CARTA de David Noguera, presidente de M茅dicos Sin Fronteras Espa帽a
Estimado Sr. Presidente del Gobierno:
El sufrimiento que los migrantes y refugiados est谩n viviendo en Libia deber铆a agitar las conciencias
de los l铆deres electos y de los ciudadanos de Europa.
Cegados por su obtuso objetivo de mantener a estas personas al otro lado de sus fronteras, los
Gobiernos europeos est谩n ayudando, con su financiaci贸n, a detener la salida de embarcaciones
desde Libia. Pero esta pol铆tica tambi茅n alimenta un sistema abusivo y criminal.
El sistema de detenci贸n de migrantes y refugiados en Libia est谩 podrido hasta la m茅dula: no es
m谩s que una pr贸spera empresa de secuestro, tortura y extorsi贸n. Y los Gobiernos europeos han
optado por dejar a estas personas en manos de tal sistema.
Los refugiados y migrantes no pueden ser devueltos a Libia, ni permanecer retenidos en ese pa铆s.
M茅dicos Sin Fronteras lleva m谩s de un a帽o asistiendo a estas personas en los centros de detenci贸n
de Tr铆poli y ha sido testigo directo del r茅gimen de arresto arbitrario, extorsi贸n, abuso f铆sico y
privaci贸n de servicios b谩sicos que hombres, mujeres y ni帽os sufren en estas instalaciones.
La presidenta internacional de nuestra organizaci贸n, Joanne Liu, visit贸 la semana pasada varios
centros oficiales de detenci贸n y podemos decir que estos son solo la punta del iceberg.
Los migrantes y refugiados son tratados como mera mercanc铆a para ser explotada. Los encierran
en habitaciones oscuras, sucias y sin ventilaci贸n. Los hacinan unos encima de otros. Algunos
hombres nos contaron que los obligan a correr en grupo en el patio, desnudos, hasta caer exhaustos.
A las mujeres las violan y despu茅s las obligan a llamar a sus familias para que paguen por su
liberaci贸n. Todas las personas con las que mi compa帽era Joanne pudo hablar ped铆an entre llantos
que las sacaran de all铆. La desesperaci贸n es abrumadora.
El n煤mero de personas que parten de las costas libias rumbo a Europa se ha reducido y esto se
ha presentado como un 茅xito en la prevenci贸n de la p茅rdida de vidas en el Mediterr谩neo y como
un duro golpe a las redes de traficantes.
Pero, sabiendo lo que ocurre en Libia, hablar de 茅xito es, en el mejor de los casos, pura hipocres铆a
y, en el peor, una c铆nica complicidad con los traficantes que tratan a estos seres humanos
como mercanc铆a.
Las personas atrapadas en esta bien documentada pesadilla necesitan una salida. Necesitan que
se les facilite protecci贸n, asilo y procedimientos mejorados de repatriaci贸n voluntaria desde Libia.
Necesitan huir del peligro mediante v铆as seguras y legales; pero, hasta la fecha, solo unos pocos
han podido hacerlo.
Esta terrible violencia debe cesar. Es necesario que se respeten sus derechos humanos, incluyendo
el derecho a recibir comida, agua y atenci贸n m茅dica.
A pesar de las declaraciones de los Gobiernos sobre la inmediata necesidad de mejorar las condiciones
en que se encuentran estas personas, hoy por hoy esto no est谩 sucediendo.
En lugar de afrontar el c铆rculo vicioso que est谩n creando sus decisiones, los pol铆ticos se esconden
tras infundadas acusaciones contra las ONG y contra las personas que intentan ayudar a
quienes sufren esta situaci贸n desesperada. Durante sus operaciones de b煤squeda y rescate en el
mar, MSF ha sido blanco de disparos de una Guardia Costera libia que Europa financia; tambi茅n
hemos sido acusados reiteradamente de complicidad con los traficantes. ¿Pero qui茅n est谩 aqu铆
en connivencia con los criminales, quienes tratan de rescatar a estas personas o quienes permiten
que sean almacenadas y vendidas como una mercanc铆a?
Libia es solo el ejemplo m谩s reciente y extremo de unas pol铆ticas migratorias europeas que se remontan
a a帽os atr谩s y cuyo objetivo primordial es expulsar a migrantes y refugiados all铆 donde no
se les vea. Tanto el acuerdo entre la Uni贸n Europea y Turqu铆a de 2016, como lo que hemos visto
en Grecia, Francia, los Balcanes y m谩s all谩, marcan una tendencia al alza de cierres fronterizos y
expulsiones.
La consecuencia es que a las personas que buscan formas legales y seguras de venir a Europa
se les acaban las opciones y esto las empuja m谩s y m谩s hacia las mismas redes de tr谩fico que los
l铆deres europeos dicen querer desmantelar. Se necesitan v铆as legales y seguras para cumplir los
objetivos de control fronterizo y al mismo tiempo acabar con los incentivos perversos que permiten
prosperar a los traficantes.
No podemos decir que no sab铆amos lo que estaba sucediendo. La depredaci贸n que se alimenta
de la miseria y del horrible sufrimiento de quienes est谩n atrapados en Libia debe terminar ya.
En sus esfuerzos por frenar el flujo de migrantes y refugiados, los l铆deres europeos est谩n aceptando
que la gente sea arrojada a la extorsi贸n, la violaci贸n, la tortura y la esclavitud. Nos preguntamos
si es este el precio que Europa, y m谩s en concreto el Gobierno que Vd. preside, est谩n
dispuestos a asumir.
