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Bruselas, el nuevo pretexto de Europa Oriental

Rosalia Romaniec (DW).- Los atentados de Bruselas (22.3.2016) son usados como pretexto en Europa Oriental para no distinguir entre refugiados y terroristas. Los hechos no parecen jugar papel alguno en la l铆nea argumentativa de sus Gobiernos.

En la imagen, manifestantes de ultraderecha articulando mensajes islam贸fobos en Varsovia.





En 2015, la liberal-conservadora Ewa Kopacz, que entonces lideraba el Gobierno polaco, asegur贸 que su pa铆s recibir铆a a hasta 11.500 refugiados en el curso de los pr贸ximos a帽os y que el Ejecutivo siguiente honrar铆a ese compromiso con la Uni贸n Europea (UE). Los primeros cien ciudadanos sirios deb铆an llegar a Polonia a finales de marzo; un total de 400 deb铆an radicarse en su territorio de aqu铆 a diciembre de 2016. Pero este mi茅rcoles (23.3.2016), un d铆a despu茅s de los ataques explosivos perpetrados en Bruselas, la nueva “mujer fuerte” de Varsovia, Beata Szyd艂o, anunci贸 que Polonia no acoger铆a a un solo refugiado.

A juicio de Kai-Olaf Lang, de la Fundaci贸n Ciencia y Pol铆tica (SWP) de Berl铆n, las emociones atizadas por el atentado est谩n siendo instrumentalizadas para justificar este paso atr谩s mientras se ignoran los argumentos racionales. “Frente a un n煤mero tan modesto de refugiados por recibir –400 en un a帽o–, nadie debe temer el surgimiento de sociedades paralelas”, comenta el experto, agregando que la jugada de Varsovia no es una excepci贸n en Europa Oriental. “En esa regi贸n quieren ver los sucesos de B茅lgica como la confirmaci贸n de que existe una correlaci贸n entre la llegada de refugiados y el riesgo de ataques terroristas”, dice Lang.


La primera ministra de Polonia, Beata Szyd艂o.



“Se los dije…”

Las reacciones registradas dentro y fuera del Grupo Visegr谩d –una alianza integrada por Hungr铆a, Polonia, la Rep煤blica Checa y Eslovaquia– parecen darle la raz贸n al especialista. El ministro de Exteriores h煤ngaro, P茅ter Szijj谩rt贸, ha alegado sin matices que el peligro de sufrir atentados terroristas ha aumentado debido a la inmigraci贸n descontrolada. En una declaraci贸n oficial de la Uni贸n C铆vica H煤ngara (FIDESZ), el partido de Gobierno, se dice que “Europa paga su pol铆tica [de asilo] con la vida de sus ciudadanos”. Jakob W枚llenstein, de la Fundaci贸n Konrad Adenauer, cercana a la Uni贸n Cristianodem贸crata alemana, ve en esa frase una provocaci贸n.

Una suerte de “se los dije…” dirigido a los ciudadanos h煤ngaros y tambi茅n a Berl铆n y Bruselas. “Budapest subray贸 el factor seguridad en el debate en torno a los refugiados y ahora siente que siempre tuvo la raz贸n”, se帽ala W枚llenstein, subrayando, eso s铆, que los Gobiernos de Europa Oriental se niegan a ver que ning煤n refugiado estuvo involucrado en el atentado de Bruselas; todos los atacantes son belgas de nacimiento.


El primer ministro b煤lgaro, Boiko Borissov.

Los Gobiernos de la Rep煤blica Checa, Eslovaquia y Bulgaria tampoco diferencian entre los refugiados y los terroristas. Como muestra, una declaraci贸n reciente del primer ministro b煤lgaro, Boiko Borissov. “Es imposible integrar a los terroristas. No es justo que Europa pague miles de millones por esta gente y que ellos nos golpeen directo en el coraz贸n”, dijo el mandatario b煤lgaro al calor de los ataques de Bruselas.

Propuestas de soluci贸n no realistas

Esta fuerte respuesta de Sof铆a es el complemento de medidas igualmente duras, como el control total de sus fronteras y el incremento de la presencia policial en los espacios p煤blicos. Al contrario de otros pa铆ses, Bulgaria fue escenario reciente de un ataque terrorista: en el verano de 2014, un hombre liban茅s deton贸 los explosivos que llevaba encima dentro de un autob煤s abarrotado de turistas israel铆es en el aeropuerto de Burgas.

Despu茅s de los atentados de B茅lgica, Hungr铆a y la Rep煤blica Checa intensificaron sus operativos de seguridad. En Polonia, Rumania y Eslovaquia se redobl贸 la vigilancia policial en cuesti贸n de horas en el metro, los aeropuertos, las estaciones de trenes y cerca de las misiones consulares. El mensaje que se enviaba parec铆a decir: el Estado cuida a sus ciudadanos. “En Europa del Este, muchos presentan la situaci贸n como si 茅sta tuviera soluciones nacionales, lo cual no es realista”, apunta W枚llenstein.


•elmercuriodigital• 

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