Una besta, como se conoce en Galicia a los caballos salvajes. EFE/Cabalar Jose Cabalar | A Coruña (EFE).- El monte gallego no tiene la grandiosidad y patrocinio de otras montañas de la Península con mayor altitud, pero compensa sus intrascendentes cotas con unas condiciones climáticas que convierten a las sierras de Galicia en lugares extraordinarios. En ellas pastan libremente “as bestas», como se conoce a los caballos salvajes que han encontrado en estos lugares inhóspitos un hábitat ideal. Pese a ello, su población se sitúa al borde de la extinción. El caballo gallego de monte, también conocido como garrano, es un animal ancestral y el eje sobre el que pivota la biodiversidad del entorno en el que pasta libremente. Soporta los rigores del invierno gracias a un espeso pelaje. Pasa su vida en el monte, a diferencia del que se podría considerar caballo común, que vive en estepas y praderas. Es más bajo y ligero, con extremidades más cortas. Conserva ca...