OPINIÓN de A. Victoria de Andrés Fernández* Shutterstock / masamasa3 De la estupidez humana se lleva hablando desde el inicio de los tiempos puesto que, desgraciadamente, siempre ha habido estúpidos. Sin embargo, pocas veces se ha reflexionado sobre ello con tanto acierto, ingenio y brillantez como en el ensayo Allegro ma non troppo que el profesor de economía Carlo María Cipolla publicó en 1988. En él se postulan las cinco leyes de la estupidez humana y se hace una perfecta y cartesiana definición del estúpido que conviene traer a primera plana tras las últimas manifestaciones de los negacionistas de la COVID-19. ¿Qué es la estupidez? Cipolla, posicionando en abcisas la variable “ganancia para uno mismo” y, en ordenadas, “ganancia para el otro” , acota al estúpido en el cuadrante en que ambas variables tienen valores negativos. De esta manera, el estúpido sería aquel individuo que perjudica a otra persona (o grupo de personas) obteniendo perjuicio