Jorge Majfud 2002 [1] Antes un vasallo estaba unido a su se帽or por un juramento. Una infracci贸n a las reglas de juego pod铆a significar un palo en la cabeza del campesino. Para el desdichado, lo simb贸lico no era el palo, sino el Rey o el Se帽or que emit铆a su deseo en forma de orden. El Se帽or significaba la protecci贸n y el castigo. Con todo, la injusta relaci贸n social todav铆a era de hombre a hombre: el campesino pod铆a llegar a ver al Se帽or; e incluso, pod铆a llegar a matarlo, con un palo igual de consistente que el anterior. La relaci贸n que en nuestro tiempo nos une con el Dinero es del todo abstracta. En eso se parece nuestra sociedad a la del Medioevo: tememos a un ente simb贸lico e invisible, como hace mil a帽os los hombres tem铆an a Dios. Los valores de las bolsas cambian sin nuestra participaci贸n. Entre los valores y nosotros existe una teolog铆a del dinero llamada “econom铆a” que, por lo general, se encarga de explicar racio-nalmente algo que no tiene m谩s raz贸n que poder simb贸lico. Nuest...