideas reformistas en nuestras filas. Es cierto que lo anterior ha de ir acompa帽ado de la capacidad de vencer otras insuficiencias pol铆ticas pero tambi茅n lo es que la condici贸n de marchar juntos se vuelve imperiosamente indispensable.
La formaci贸n pol铆tica y de cuadros comunistas es una tarea imprescindible y urgente, hoy que tantas capacidades humanas nos faltan para dar respuesta a los interrogantes que nos plantea la clase trabajadora y a la necesidad de levantar de nuevo la corriente de pensamiento y acci贸n revolucionaria marxista.
Sin cuadros pol铆ticos y militantes formados no podremos extender, hacer crecer, consolidar y dar credibilidad a nuestro prop贸sito.
Precisamente porque los cuadros pol铆ticos no se improvisan en unos meses es tan apremiante que la formaci贸n pol铆tica sea uno de los primeros objetivos a la salida de la tercera asamblea, cuesti贸n en la que nos deberemos poner manos a la obra de manera inmediata.
Por 煤ltimo, y aunque hemos insistido con anterioridad en ello, es necesario que, al t茅rmino de la tercera asamblea, el EEC salga con una adecuada correlaci贸n entre teor铆a (formaci贸n, debate) y praxis (lucha pol铆tica y lucha de masas) porque
“Es cierto que el arma de la cr铆tica no puede sustituir a la cr铆tica de las armas, que el poder material tiene que derrocarse con el poder material, pero tambi茅n la teor铆a se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas”. (“En torno a la Cr铆tica de la Filosof铆a del Derecho”. K.Marx)
o, si se prefiere,
“No hay teor铆a revolucionaria sin practica revolucionaria y viceversa” (Lenin)
•elmercuriodigital•
1.-Un recorrido retrospectivo:
El 26 de Septiembre de 2015 se reuni贸 en el CAUM (Club de Amigos de la Unesco, nacido ahora hace 55 a帽os como centro de resistencia cultural antifranquista) un numeroso grupo de comunistas de todo el Estado, convocado bajo la idea de buscar un espacio de encuentro queenfatizase lo que nos une, tanto a comunistas sin partido como acomunistas con 茅l. Un agrupamiento que estableciese un marco de reflexi贸n y de trabajo pol铆tico conjunto, capaz de crear un clima de confianza, complicidad, respeto y fraternidad entre nosotros y donde las diferencias pol铆ticas no significasen posturas irreconciliables sino posibilidades de un debate abierto, franco y que buscase el entendimiento y la unidad de acci贸n.
Sabemos que hay quienes desean una r谩pida unidad de todos los comunistas en un s贸lo partido. Quienes dimos vida al proyecto de crear el Espacio de Encuentro Comunista (EEC) no rechazamos tal objetivo pero somos conscientes de que se alcance o no, no ser谩 un deseo r谩pido de lograr. Hay otros muchos pasos a dar y que, en la medida en que nos re煤nan en la reflexi贸n y el an谩lisis pol铆tico, la convivencia solidaria, el apoyo mutuo y la lucha pol铆tica, habremos logrado metas muy importantes por las que merecer谩 la pena todo nuestro esfuerzo. Si esa unidad org谩nica llegase alg煤n d铆a a producirse ha de haberse alcanzado con tales garant铆as de buen trabajo que no se produjera una vuelta atr谩s, ni desacuerdos hist贸ricos que m谩s tarde diesen lugar a nuevas justificaciones de cisma. Hemos de recorrer a煤n un largo camino de complicidades, b煤squeda de puntos comunes y aceptaci贸n natural de diferencias que no han de separarnos sino enriquecernos. Cualesquiera que fueran el n煤mero de etapas que el EEC en su desarrollo, y con vistas al acercamiento entre marxistas, llegue a cubrir con 茅xito, el trabajo merecer谩 la pena porque nos habr谩 trasladado al conjunto de comunistas que se impliquen en esta tarea a mejor lugar del que nos encontr谩bamos antes de intentarlo.
