Un Francisco de Goya más que cincuentón, recluido en una quinta con vistas al río Manzanares, concibió entre 1796 y 1799 los "Caprichos", su primera serie de grabados que casi dos siglos más tarde reinterpretó Dalí para reconocer en el pintor aragonés el germen del arte contemporáneo.
El resultado fue otra serie análoga pero a la que Dalí añadió entre 1973 y 1979 color, agregó algunos matices en forma de dibujos y modificó a su arbitrio los lemas que Goya (1746-1828) dispuso, como se puede apreciar desde hoy en Valladolid dentro de la exposición "Capricho surrealista", visitable hasta el 29 de mayo.
efe
•elmercuriodigital•