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Estados Unidos condena "duramente" el atentado contra la embajada de Cuba

OPINIÓN

Por Teodoro Rentería Arróyave

Se nota, se palpa, se siente, se entiende que el ultraderechista, Donald Trump ya no es el huésped más que incómodo de la Casa Blanca, lo anterior lo mencionamos para resaltar que Estado Unidos condenó “duramente” el ataque a la embajada de Cuba en Washington. Además, se comprometió a llevar a cabo “una investigación apropiada” sobre lo ocurrido. 




“El odio lanzó anoche, otra vez, un ataque terrorista contra nuestra Embajada en Washington, en un acto de violencia y de impotencia que pudo costar valiosas vidas”, dijo el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en su cuenta de X, antes Twitter. 

Es de señalarse que inmediatamente después de conocerse los preocupantes y bochornosos actos, el canciller cubano, Bruno Rodríguez había informado durante la noche del domingo en las mismas redes sociales que la embajada de Cuba había sido blanco de un “ataque terrorista de un individuo que lanzó dos cócteles molotov”, el personal de la representación diplomática, afortunadamente, no sufrió daños. 

La afirmación de que fue un solo individuo el autor del atentado contra la sede diplomática de la mayor de Las Antillas, no supone que haya sido un acto aislado y solitario, por desgracia una gran parte de la población estadounidense se integra en esa línea absurda de la ultraderecha cuya miopía ideológica no les permite ver y menos aceptar que existen naciones con otros sistemas de gobierno. 

Esos mismos sujetos, también son los que representan al racismo ancestral, que inclusive históricamente, vulneran a sus propios connacionales por razones ideológicas, religiosas y la más despreciable, por el color de la piel. 

Si se empeñan en llegar a la verdad en las investigaciones, como lo ha prometido el gobierno estadounidense, tendrá que concluir que no es ajeno, ese reducto del somocismo instalado en una franja muy amplía de la Florida . 

La información asegura que el gobierno del presidente estadounidense Joe Biden, que mantiene una relación tensa con Cuba bajo el embargo criminal económico contra la isla impuesto desde 1962, “condena duramente el ataque reportado”, así lo afirmó el lunes por la noche en un comunicado Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Resaltó: “Los ataques contra instalaciones diplomáticas son inaceptables”. Sullivan precisó que el gobierno está “en contacto con funcionarios de la embajada cubana y autoridades encargadas de hacer cumplir la ley para garantizar una investigación apropiada y oportuna”, así como para ofrecer “apoyo para futuros esfuerzos de protección”. 

La embajadora cubana en Estados Unidos, Lianys Torres Rivera, afirmó en Twitter “X” que se permitió el acceso de las autoridades estadounidenses a la legación diplomática “para la toma de muestras de los cócteles molotov”. 

Washington reconoce que la protección de las embajadas forma parte de sus “obligaciones bajo las Convenciones de Viena” y “está comprometido con la seguridad de las instalaciones diplomáticas y de los diplomáticos que trabajan en ellas”, declaró a periodistas el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller. 

México de inmediato se solidarizó con Cuba al pedir “una investigación exhaustiva y llevar a los responsables ante la justicia”, según un comunicado de la titular de la secretaría de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena Ibarra.

El canciller Rodríguez hizo hincapié en que se trata del “segundo ataque violento contra la sede diplomática en Washington”, en referencia a otro incidente ocurrido en abril de 2020, cuando un hombre efectuó disparos contra la embajada cubana en la capital estadounidense. 

Rusia, aliado histórico de Cuba, condenó “enérgicamente” el incidente y urgió a las autoridades norteamericanas a realizar una investigación “en profundidad… Los responsables de haber orquestado esto deberán ser castigados con severidad”, dijo en un comunicado la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova. 

El ataque de la noche del domingo ocurrió unas horas después de que el presidente, Díaz-Canel regresara a La Habana después de haber pasado toda la semana en Nueva York, donde asistió a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, y a otras actividades con partidarios de Cuba en Estados Unidos. 

En Nueva York también se registraron manifestaciones de cubanos contra la presencia de Díaz-Canel en la Asamblea de la ONU, según mensajes y videos difundidos en redes sociales. “Los grupos anticubanos acuden al terrorismo al sentir impunidad, algo sobre lo que Cuba ha alertado a autoridades estadounidenses reiteradamente”, recordó el diplomático, Bruno Rodríguez en x. 

Tras la agresión de abril de 2020, las autoridades estadounidenses arrestaron a Alexander Alazo, de 42 años y residente en Texas, acusado de “asalto con intención de matar”, sin embargo, “al cabo de tres años, el comisor -encomendero- del hecho, aún espera ser juzgado y el gobierno de los Estados Unidos ha rehusado calificarlo como un acto terrorista”, dijo el lunes la cancillería cubana en un comunicado. 

A su llegada a la Casa Blanca en enero de 2021 el presidente estadounidense prometió revisar la política hacia Cuba, pero cambió de parecer tras las manifestaciones antigubernamentales de julio de ese mismo año en la isla, que se saldaron con un muerto y decenas de heridos, y tras las cuales centenas de manifestantes siguen encarcelados. 

Antes de dejar el poder en 2021, su predecesor republicano, Donald Trump, volvió a incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo y después le agregó al de naciones que no respetan la libertad religiosa. 

A estas fechas una normalización de relaciones con la isla comunista no parece estar en la agenda de Biden, pese a algunas medidas en el ámbito migratorio y al levantamiento de ciertas restricciones de viaje y al envío de remesas. 

Lo dicho: una gran parte de la población estadounidense se integra en esa línea absurda de la ultraderecha cuya miopía ideológica no les permite ver y menos aceptar que existen naciones con otros sistemas de gobierno. En su racismo ancestral, que inclusive históricamente, ha vulnerado a sus propios connacionales por razones ideológicas, religiosas y la más despreciable, por el color de la piel. Esperemos que ahora sí cumpla el gobierno estadounidense y lleve a cabo una investigación profunda y los culpables sean llevados ante los tribunales.















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