De aquella primera asamblea del 26 de Septiembre, el grupo promotor del EEC obtuvo el mandato de poner en marcha un proceso hacia la organizaci贸n de ese espacio de encuentro entre comunistas que fuese generando una cierta articulaci贸n de este agrupamiento y una propuesta de temas sobre los que discutir a partir de las que pudi茅ramos ir facilitando el modo de entendernos y aproximarnos entre nosotros.
Ello nos condujo hacia la segunda asamblea, de car谩cter organizativo, del31 de Octubre en la Asociaci贸n de Vecinos “La amistad deCanillejas”. En ella, junto con la conveniencia de continuar la discusi贸n abierta en la primera cita, la cu谩l no pod铆amos cerrar administrativamente porque el proyecto tiene mucho de necesario debate que vaya generando la s铆ntesis superadora de nuestras diferencias, vimos la necesidad de proyectarla tambi茅n hacia la acci贸n y la presencia activa en las luchas de la clase trabajadora.
As铆 mismo tomamos conciencia de que deb铆amos alcanzar dos objetivos concretos:
La creaci贸n de un 贸rgano coordinador de car谩cter eminentemente t茅cnico y provisional, puesto que el grupo promotor del EEC a煤n no estaba legitimado por los dem谩s comunistas del espacio para ser un 贸rgano elegido y con funciones de direcci贸n pol铆tica que conectase con el conjunto de personas que se hab铆an vinculado al proyecto en el primer encuentro.
La aprobaci贸n de 6 谩reas de discusi贸n que diesen lugar a otros tantos documentos
Programa pol铆tico (no confundir con un programa electoral, como algunos hacen)
Movimiento Obrero
Internacional/Antiimperialismo
Mujer
Organizaci贸n
Formaci贸n,
A partir del resultado de la discusi贸n de dichos textos el EEC deber铆a ir estableciendo puntos de coincidencia, reforzando lo que nos une, debatiendo sobre los aspectos en los que no coincidimos, sin cerrar la discusi贸n en falso sino asumiendo que deb铆amos continuar trabajando sobre ello, pero con una profunda y leal voluntad de unidad en el proyecto de lucha por el socialismo y en la acci贸n, marcando l铆nea pol铆tica com煤n.
De aquella asamblea salimos con una Comisi贸n Gestora de car谩cter provisional cuyo cometido era el de llevar al EEC hasta su tercera asamblea en la que se debatieran los 6 documentos que deber铆an elaborarse antes del 15 de Enero (objetivo logrado).En estos momentos los textos han empezado a ser discutidos en grupos en distintos territorios para posteriormente volver a tratarlos en dicha asamblea, que se celebrar谩 los d铆as 12 y 13 de Marzo en la sede madrile帽a del sindicato CoBas. Dicha asamblea deber谩 dotar tambi茅n al EEC de un 贸rgano de coordinaci贸n estable que facilite tanto la extensi贸n territorial y sectorial como la construcci贸n del propio espacio y su presencia e impulso en las luchas y movilizaciones de nuestra clase, la trabajadora, con una voluntad muy clara: contribuir a la unidad de acci贸n tanto de los comunistas “independientes” (no organizados en partido) como de los que s铆 lo est谩n. Si el debate pol铆tico leal y constructivo puede acercarnos, la lucha codo a codo puede ir forjando una unidad pr谩ctica solidaria entre comunistas y con nuestra clase.
En definitiva, la tercera asamblea debe deliberar sobre los primeros documentos pol铆ticos del EEC, los cu谩les son materiales de arranque te贸rico del Espacio, con sus inevitables insuficiencias propias de la deficiente formaci贸n pol铆tica y de an谩lisis que padecemos hoy los comunistas y plantearse la forma de organizaci贸n del mismo para intervenir pol铆ticamente y en lo concreto en el impulso y apoyo a la lucha de clases.
