OPINI脫N de Ram贸n Cotarelo/ Palinuro.- Pr谩cticamente no queda nadie libre del pringue de la corrupci贸n en el PP. Las tramas delictivas ten铆an departamentos de d谩divas dedicados a repartir obsequios entre cargos p煤blicos y pol铆ticos para propiciar voluntades. Bol铆grafos, bolsos, televisores y hasta coches, seg煤n la importancia del agasajado y su capacidad de responder luego transfiriendo a las cuentas de la organizaci贸n cuantiosos recursos p煤blicos. No pod铆an faltar las cestas de Navidad, invento repleto de espa帽ol铆simos detalles: jam贸n, embutidos, turrones, cava, mazapanes y mucho espumill贸n. Algo tanentra帽ablemente nuestro trae nostalgias del pasado, por ejemplo, la pel铆cula, tambi茅n espa帽ol铆sima, Manolo, guardia urbano. El neorrealismo cutre de la posguerra se ha transformado en la 茅poca de las nuevas tecnolog铆as, cuando circulan las pantallas de plasma, los tel茅fonos m贸viles, los ipads. Cambian los objetos, pero el fondo del trinque sigue siendo el mismo.
Es llamativo el v铆nculo entre la corrupci贸n y los pol铆ticos de la derecha de mayor alarde religioso. Es el caso de la exconsejera de Educaci贸n con Aguirre, Luc铆a Figar, una devota religiosa, lo que a veces se llama una "meapilas", al servicio inondicional de los intereses de la Iglesia en el feraz territorio de la educaci贸n. Regala terrenos p煤blicos a 贸rdenes religiosas para sus negocios educativos y cuanto m谩s reaccionarias, mejor; descapitaliza la ense帽anza p煤blica y favorece la privada, en especial la concertada, que es un modo de aplicar los recursos p煤blicos a quienes menos los necesitan.
Consciente la se帽ora en su fuero interno de que su gesti贸n suscita fuerte oposici贸n en todos los estamentos y en la opini贸n p煤blica, contrata con una empresa de la G眉rtel o de la P煤nica, o de las dos un informe sobre c贸mo mejorar su reputaci贸n online. Es un documento de treinta p谩ginas repleto de vulgaridades por el que la empresa p煤nica que lo realiz贸 cobr贸 21.000 euros. Fondos p煤blicos para estudiar y mejorar la reputaci贸n personal en l铆nea de la se帽ora Figar, que no la tiene muy buena. Y eso sin contar los funcionarios que tendr铆a dedicados a ensalzar sus glorias en Twitter, como hac铆a su jefa y referente, Esperanza Aguirre.
Es una corrupci贸n muy cat贸lica a fuer de espa帽ola o al rev茅s. Es el precio corrupto de las apariencias. Lo importante no es que el cargo publico cumpla su cometido de modo eficiente, sino que lo parezca; lo importante no es la realidad, sino la imagen. La reputaci贸n debe ser buena y si, para conseguirlo, hay que comprarla, se compra. Sobre todo teniendo en cuenta que se paga con el dinero p煤blico, de todos. Es un estilo. Los 21.000 euros no alcanzan ni de lejos a los dos millones de pesetas del erario con el que Aznar quiso comprarse la medalla del Congreso de los EEUU, pero est谩n en esa l铆nea.
Es llamativo el v铆nculo entre la corrupci贸n y los pol铆ticos de la derecha de mayor alarde religioso. Es el caso de la exconsejera de Educaci贸n con Aguirre, Luc铆a Figar, una devota religiosa, lo que a veces se llama una "meapilas", al servicio inondicional de los intereses de la Iglesia en el feraz territorio de la educaci贸n. Regala terrenos p煤blicos a 贸rdenes religiosas para sus negocios educativos y cuanto m谩s reaccionarias, mejor; descapitaliza la ense帽anza p煤blica y favorece la privada, en especial la concertada, que es un modo de aplicar los recursos p煤blicos a quienes menos los necesitan.
Consciente la se帽ora en su fuero interno de que su gesti贸n suscita fuerte oposici贸n en todos los estamentos y en la opini贸n p煤blica, contrata con una empresa de la G眉rtel o de la P煤nica, o de las dos un informe sobre c贸mo mejorar su reputaci贸n online. Es un documento de treinta p谩ginas repleto de vulgaridades por el que la empresa p煤nica que lo realiz贸 cobr贸 21.000 euros. Fondos p煤blicos para estudiar y mejorar la reputaci贸n personal en l铆nea de la se帽ora Figar, que no la tiene muy buena. Y eso sin contar los funcionarios que tendr铆a dedicados a ensalzar sus glorias en Twitter, como hac铆a su jefa y referente, Esperanza Aguirre.
Es una corrupci贸n muy cat贸lica a fuer de espa帽ola o al rev茅s. Es el precio corrupto de las apariencias. Lo importante no es que el cargo publico cumpla su cometido de modo eficiente, sino que lo parezca; lo importante no es la realidad, sino la imagen. La reputaci贸n debe ser buena y si, para conseguirlo, hay que comprarla, se compra. Sobre todo teniendo en cuenta que se paga con el dinero p煤blico, de todos. Es un estilo. Los 21.000 euros no alcanzan ni de lejos a los dos millones de pesetas del erario con el que Aznar quiso comprarse la medalla del Congreso de los EEUU, pero est谩n en esa l铆nea.