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Dilma, Lula y el PT entre las cuerdas

Brasil, radiograf铆a de una coyuntura compleja

Sergio Ferrari*elmercuriodigital.- A doce a帽os de reinado del Partido de los Trabajadores (PT) con cuatro mandatos sucesivos, Brasil confronta un 2016 complejo, con repercusiones potenciales no solo internas sino para todo el continente latinoamericano. El Gobierno instalado en 2003 luego de la elecci贸n de Luiz In谩cio Lula da Silva se convirti贸 en el principal referente para la izquierda continental. De c贸mo se resuelva la crisis actual que confronta el PT y la presidenta Dilma Rousseff, heredera de Lula, depender谩 en gran parte el giro pol铆tico-ideol贸gico que podr谩 tomar Am茅rica Latina en los pr贸ximos a帽os dada la influencia real que ejerce la primera potencia continental.



Un juicio pol铆tico pendiente desde diciembre 2015 contra Dilma Rousseff en el congreso brasilero; la ofensiva jur铆dica lanzada desde inicios del a帽o contra el mismo Lula trasladado a inicios de marzo compulsivamente a los jurados para declarar; variados esc谩ndalos de corrupci贸n que tocan tanto a figuras destacadas afines al Gobierno y al PT como a la oposici贸n incluyendo el que involucra al ex – presidente Fernando Henrique Cardoso (1995- 2002); denuncias sobre el uso de la empresa estatal Petrobras para financiamientos il铆citos…


Se帽ales todas de un desgaste progresivo de la clase pol铆tica – y de la credibilidad de la ciudadan铆a hacia el Estado- cuya principal factura pol铆tica la podr铆a pagar el PT y el “lulismo”, si no se da una r谩pida inversi贸n de la situaci贸n, seg煤n el an谩lisis de Sergio Haddad, fundador deA莽ao Educativa, personalidad de referencia de la sociedad civil brasilera y reconocido analista pol铆tico.


Una crisis y tres causas


La situaci贸n del a帽o pasado fue muy compleja producto de la intensa movilizaci贸n de la oposici贸n que hab铆a perdido por muy poco margen las elecciones de fines de octubre del 2014 y muy r谩pidamente comenz贸 a torpedear el segundo gobierno de Dilma Roussef iniciado el 1ero de enero del 2015, explica.


La compleja situaci贸n actual, sin embargo, no se limita solo a esta ofensiva de la derecha. La crisis actual tiene tres causas principales, sostiene Haddad. “La pol铆tica, que se expresa en una profunda polarizaci贸n de los campos en pugna y debido a los gobiernos de coalici贸n; la econ贸mica, con una ca铆da sostenida del crecimiento –y por lo tanto de la redistribuci贸n social- ; y la 茅tica, que implica los muy diferentes esc谩ndalos de corrupci贸n, entre ellos el m谩s conocido, el Lava Jato”.


Dilma asumi贸 su segundo mandato gracias a la unidad de la izquierda y con un discurso de izquierda. Pero que r谩pidamente se debilit贸 a partir de alianzas que realiza con sectores de derecha – especialmente porque el PT no es mayoritario en el parlamento-. Y por aplicar una pol铆tica conservadora con ajuste estructural muy fuerte que no hace m谩s que agravar la situaci贸n econ贸mica, enfatiza Haddad.


Brasil, debido a la crisis internacional global y los l铆mites internos de su pol铆tica econ贸mica, sufre estos 煤ltimos a帽os un fuerte freno en el crecimiento que hab铆a explotado en los primeros a帽os del gobierno petista. “Crecimiento negativo, recesi贸n y desempleo”, se convierten as铆 en factores objetivos que conspiran contra los amplios planes sociales que hab铆an sido el pilar m谩s efectivo y popular de la gesti贸n de Lula, se帽ala el responsable de A莽ao Educativa.
El pa铆s cerr贸 el a帽o 2015 con un 6.9% de desempleo – lo que representa casi 8 millones de personas sin trabajo-, la tasa m谩s alta de los 煤ltimos 8 a帽os. Y si bien m谩s de 40 millones de brasileros hab铆an salido de la pobreza desde el 2003 en adelante, hay una notoria reca铆da de muchos de estos sectores a la situaci贸n anterior. Con el agravante que casi el 75 % de los nuevos desempleados son menores de 24 a帽os.