2.-Nueva etapa y nuevos desaf铆os
Cada paso dado por el EEC nos presenta nuevos retos. No puede ser de otro modo. Hasta ahora hemos recorrido la parte f谩cil del camino. Ahora viene lo complicado.
Es as铆 porque vamos a pasar de la intenci贸n a los hechos.
El an谩lisis en colectivo de los documentos evaluar谩 no s贸lo nuestra capacidad de elaboraci贸n pol铆tica, sino tambi茅n y de un modo especial, el talante con el que abordamos la discusi贸n pol铆tica. Ser谩 muy distinto el resultado si la enfocamos desde posturas r铆gidas y dogm谩ticas, en forma de posici贸n frente a posici贸n, o como contraste de perspectivas con la voluntad de acentuar los puntos de coincidencia, si enfatizamos el continente o el contenido.
En el primer documento sobre el que hemos discutido (Programa pol铆tico), previo a la tercera asamblea, hemos acertado plenamente tanto en el tono como en el enfoque, en la orientaci贸n de la discusi贸n pol铆tica hacia la consideraci贸n de los documentos como material de arranque te贸rico que paulatinamente deber谩n ser mejorados, desarrollados y complementados. El objetivo no han sido tanto enmiendas concretas como una serie de consideraciones sobre las limitaciones que se encontraban en los textos y sobre las l铆neas de desarrollo posible de los mismos en el futuro.
El modo en el que en el que afrontemos este reto en la tercera asamblea, nos aproximemos a las necesidades organizativas del EEC y la manera en que les demos respuesta, la forma que elijamos para organizarnos, tendr谩n una repercusi贸n directa en c贸mo seremos percibidos, en el grado de comodidad con el que se sientan los miembros del EEC dentro del colectivo, especialmente quienes a su vez militan en organizaciones, destacamentos y partidos comunistas y en el futuro mismo de este agrupamiento de militantes.
Cuanto m谩s fieles sean las estructuras del EEC a la filosof铆a de encuentro, de espacio compartido, de flexibilidad en la forma organizativa, de lugar com煤n y acogedor para comunistas sin y con partido, d贸nde nadie tenga que dejarse el carn茅 de su organizaci贸n a la entrada, m谩s posibilidades tendr谩 el proyecto de crecer y de convertirse en una referencia compartida, querida, deseable y de pertenencia para los comunistas en general.
Cuanto m谩s r铆gidas fuesen esas estructuras, cuanto m谩s cercanas a la forma de organizarse y de dotarse de una direcci贸n cl谩sica de partido, m谩s dudas y suspicacias podr铆an producirse, mayores dificultades para que comunistas con partido se acercasen a lo que pudiera parecerles un esbozo de tal y m谩s riesgos de que el proyecto del EEC se malograse. Necesitamos coordinarnos antes que dirigirnos y necesitamos agruparnos desde la base antes que crear n煤cleos territoriales y sectoriales al modo partido. Es obvio que el EEC no puede ser una especie de suprapartido de partidos. Ni ser铆a democr谩tico para los militantes de partidos que trabajasen dentro del EEC, al verse abocados a elegir entre dos lealtades/disciplinas, ni ser铆a eficaz para los objetivos generales que pretendemos.
Pero a la vez es necesario sortear el riesgo de una visi贸n de invitado-delegado que algunos militantes de organizaciones comunistas pudieran llegar a considerar como su aportaci贸n al EEC. Para que la idea del espacio y del encuentro funcione es necesario que los comunistas organizados en partidos lo sientan suyo, no se limiten a “enviar” a un miembro de su organizaci贸n en calidad de “visitante” o de persona m谩s o menos activa que participa en el EEC pero sin m谩s compromiso de su organizaci贸n con el debate y la unidad de acci贸n que entre todos debemos forjar.
