
Un niño migrante camina bajo la lluvia, en el campamento de refugiados improvisado en la frontera entre Grecia y Macedonia, cerca de la localidad griega de Idomeni, donde miles de refugiados y migrantes permanecen bloqueados, el 10 de marzo de 2016. AFP / Dimitar Dilkoff
En Idomeni, en Macedonia, miles de personas refugiadas sirias viven en duras condiciones esperando llegar a Europa.
Escarlata Sánchez / Apostolos Staikos.- Otra noche helada en el campamento de Idomeni. Aquí, los refugiados hacen fogatas con madera y cartón para entrar en calor.
La tensión se hace sentir más aquí donde reparten sopa y alimentos. La mayoría de los niños tienen hambre y quieren más.
Aafke Zuidervliet, una voluntaria de Amsterdam, trata de ayudar a los refugiados preparando y repartiendo comida:
“Hay muchísimas necesidades aquí y la gente lo pasa mal. Están bloqueados en la frontera y yo realmente quería hacer algo por ellos: Hace frío y es agradable poder comer algo caliente; unas verduras y unas patatas.”
La policía les vigila de cerca. Viven amontonados en este campamento improvisado.
Y aunque tuvieron que abandonarlo todo en Siria, algunos se trajeron al gato o incluso un violín.
Otros quieren quieren llegar a Estocolmo y reunirse con familiares que residen allí.
«Volver a Siria? ¡por supuesto no!, asegura este sirio de Damasco. No podemos volver a Turquía. ¿Qué podemos hacer? No sé. Tal vez trataremos de cruzar las fronteras de manera apacible. Si nos dejan…”
Contra viento y marea, tratarán de seguir viaje y pasar la frontera hacia la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM).
Bloqueados en la frontera griega, los refugiados harán todo lo posible por llegar al norte de Europa. Aunque algunos países levantan muros para que ellos no pasen, muchos refugiados creen que no hay vuelta atrás.
Desde Idomeni, en la frontera entre Grecia y Antigua República Yugoslava de Macedonia, Apostolos Staikos, para euronews.
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