David Noguera
Presidente de M茅dicos Sin Fronteras Espa帽a
Estimado Sr. Presidente del Gobierno:
El sufrimiento que los migrantes y refugiados est谩n viviendo en Libia deber铆a agitar las conciencias
de los l铆deres electos y de los ciudadanos de Europa.
Cegados por su obtuso objetivo de mantener a estas personas al otro lado de sus fronteras, los
Gobiernos europeos est谩n ayudando, con su financiaci贸n, a detener la salida de embarcaciones
desde Libia. Pero esta pol铆tica tambi茅n alimenta un sistema abusivo y criminal.
El sistema de detenci贸n de migrantes y refugiados en Libia est谩 podrido hasta la m茅dula: no es
m谩s que una pr贸spera empresa de secuestro, tortura y extorsi贸n. Y los Gobiernos europeos han
optado por dejar a estas personas en manos de tal sistema.
Los refugiados y migrantes no pueden ser devueltos a Libia, ni permanecer retenidos en ese pa铆s.
M茅dicos Sin Fronteras lleva m谩s de un a帽o asistiendo a estas personas en los centros de detenci贸n
de Tr铆poli y ha sido testigo directo del r茅gimen de arresto arbitrario, extorsi贸n, abuso f铆sico y
privaci贸n de servicios b谩sicos que hombres, mujeres y ni帽os sufren en estas instalaciones.
La presidenta internacional de nuestra organizaci贸n, Joanne Liu, visit贸 la semana pasada varios
centros oficiales de detenci贸n y podemos decir que estos son solo la punta del iceberg.
Los migrantes y refugiados son tratados como mera mercanc铆a para ser explotada. Los encierran
en habitaciones oscuras, sucias y sin ventilaci贸n. Los hacinan unos encima de otros. Algunos
hombres nos contaron que los obligan a correr en grupo en el patio, desnudos, hasta caer exhaustos.
A las mujeres las violan y despu茅s las obligan a llamar a sus familias para que paguen por su
liberaci贸n. Todas las personas con las que mi compa帽era Joanne pudo hablar ped铆an entre llantos
que las sacaran de all铆. La desesperaci贸n es abrumadora.
El n煤mero de personas que parten de las costas libias rumbo a Europa se ha reducido y esto se
ha presentado como un 茅xito en la prevenci贸n de la p茅rdida de vidas en el Mediterr谩neo y como
un duro golpe a las redes de traficantes.
Pero, sabiendo lo que ocurre en Libia, hablar de 茅xito es, en el mejor de los casos, pura hipocres铆a
y, en el peor, una c铆nica complicidad con los traficantes que tratan a estos seres humanos
como mercanc铆a.
Las personas atrapadas en esta bien documentada pesadilla necesitan una salida. Necesitan que
se les facilite protecci贸n, asilo y procedimientos mejorados de repatriaci贸n voluntaria desde Libia.
Necesitan huir del peligro mediante v铆as seguras y legales; pero, hasta la fecha, solo unos pocos
han podido hacerlo.
Esta terrible violencia debe cesar. Es necesario que se respeten sus derechos humanos, incluyendo
el derecho a recibir comida, agua y atenci贸n m茅dica.
A pesar de las declaraciones de los Gobiernos sobre la inmediata necesidad de mejorar las condiciones
en que se encuentran estas personas, hoy por hoy esto no est谩 sucediendo.
En lugar de afrontar el c铆rculo vicioso que est谩n creando sus decisiones, los pol铆ticos se esconden
tras infundadas acusaciones contra las ONG y contra las personas que intentan ayudar a
quienes sufren esta situaci贸n desesperada. Durante sus operaciones de b煤squeda y rescate en el
mar, MSF ha sido blanco de disparos de una Guardia Costera libia que Europa financia; tambi茅n
hemos sido acusados reiteradamente de complicidad con los traficantes. ¿Pero qui茅n est谩 aqu铆
en connivencia con los criminales, quienes tratan de rescatar a estas personas o quienes permiten
que sean almacenadas y vendidas como una mercanc铆a?
Libia es solo el ejemplo m谩s reciente y extremo de unas pol铆ticas migratorias europeas que se remontan
a a帽os atr谩s y cuyo objetivo primordial es expulsar a migrantes y refugiados all铆 donde no
se les vea. Tanto el acuerdo entre la Uni贸n Europea y Turqu铆a de 2016, como lo que hemos visto
en Grecia, Francia, los Balcanes y m谩s all谩, marcan una tendencia al alza de cierres fronterizos y
expulsiones.
La consecuencia es que a las personas que buscan formas legales y seguras de venir a Europa
se les acaban las opciones y esto las empuja m谩s y m谩s hacia las mismas redes de tr谩fico que los
l铆deres europeos dicen querer desmantelar. Se necesitan v铆as legales y seguras para cumplir los
objetivos de control fronterizo y al mismo tiempo acabar con los incentivos perversos que permiten
prosperar a los traficantes.
No podemos decir que no sab铆amos lo que estaba sucediendo. La depredaci贸n que se alimenta
de la miseria y del horrible sufrimiento de quienes est谩n atrapados en Libia debe terminar ya.
En sus esfuerzos por frenar el flujo de migrantes y refugiados, los l铆deres europeos est谩n aceptando
que la gente sea arrojada a la extorsi贸n, la violaci贸n, la tortura y la esclavitud. Nos preguntamos
si es este el precio que Europa, y m谩s en concreto el Gobierno que Vd. preside, est谩n
dispuestos a asumir.
David Noguera
Presidente de M茅dicos Sin Fronteras Espa帽a