Haddad recuerda que Brasil, un verdadero continente de 8.5 millones de kil贸metros cuadrados y m谩s de 200 millones de habitantes, sigue siendo un pa铆s de enormes desigualdades y gran polarizaci贸n social. Y por lo tanto un terreno propicio para protestas y explosiones sociales.


En cuanto a la corrupci贸n y los diversos esc谩ndalos que sacuden a la clase pol铆tica, “constituyen un factor significativo de desestabilizaci贸n y de descreimiento creciente de una parte significativa de la poblaci贸n hacia sus dirigentes”, explica Sergio Haddad. En el caso de la empresa petrolera estatal Petrobras, “ha habido mucho robo y de peso”. Las acusaciones contra el PT, sus aliados y Dilma “van a mantenerse como una espada de Damocles todo el tiempo en estos pr贸ximos meses, si bien es cierto que no hay elementos que se帽alen una responsabilidad directa de ella en ese esc谩ndalo”.


Sin duda, explica el analista, la corrupci贸n no es un fen贸meno nuevo en Brasil. Hace parte de su historia y atraviesa todos los sectores de la poblaci贸n ya que es cotidiano que cualquiera pague a un funcionario para resolver un tr谩mite oficial o sacar su permiso de conducir, o disminuir el precio de una multa de tr谩fico. “Aunque no se justifique, es constitutivo de nuestra idiosincrasia”. Y se agrava, en el terreno pol铆tico, por “el financiamiento privado de las campa帽as pol铆ticas electorales, los arreglos de empresarios e inversionistas con las fuerzas pol铆ticas y el recupere de esas *inversiones* a cambio de contratos o favores. Lamentablemente el involucramiento del sector privado en lo p煤blico con las correspondientes retribuciones y beneficios es parte de la esencia de nuestro sistema pol铆tico”, lamenta.


Evoluci贸n incierta


Si de analizar los meses futuros se trata, “lo 煤nico cierto es lo dif铆cil de hacer cualquier pron贸stico”, afirma Beat “Tuto Wehrle, coordinador para Am茅rica Latina de la ONG terre des hommes / Alemania, quien vive desde hace m谩s de 30 a帽os en Brasil y es un experimentado analista socio-pol铆tico.


Es casi imposible, insiste, predecir lo que va a pasar con los distintos procesos de juicios ligados al tema de la corrupci贸n y que toca a toda la clase pol铆tica. Lo que es cierto que luego de la ofensiva lanzada por la oposici贸n de la derecha, “se constat贸 un fracaso de la misma en las movilizaciones que trataron de hacer hacia fin del a帽o pasado en la calle. Y al mismo tiempo se dio una fuerte respuesta de movilizaci贸n de los movimientos sociales en masivos actos p煤blicos contra lo que ellos evaluaban como el riesgo de un golpe a la paraguaya (destituci贸n de la presidenta por parte del poder legislativo).


“Incluso si Dilma logra sobrevivir a esta ofensiva opositora, de continuar todo como hasta ahora es bastante improbable que el PT pueda lograr en el 2018 un quinto mandato”, se帽ala Wehrle. Para el tambi茅n promotor de Novo Movimento, una asociaci贸n de solidaridad suiza con Brasil, los tiempos pol铆ticos en la coyuntura brasilera se miden a corto plazo. “En octubre de este a帽o se realizar谩n elecciones municipales y la oposici贸n de derecha tratar谩 de convertirlas en un plebiscito contra el Partido de los Trabajadores”, enfatiza.


