Washington, DC) – Cuba se adhiri贸 a la Convenci贸n sobre Municiones en Racimo el 6 de abril de 2016, dando cumplimiento de este modo al compromiso que hab铆a asumido en septiembre de 2015, se帽al贸 hoy Human Rights Watch. Antes de ese compromiso, Cuba hab铆a criticado tanto las disposiciones de la convenci贸n como el proceso diplom谩tico no convencional que la precedi贸.
“Cuba est谩 demostrando a otros actores que no est谩 bien conservar las municiones en racimo, puesto que son armas que inevitablemente causan da帽os a civiles”, observ贸 Steve Goose, director de la divisi贸n de armas de Human Rights Watch y presidente de la Coalici贸n contra las Municiones en Racimo. “Muestra adem谩s que es posible superar los cuestionamientos y trabajar conjuntamente con otras naciones en el tratado, que establece el marco internacional para erradicar las municiones en racimo”.
Las municiones en racimo representan una amenaza para los civiles, al dispersar m煤ltiples submuniciones o peque帽as cargas explosivas en un amplio radio. Una vez concluido el conflicto, siguen constituyendo una amenaza debido a los restos que dejan, incluidas las submuniciones que no explotan al impactar en la superficie y se convierten en minas de facto.
Cuba deposit贸 su instrumento de adhesi贸n a la Convenci贸n sobre Municiones en Racimo de 2008 ante la sede de Naciones Unidas en Nueva York el 6 de abril de 2016, y se convirti贸 as铆 en el pa铆s n煤mero 119 en suscribir o adherir al documento. La convenci贸n proh铆be de manera total las municiones en racimo, y exige la destrucci贸n de reservas y la limpieza de restos de municiones de racimo, as铆 como la asistencia a v铆ctimas de estas armas.
Cuba no particip贸 en el “Proceso de Oslo”, tramitado por v铆a r谩pida diplom谩tica, que cre贸 la Convenci贸n sobre Municiones en Racimo. Durante mucho tiempo se opuso al modo en que se hab铆a celebrado el tratado, por fuera del marco de la ONU.
Sin embargo, en la Primera Conferencia de Revisi贸n del tratado en Dubrovnik, Croacia, que tuvo lugar el 8 de septiembre de 2015, cinco a帽os despu茅s de que el tratado entr贸 en vigor, Cuba manifest贸 que estaba considerando la posibilidad de adhesi贸n. El embajador Rodolfo Ben铆tez Verson, que represent贸 a Cuba en la conferencia, anunci贸 que el pa铆s “est谩 cumplimentando los procedimientos constitucionales necesarios para la adhesi贸n”. Manifest贸 que Cuba “apoya en茅rgicamente la prohibici贸n y la eliminaci贸n total de las municiones en racimo, y repudia el uso de estas armas”.
En la Asamblea General de la ONU celebrada en octubre de 2015, Cuba confirm贸 que estaba prepar谩ndose para adherir a la Convenci贸n sobre Municiones en Racimo y aport贸 su voto para la primera resoluci贸n de la Asamblea General en apoyo al tratado de prohibici贸n. La resoluci贸n no vinculante se aprob贸 con 139 votos y 40 abstenciones. Solamente Rusia y Zimbabwe votaron en contra.
El Monitor de Municiones en Racimo, el informe de la coalici贸n internacional de organizaciones que trabajan para erradicar estas armas, ha informado que no existen datos que indiquen que Cuba haya usado, fabricado o exportado municiones en racimo. En 2013, Cubase帽al贸 que nunca hab铆a confirmado ni negado que mantuviera reservas de municiones en racimo. Sin embargo, un referente sobre el tema, el Jane’s Information Group, asevera que el pa铆s cuenta con reservas de bombas de racimo procedentes de la Uni贸n Sovi茅tica/Rusia.
Cuba deber谩 declarar formalmente todas las reservas de municiones en racimo que tenga y destruirlas dentro del plazo de ocho a帽os estipulado para la destrucci贸n en la Convenci贸n sobre Municiones en Racimo.
Durante 2016, Human Rights Watch ha informado sobre el uso de municiones en racimo en tierra y arrojadas desde el aire en Siria y Yemen. Ninguno de estos pa铆ses ha suscripto la convenci贸n.
