OPINIÓN de Juan Torres López . - Es una singular casualidad que sea en España donde se celebre la reunión internacional para debatir sobre la lucha contra el hambre una vez que concluya el periodo para el que se fijaron los Objetivos del Milenio. Digo esto porque España es uno de los peores ejemplos que pueden ponerse hoy día en cuanto a ayuda al desarrollo y, por tanto, de lucha contra el hambre. A pesar del rimbombante discurso humanitario del que suelen hacer gala nuestros ministros y de las creencias religiosas que la mayoría de ellos proclaman con fervor, lo cierto es que el Gobierno español se desentiende por minutos de los compromisos de ayuda que habían contraído sus antecesores y está dejando en la estacada y sin financiación a cientos de proyectos de desarrollo. Sin ir más lejos, el dinero dedicado a ayuda al desarrollo ha descendido un 49% en los presupuestos de 2013. Así que, desgraciadamente, no parece que nuestro país tenga mucho que decir en una reunión de este tipo. Má