Roberto Fern谩ndez Retamar.- Mi generaci贸n creci贸 deslumbrada por figuras como Julio Antonio Mella, Rub茅n Mart铆nez Villena, Antonio Guiteras y por supuesto Pablo de la Torriente Brau
Pablo fue corresponsal de las revistas 'New Masses', de la izquierda estadounidense, as铆 como de 'El Machete', del Partido Comunista de M茅xico, y de 'Bandera Roja', de La Habana. Con la 'New Masses', en distintas 茅pocas, colaboraron escritores como Ernest Hemingway, John Dos Passos, Langston Hughes, Eugene O’Neil, Upton Sinclair y otros intelectuales. Foto: Juventud Rebelde
Mi relaci贸n con Pablo de la Torriente Brau se remonta a los a帽os cuarenta del siglo pasado. Yo estudiaba entonces bachillerato en el Instituto de la V铆bora y en una de las viejas, destartaladas y hermosas casas donde estaba alojado el Instituto, una de las aulas llevaba el nombre de Pablo, y otras aulas llevaban los nombres de otros luchadores antimachadistas, lo que me hace pensar que muchos de nuestros profesores hab铆an participado tambi茅n en esa lucha.
Mi generaci贸n creci贸 deslumbrada por figuras como Julio Antonio Mella, Rub茅n Mart铆nez Villena, Antonio Guiteras y por supuesto Pablo. Prueba de ello es que mi primer cuaderno de versos, Eleg铆a como un himno, estuvo dedicado a Rub茅n Mart铆nez Villena.
Pero no vine a familiarizarme con los textos de Pablo sino cuando ya estudiaba Filosof铆a y Letras en la Universidad de La Habana. En esa ocasi贸n apareci贸 la excelente antolog铆a Pluma en ristre, que hizo publicar su compa帽ero Ra煤l Roa con materiales de Pablo, quien produjo sobre todo (aunque no exclusivamente) lo que desde hace alg煤n tiempo se llama testimonio. Ah铆 est谩n sus evocaciones del presidio, de Rub茅n, Guiteras y Aponte, hombres de la Revoluci贸n como 茅l dec铆a, sus p谩ginas sobre el Realengo 18, as铆 como sus textos estremecedores escritos durante la Guerra Civil Espa帽ola, en la cual morir铆a.
En sus 煤ltimos textos, Pablo dijo haber descubierto a un poeta entre las filas republicanas. Se trataba, por supuesto, del joven Miguel Hern谩ndez, en cuyos versos y al menos una obra de teatro iba a aparecer el cubano, para gran orgullo nuestro.
Siempre me ha parecido alentador que los integrantes de una generaci贸n m谩s joven que la m铆a hayan admirado a Pablo y a los revolucionarios como 茅l. Y ejemplo mayor nos da V铆ctor Casaus, quien, despu茅s de haber ejercido como poeta, cineasta y autor de testimonio (lo que sigue siendo, por supuesto), se ha revelado tambi茅n un animador cultural de primer orden. A 茅l se debe en gran medida la creaci贸n y el mantenimiento del Centro dedicado al h茅roe de Majadahonda, que llevan adelante, junto con V铆ctor, otros entusiastas. Gracias a V铆ctor y a los suyos Pablo de la Torriente cuenta con un extraordinario Centro que ha hecho publicar materiales de Pablo, y tambi茅n ha acometido otras tareas relativas a la canci贸n joven, a las artes pl谩sticas, a la memoria.
Es de desear que las otras grandes figuras cuyos nombres reg铆an las aulas de mi viejo Instituto cuenten tambi茅n con centros similares. A cada rato alguien me dice que se va a crear uno que preserve la memoria de Rub茅n. Mientras eso se hace realidad, me complace saludar con renovada gratitud la tarea ejemplar del Centro Pablo de la Torriente Brau, el cual publica hoy unas p谩ginas suyas que ver谩n la luz cuando el Centro va a cumplir veinte a帽os fecundos. Que cumpla muchos m谩s, para que siga ardiendo el noble fuego de los centropablianos.
Cubadebate
•elmercuriodigital•
Mi relaci贸n con Pablo de la Torriente Brau se remonta a los a帽os cuarenta del siglo pasado. Yo estudiaba entonces bachillerato en el Instituto de la V铆bora y en una de las viejas, destartaladas y hermosas casas donde estaba alojado el Instituto, una de las aulas llevaba el nombre de Pablo, y otras aulas llevaban los nombres de otros luchadores antimachadistas, lo que me hace pensar que muchos de nuestros profesores hab铆an participado tambi茅n en esa lucha.
Mi generaci贸n creci贸 deslumbrada por figuras como Julio Antonio Mella, Rub茅n Mart铆nez Villena, Antonio Guiteras y por supuesto Pablo. Prueba de ello es que mi primer cuaderno de versos, Eleg铆a como un himno, estuvo dedicado a Rub茅n Mart铆nez Villena.
Pero no vine a familiarizarme con los textos de Pablo sino cuando ya estudiaba Filosof铆a y Letras en la Universidad de La Habana. En esa ocasi贸n apareci贸 la excelente antolog铆a Pluma en ristre, que hizo publicar su compa帽ero Ra煤l Roa con materiales de Pablo, quien produjo sobre todo (aunque no exclusivamente) lo que desde hace alg煤n tiempo se llama testimonio. Ah铆 est谩n sus evocaciones del presidio, de Rub茅n, Guiteras y Aponte, hombres de la Revoluci贸n como 茅l dec铆a, sus p谩ginas sobre el Realengo 18, as铆 como sus textos estremecedores escritos durante la Guerra Civil Espa帽ola, en la cual morir铆a.
En sus 煤ltimos textos, Pablo dijo haber descubierto a un poeta entre las filas republicanas. Se trataba, por supuesto, del joven Miguel Hern谩ndez, en cuyos versos y al menos una obra de teatro iba a aparecer el cubano, para gran orgullo nuestro.
Siempre me ha parecido alentador que los integrantes de una generaci贸n m谩s joven que la m铆a hayan admirado a Pablo y a los revolucionarios como 茅l. Y ejemplo mayor nos da V铆ctor Casaus, quien, despu茅s de haber ejercido como poeta, cineasta y autor de testimonio (lo que sigue siendo, por supuesto), se ha revelado tambi茅n un animador cultural de primer orden. A 茅l se debe en gran medida la creaci贸n y el mantenimiento del Centro dedicado al h茅roe de Majadahonda, que llevan adelante, junto con V铆ctor, otros entusiastas. Gracias a V铆ctor y a los suyos Pablo de la Torriente cuenta con un extraordinario Centro que ha hecho publicar materiales de Pablo, y tambi茅n ha acometido otras tareas relativas a la canci贸n joven, a las artes pl谩sticas, a la memoria.
Es de desear que las otras grandes figuras cuyos nombres reg铆an las aulas de mi viejo Instituto cuenten tambi茅n con centros similares. A cada rato alguien me dice que se va a crear uno que preserve la memoria de Rub茅n. Mientras eso se hace realidad, me complace saludar con renovada gratitud la tarea ejemplar del Centro Pablo de la Torriente Brau, el cual publica hoy unas p谩ginas suyas que ver谩n la luz cuando el Centro va a cumplir veinte a帽os fecundos. Que cumpla muchos m谩s, para que siga ardiendo el noble fuego de los centropablianos.
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