La voz de los movimientos sociales


M谩s all谩 de los c谩lculos electorales y del desgaste de las “fuerzas tradicionales, sean los partidos pol铆ticos o los grandes sindicatos”, el futuro de la din谩mica pol铆tica brasilera depender谩, en gran medida, “de la creatividad y capacidad de movilizaci贸n de los movimientos populares que est谩n entre los m谩s din谩micos del continente, si pensamos por ejemplo en el Movimiento Sin Tierra /V铆a Campesina o las organizaciones urbanas, femeninas, juveniles etc.”, acota Wehrle.
Esos movimientos, aunque apoyen electoralmente al PT, siempre han estado muy conscientes de mantener su total autonom铆a pol铆tica y por lo tanto no sufren del desgaste que est谩n padeciendo las fuerzas tradicionales. “Al contrario, siguen siendo - a pesar de ciertas debilidades- actores importantes de lucha contra el retroceso social y contra la amenaza de la p茅rdida de los derechos sociales conquistados estos 煤ltimos trece a帽os”, se帽ala.


Adicionalmente, explica Wehrle, han ido surgiendo nuevos actores que pueden ser portadores de alternativas. Por ejemplo, sectores de la juventud que de forma sistem谩tica alcanzan altos niveles de movilizaci贸n social. Hay que recordar las manifestaciones previas al Campeonato del Mundo de f煤tbol en 2013. O bien, a finales del 2015, las protestas creativas e innovadoras de estudiantes secundarios que ocuparon m谩s de 200 escuelas en San Pablo y frenaron el intento del Gobierno del Estado de cerrar centros escolares en un plan de reorganizaci贸n escolar fundado solo en la reducci贸n de gastos.
¿Dos Brasil en uno? En cierta forma s铆, concluye Wehrle: un pa铆s institucionalizado, marcado por el desgaste de las fuerzas tradicionales, y otro, el de los movimientos sociales, que con reivindicaciones propias, no se frena ante la crisis pol铆tica.


* en colaboraci贸n con el peri贸dico suizo Le Courrier y Novo Movimento
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“La poblaci贸n todav铆a est谩 en el sof谩”


Retomar las calles


“Nos confrontamos a tres crisis en una…Es un momento hist贸rico muy complejo”, eval煤a Jo茫o Pedro Stedile, uno de los principales dirigentes del Movimiento de Trabajadores rurales Sin Tierra (MST), en una reciente entrevista publicada por la revista Contrapunto. El MST, uno de los principales movimientos sociales del continente, ha promovido la constituci贸n del Frente Brasil Popular que re煤ne a casi setenta organizaciones nacionales.


Para el l铆der agrario esas tres crisis son: la que paraliz贸 la econom铆a hace dos a帽os. La pol铆tica, sin precedentes, ya que el proceso electoral fue secuestrado por las empresas que financian los candidatos y despu茅s los controlan – las 10 mayores empresas del pa铆s financian cerca del 70% de los parlamentarios. Y una crisis social, cuya punta de iceberg apareci贸 en las protestas de junio del 2013. “Como es una crisis profunda, seguramente, su salida ser谩 prolongada y exigir谩 un nuevo bloque de alianza de clases que pueda sacar al pa铆s adelante”, afirma.


En cuanto a los movimientos populares, Stedile enumera los desaf铆os principales. En primer lugar, crear una gran unidad entre la clase trabajadoras, desde los campesinos, los trabajadores precarizados o los trabajadores sindicalizados “para presentar un programa que nos saque de la crisis”. Se cuenta ya con una plataforma m铆nima com煤n de defensa de la democracia: “por eso estamos contra cualquier golpe que quiera derribar al Gobierno de Dilma”.


Pero no solo se trata de palabras y programas. “Nuestros esfuerzos solo se expresan pol铆ticamente si llegamos a las calles con movilizaciones y presiones masivas, y en esto estamos todav铆a por debajo de lo que necesitamos… Porque en las varias movilizaciones que hicimos, aun programadas, por ahora, apenas ha participado la militancia... “La poblaci贸n, nuestra base social, est谩 asistiendo desde el sof谩 y esto es muy malo”.



En septiembre del 2015 el Frente dio a conocer sus seis puntos principales: la protecci贸n de los derechos de los trabajadores y trabajadoras; la defensa de los derechos sociales del pueblo brasile帽o; la defensa de la democracia. Tambi茅n la defensa de la soberan铆a nacional; la lucha por las reformas estructurales y populares; y el apoyo a los procesos de integraci贸n de Am茅rica Latina.






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