El 谩nimo fundacional del Espacio de Encuentro Comunista es el de un punto de encuentro conceptual, una propuesta de elaboraci贸n pol铆tica, trabajo, formaci贸n y lucha en el que se participa no por bloques ni corrientes pol铆ticas, ni por delegaci贸n sino con un compromiso de trabajo militante puesto en com煤n entre una amplia diversidad de comunistas sin y con partido.
Para que se contagie de forma amplia y general esa concepci贸n de trabajo conjunto y solidario entre comunistas, para que se impregnen de esa visi贸n tanto los que est谩n organizados en partidos como los que no, es necesario que el proyecto no se sustente sobre todo en el trabajo de los comunistas sin partido sino que participen de 茅l un considerable n煤mero de militantes organizados de modo m谩s cl谩sico. De otra forma no se romper铆an las inercias de los comportamientos estancos, las divisiones y recelos y los sectarismos entre nosotros. Por ese camino a lo sumo llegar铆amos a la f贸rmula de las plataformas que hist贸ricamente no han sido capaces de superar los meros acuerdos cupulares, de compromisos m铆nimos ni de generar h谩bitos de trabajo conjunto por la base.
Esta nueva cultura de relaci贸n entre comunistas, lejos de debilitar a las organizaciones preexistentes, las reforzar铆a porque las dotar铆a de una base social de la que honestamente hemos de reconocer que apenas disponemos los comunistas actualmente.
Actuar de este modo es tambi茅n un modo de compartir experiencias, conocimientos, recursos humanos, voluntades y energ铆as conjuntas, independientemente de que en el presente las organizaciones comunistas existentes tengan sus propias tareas y objetivos.
脡ste y no otro es el camino para que sea posible recuperar el prestigio y la influencia de la idea comunista dentro la clase trabajadora, algo tan necesario cuando el colapso de lo que se conoce como “la izquierda” no ha ido acompa帽ado por un giro hacia lo que espec铆ficamente representamos los comunistas, marcados por una debilidad pol铆tica y organizativa que a煤n no hemos superado, y nos ha afectado incluso a nosotros mismos, en ocasiones con la penetraci贸n de ideas reformistas en nuestras filas. Es cierto que lo anterior ha de ir acompa帽ado de la capacidad de vencer otras insuficiencias pol铆ticas pero tambi茅n lo es que la condici贸n de marchar juntos se vuelve imperiosamente indispensable.
La formaci贸n pol铆tica y de cuadros comunistas es una tarea imprescindible y urgente, hoy que tantas capacidades humanas nos faltan para dar respuesta a los interrogantes que nos plantea la clase trabajadora y a la necesidad de levantar de nuevo la corriente de pensamiento y acci贸n revolucionaria marxista.
Sin cuadros pol铆ticos y militantes formados no podremos extender, hacer crecer, consolidar y dar credibilidad a nuestro prop贸sito.
Precisamente porque los cuadros pol铆ticos no se improvisan en unos meses es tan apremiante que la formaci贸n pol铆tica sea uno de los primeros objetivos a la salida de la tercera asamblea, cuesti贸n en la que nos deberemos poner manos a la obra de manera inmediata.
Por 煤ltimo, y aunque hemos insistido con anterioridad en ello, es necesario que, al t茅rmino de la tercera asamblea, el EEC salga con una adecuada correlaci贸n entre teor铆a (formaci贸n, debate) y praxis (lucha pol铆tica y lucha de masas) porque
“Es cierto que el arma de la cr铆tica no puede sustituir a la cr铆tica de las armas, que el poder material tiene que derrocarse con el poder material, pero tambi茅n la teor铆a se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas”. (“En torno a la Cr铆tica de la Filosof铆a del Derecho”. K.Marx)
o, si se prefiere,
“No hay teor铆a revolucionaria sin practica revolucionaria y viceversa” (Lenin)
•elmercuriodigital•