Las fuerzas del gobierno sirio han utilizado asiduamente municiones en racimo desde 2012, y la cantidad de ataques perpetrados pareci贸 haber aumentado sustancialmente luego de que Rusia iniciara el operativo militar conjunto con las autoridades sirias, a finales del a帽o pasado. Dado que a fines de febrero de 2016 se lleg贸 a un acuerdo de cese de hostilidades, ya no se producen ataques a diario con municiones en racimo; sin embargo, el uso de estas armas contin煤a igualmente, y en marzo se inform贸 sobre al menos seis ataques.
En el 煤ltimo a帽o, una coalici贸n encabezada por Arabia Saudita ha utilizado municiones en racimo en Yemen, en el marco de un operativo militar conjunto desplegado contra fuerzas locales hut铆es, tambi茅n conocidas como Ansar Allah. Existen evidencias de que miembros de la coalici贸n est谩n utilizando en zonas civiles municiones en racimo fabricadas en Estados Unidos que fueron transferidas recientemente, lo cual contraviene los requisitos estadounidenses sobre exportaci贸n. Y estas municiones en racimo aparentemente tambi茅n incumplir铆an el est谩ndar de fiabilidad exigido para la exportaci贸n de esas armas por EE. UU.
Con la adhesi贸n de Cuba, todos los pa铆ses de la regi贸n de Am茅rica, salvo nueve, habr谩n suscripto o ratificado la Convenci贸n sobre Municiones en Racimo. Esos nueve estados son Argentina, Bahamas, Barbados, Brasil, Dominica, Santa Luc铆a, Surinam, Estados Unidos y Venezuela.
Cuba y EE. UU. son los 煤ltimos pa铆ses en la regi贸n de Am茅rica que todav铆a no han suscripto el Tratado sobre la Prohibici贸n de Minas de 1997, que tambi茅n se negoci贸 fuera del marco de la ONU.
“La adhesi贸n de Cuba muestra c贸mo la respuesta m谩s adecuada a la nueva utilizaci贸n de municiones en racimo es reconocer y reivindicar el derecho internacional, repudiando estas armas”, expres贸 Goose. “La poblaci贸n civil ha sufrido ataques con municiones en racimo en Siria y Yemen durante 2016, y es previsible que siga habiendo v铆ctimas hasta tanto se retiren y destruyan todos los restos”.
Human Rights Watch es uno de los fundadores de la Coalici贸n contra las Municiones en Racimo, y ejerce la presidencia de esta coalici贸n internacional.
•elmercuriodigital•

“Cuba est谩 demostrando a otros actores que no est谩 bien conservar las municiones en racimo, puesto que son armas que inevitablemente causan da帽os a civiles”, observ贸 Steve Goose, director de la divisi贸n de armas de Human Rights Watch y presidente de la Coalici贸n contra las Municiones en Racimo. “Muestra adem谩s que es posible superar los cuestionamientos y trabajar conjuntamente con otras naciones en el tratado, que establece el marco internacional para erradicar las municiones en racimo”.
Las municiones en racimo representan una amenaza para los civiles, al dispersar m煤ltiples submuniciones o peque帽as cargas explosivas en un amplio radio. Una vez concluido el conflicto, siguen constituyendo una amenaza debido a los restos que dejan, incluidas las submuniciones que no explotan al impactar en la superficie y se convierten en minas de facto.
Cuba deposit贸 su instrumento de adhesi贸n a la Convenci贸n sobre Municiones en Racimo de 2008 ante la sede de Naciones Unidas en Nueva York el 6 de abril de 2016, y se convirti贸 as铆 en el pa铆s n煤mero 119 en suscribir o adherir al documento. La convenci贸n proh铆be de manera total las municiones en racimo, y exige la destrucci贸n de reservas y la limpieza de restos de municiones de racimo, as铆 como la asistencia a v铆ctimas de estas armas.
Cuba no particip贸 en el “Proceso de Oslo”, tramitado por v铆a r谩pida diplom谩tica, que cre贸 la Convenci贸n sobre Municiones en Racimo. Durante mucho tiempo se opuso al modo en que se hab铆a celebrado el tratado, por fuera del marco de la ONU.
