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No quedan lágrimas



Una refugiada se seca los ojos bajo la lluvia en un campamento improvisado en la localidad griega de Idomeni, cerca de la frontera con Macedonia, el 9 de marzo de 2016. AFP / Dimitar Dilkoff



Infierno, lluvia y barro para 15.000 migrantes

ANSA.- Noches y días cada vez más largos viven los cerca de 13.000 refugiados (según los medios griegos, 15.000 para otras estimaciones) concentrados en las cercanías de la localidad de Idomeni, en la frontera entre Grecia y la ex república yugoslava de Macedonia.

Una zona limítrofe que desde el lunes está cerrada, mientras sobre los inmigrantes cae un auténtico diluvio de lluvia fría, y el terreno se transforma en un pantano fangoso, envuelto en la niebla.

Las escenas de desesperación muestran a los refugiados amontonados sobre la red de alambre construida por Macedonia y a lo largo el trecho ferroviario que allí se interrumpe, mientras intentan protegerse con aquello que hay, sobre todo bolsas de basura. Son pocos aquellos que disponen de alguna ropa impermeable. Las tiendas disponibles, donadas por varias ONG y agencias humanitarias, están saturadas, y por el momento en su interior no se puede prender fuego, y en aquellas que están afuera se apagan por la tormenta, los inmigrantes se quedan con la ropa mojada están en espera de poder pasar la frontera desde hace dos semanas.

Numerosas personas pasaron la noche bajo la carpa construida al lado de la puerta de la frontera, que en los días pasados se abrió y dejó pasar como cuentagotas, con la esperanza de pasar a Macedonia en la primera ocasión.

En el cercano hospital de Kilkis -que ya está en problemas por la falta de personal- hay muchos niños enfermos, devastados por el frío y la incomodidad. Aquí sirven también pastas para los pequeños que padecen hambre y sed, pero es una gota en el mar.
Dos jóvenes -11 y 13 años, fueron golpeados por la descarga de un cable de alta tensión de la línea ferroviaria, afortunadamente reportando lesiones no letales.

A los desastres se suman los saqueos. Según las autoridades locales, varios comerciantes de la zona aplicaron precios mayoristas para los inmigrantes. Una agencia hizo pagar 50 euros por cabeza a los inmigrantes que querían viajar desde el Pireo a Indomeni.

Un conductor griego de autobús fue arrestado porque vendía pasajes para la frontera macedonia, asegurando que estaba abierta.

Frente a este drama que corre el riesgo de convertirse en una tragedia, llega el pedido de UNICEF. "Idomeni hundida en el barro. El mismo riesgo que corre Europa. Miles de niños y niñas, relatan las crónicas, viven día a día en Idomeni entre el barro, el lodo, la lluvia y el frío, refugios improvisados con altos riesgos de enfermedades y muerte.

"Debemos impedirlo. No hay palabras para definir esta situación", dijo Andrea Iacomini, portavoz de Unicef Italia. Mientras cerca de 1.500 personas esperaban hoy en el Pireo, según las autoridades griegas en el país, son hasta ahora cerca de 34.000 inmigrantes, 6.800 de los cuales en las islas del Dodecaneso (sobretodo Lesbos, Samos, Chios, Kos, Leros e Kalymnos).

El ministro para la Inmigración, Ioannis Mouzalas, advirtió hoy que las capacidades de recibimiento pueden llegar hasta un máximo de 70.000 personas, pero no más.
El acuerdo de la UE con Turquía no impide de momento la llegada de inmigrantes
Dasha Afanasieva y Melih Aslan. DIDIM, Turquía (Reuters) - Los guardacostas de Turquía interceptaron el miércoles a decenas de inmigrantes, en su mayoría sirios, en calas a lo largo de la costa del mar Egeo, mientras continúan intentando cruzar a Grecia a través de peligrosas rutas marítimas, a pesar de los esfuerzos de Ankara por detener el flujo de inmigrantes como parte del acuerdo alcanzado con la UE.
Un grupo de 42 personas, entre ellos alrededor de diez niños, se sentó en el interior de las instalaciones de la guardia costera, algunos envueltos en mantas, en la zona turística costera de Didim después de haber sido detenidos. Un mayor número aguardaba en las rocas de la playa, vigilados por policía armada, mientras esperaban la llegada de un autobús para recogerles.
"Tenemos miedo de estar aquí y también miedo de permanecer en Siria... Estamos huyendo hacia un país que nos acoja. Queremos seguridad, alguien que cuide de nosotros", dijo Sameha Abdulah, miembro del grupo situado cerca de la costa, mientras que los niños lloraban a su alrededor.
Para Abdulah, conseguir asilo parece complicado a pesar de que huye de una guerra civil en Siria. "Estamos poniéndonos a nosotros mismos en las situaciones más peligrosas para poder marcharnos", añadió.
Cerca de la costa, un barco de la guardia costera se acercó a lo que parecía ser un pequeño bote que transportaba más inmigrantes. Algunos responsables temen que se produzcan enfrentamientos a la hora de cruzar a las islas griegas cercanas, a pesar del aumento de las patrullas marinas, ya respaldadas por la OTAN en el mar Egeo antes de que el principio de acuerdo con la UE entrara en vigor.
Según el proyecto de acuerdo alcanzado el lunes, Turquía aceptó frenar el paso a los inmigrantes irregulares a cambio de mayor financiación, una introducción más temprana de la exención del visado para los turcos que entren a Europa y una aceleración de las estancadas negociaciones de adhesión de Ankara a la UE.
El objetivo, según dijeron el primer ministro turco Ahmet Davutoglu y los líderes de la UE, es disuadir a los inmigrantes ilegales y romper con el modelo de negocio de los traficantes de personas que han sido el combustible de la crisis migratoria más grande de Europa desde la Segunda Guerra Mundial. El mensaje, dicen, es simple: si tratan de cruzar ilegalmente, serán enviados de vuelta.



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