OPINIÓN de Silvia Ribeiro.- A principios de 2014, un reporte de Oxfam resumió gráficamente la desigualdad que impera en el mundo: 85 individuos concentran más riqueza que los 3500 millones de habitantes más pobres en el planeta, mitad de la población mundial. El informe, llamado “Gobernar para las élites: secuestro económico y desigualdad económica”, indicaba desde el título que la situación se mantiene porque las políticas gubernamentales se hacen para favorecer a los más ricos. Lo cual no sorprende, en la vasta mayoría de los casos los gobiernos y legisladores llegan a sus cargos apoyados en las “contribuciones”, por decir lo menos, de esas élites de poder económico. En un año, los 85 más ricos aumentaron su fortuna en 14 por ciento, que se tradujo, en conjunto, en ganancias por 668 millones de dólares diarios, o casi medio millón de dólares por minuto. En octubre 2014, el banco Credit Suisse publicó un informe sobre la riqueza mundial, en el que resaltaba la preocupación por los