Bilbao, 17 nov (EFE).- El pintor y escultor vizcaíno Agustín Ibarrola ha fallecido la madrugada de este viernes a los 93 años en el hospital de Galdakao (Bizkaia).
Ibarrola siempre mostró un gran compromiso social y político, que le llevó a pasar años en la cárcel durante el franquismo por su militancia en el PCE y en el movimiento obrero vizcaíno, y posteriormente sus obras fueron atacadas por su activismo contra el terrorismo de ETA.
Durante la mañana numerosos dirigentes políticos han mostrado ya sus condolencias por el fallecimiento de Ibarrola, especialmente desde los partidos vascos no nacionalistas.
Ibarrola, nacido en Basauri en 1930, destacó dentro de la vanguardia vasca de la segunda mitad del pasado siglo, desde que fundó en París el grupo Equipo 57.
Entre sus creaciones destaca el Bosque de Oma, una intervención pictórica sobre los pinos de un bosque cercano a su caserío, que ha sido reabierta hace menos de un mes tras una profunda restauración (con traslado incluido) liderada por su hijo José, la Universidad del País Vasco y la Diputación de Bizkaia.
En la política, militó en el PCE durante el franquismo, del que pasó luego a Euskadiko Ezkerra, y después fue uno de los fundadores del Foro de Ermua y Basta Ya y apoyó a Rosa Díez cuando puso en marcha UPyD.
Ibarrola también es el creador del logotipo del sindicato Comisiones Obreras, con el que estuvo implicado desde la dictadura franquista.
Comprometido con el arte como acto humano
José Ibarrola, hijo del artista Agustín Ibarrola, ha declarado a EFE que su padre estaba “profundamente comprometido con el arte, que para él era una actividad humana, no divina”, y siempre tenía un componente humano.
En declaraciones desde el caserío de su padre en Oma, José Ibarrola ha señalado que su padre “ha dado mucho, es un referente en el mundo artístico del siglo XX, uno de los tres grandes de aquí con Eduardo Chillida y Jorge Oteiza”.
“Estuvo muy comprometido con su tiempo, vivió en un momento muy intenso, y con la gente; política, social y humanamente; y profundamente comprometido con el arte”, ha comentado. El pintor y escultor Agustín Ibarrola. EFE/Esteban Cobo
José Ibarrola considera que su padre fue un “titán”, como demuestra que toda su obra es “titánica” en cuanto a las dimensiones, como sus intervenciones en la naturaleza o sus esculturas urbanas.
Su hijo, también artista, destaca la “capacidad de trabajo y de creación tremenda” que demostró Agustín Ibarrola, que debe ser un “referente para muchos como artista y por su actitud ética”.
José Ibarrola comenta que en lo personal ya estaba “preparado” para la muerte de su padre porque “con 93 años te lo esperas” en cualquier momento.