Sin embargo, en la Primera Conferencia de Revisi贸n del tratado en Dubrovnik, Croacia, que tuvo lugar el 8 de septiembre de 2015, cinco a帽os despu茅s de que el tratado entr贸 en vigor, Cuba manifest贸 que estaba considerando la posibilidad de adhesi贸n. El embajador Rodolfo Ben铆tez Verson, que represent贸 a Cuba en la conferencia, anunci贸 que el pa铆s “est谩 cumplimentando los procedimientos constitucionales necesarios para la adhesi贸n”. Manifest贸 que Cuba “apoya en茅rgicamente la prohibici贸n y la eliminaci贸n total de las municiones en racimo, y repudia el uso de estas armas”.
En la Asamblea General de la ONU celebrada en octubre de 2015, Cuba confirm贸 que estaba prepar谩ndose para adherir a la Convenci贸n sobre Municiones en Racimo y aport贸 su voto para la primera resoluci贸n de la Asamblea General en apoyo al tratado de prohibici贸n. La resoluci贸n no vinculante se aprob贸 con 139 votos y 40 abstenciones. Solamente Rusia y Zimbabwe votaron en contra.
El Monitor de Municiones en Racimo, el informe de la coalici贸n internacional de organizaciones que trabajan para erradicar estas armas, ha informado que no existen datos que indiquen que Cuba haya usado, fabricado o exportado municiones en racimo. En 2013, Cubase帽al贸 que nunca hab铆a confirmado ni negado que mantuviera reservas de municiones en racimo. Sin embargo, un referente sobre el tema, el Jane’s Information Group, asevera que el pa铆s cuenta con reservas de bombas de racimo procedentes de la Uni贸n Sovi茅tica/Rusia.
Cuba deber谩 declarar formalmente todas las reservas de municiones en racimo que tenga y destruirlas dentro del plazo de ocho a帽os estipulado para la destrucci贸n en la Convenci贸n sobre Municiones en Racimo.
Durante 2016, Human Rights Watch ha informado sobre el uso de municiones en racimo en tierra y arrojadas desde el aire en Siria y Yemen. Ninguno de estos pa铆ses ha suscripto la convenci贸n.
Las fuerzas del gobierno sirio han utilizado asiduamente municiones en racimo desde 2012, y la cantidad de ataques perpetrados pareci贸 haber aumentado sustancialmente luego de que Rusia iniciara el operativo militar conjunto con las autoridades sirias, a finales del a帽o pasado. Dado que a fines de febrero de 2016 se lleg贸 a un acuerdo de cese de hostilidades, ya no se producen ataques a diario con municiones en racimo; sin embargo, el uso de estas armas contin煤a igualmente, y en marzo se inform贸 sobre al menos seis ataques.
En el 煤ltimo a帽o, una coalici贸n encabezada por Arabia Saudita ha utilizado municiones en racimo en Yemen, en el marco de un operativo militar conjunto desplegado contra fuerzas locales hut铆es, tambi茅n conocidas como Ansar Allah. Existen evidencias de que miembros de la coalici贸n est谩n utilizando en zonas civiles municiones en racimo fabricadas en Estados Unidos que fueron transferidas recientemente, lo cual contraviene los requisitos estadounidenses sobre exportaci贸n. Y estas municiones en racimo aparentemente tambi茅n incumplir铆an el est谩ndar de fiabilidad exigido para la exportaci贸n de esas armas por EE. UU.
Con la adhesi贸n de Cuba, todos los pa铆ses de la regi贸n de Am茅rica, salvo nueve, habr谩n suscripto o ratificado la Convenci贸n sobre Municiones en Racimo. Esos nueve estados son Argentina, Bahamas, Barbados, Brasil, Dominica, Santa Luc铆a, Surinam, Estados Unidos y Venezuela.
Cuba y EE. UU. son los 煤ltimos pa铆ses en la regi贸n de Am茅rica que todav铆a no han suscripto el Tratado sobre la Prohibici贸n de Minas de 1997, que tambi茅n se negoci贸 fuera del marco de la ONU.
“La adhesi贸n de Cuba muestra c贸mo la respuesta m谩s adecuada a la nueva utilizaci贸n de municiones en racimo es reconocer y reivindicar el derecho internacional, repudiando estas armas”, expres贸 Goose. “La poblaci贸n civil ha sufrido ataques con municiones en racimo en Siria y Yemen durante 2016, y es previsible que siga habiendo v铆ctimas hasta tanto se retiren y destruyan todos los restos”.
Human Rights Watch es uno de los fundadores de la Coalici贸n contra las Municiones en Racimo, y ejerce la presidencia de esta coalici贸n internacional.
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