OPINIÓN de Ilka Oliva Corado .- No hay que ser expertos en geopolítica para saber por qué Sandra Torres no quedó como presidenta del país. Guatemala, país hermoso donde florece la poesía en cada amanecer. Guatemala, (frase trillada pero real) país de volcanes, montañas, lagunas y ríos. País de frutas tropicales, de atardeceres chiltotos en la época del frío. Guatemala, fuente de inspiración. Guatemala puede ser todo lo hermoso si nos ponemos nostálgicos. Es que Guatemala es hermosa, tan hermosa que su sociedad clasista y racista no sabe valorarla. Su sociedad patriarcal que la hace apestar a violencia de género. Esa sociedad no merece tener un país como Guatemala. No merece la inocencia de los niños de aldea, de pueblo y de arrabal. No merece la fecundidad de sus ancianos que mueren en la soledad de la miseria económica. No merece los vientres preñados de las mujeres que se parten el lomo en la exclusión, trabajando en fábricas, maquilas, mercados, fincas y bodegas. Esa sociedad patr