Livia Díaz/ Tantoyuca, Ver. 10 de abril de 2001.- Estaban en el área de los quesos, tocando sus instrumentos y cantando, por la mañana en el mercado de Tantoyuca, en los pasillos del Tianguis, en donde la reunión en su entorno no era muy grande, se les oía de lejecitos, es que si no, tienen que cooperar y a veces no hay.
Antonio Mártir Pérez, con su guitarra al hombro, dijo que son de Chijolar-Chijolar, Tantoyuca. Él tiene 8 años como músico, e integrante del Trío “Estilo Huasteco”; ellos son músicos de “oidito”, de los que escuchan una canción y la repiten hasta que les sale.
Si les decían al principio, -como a muchos- “todos los músicos son borrachos”, “esa carrera es malo” pero “la verdad no. Es un buen ámbito para hacer alegrar a la gente también.”
Tocan huapangos, cumbias, boleros, corridos y rancheros. “Mientras la vamos escuchando la vamos sacando también.”
Los otros integrantes, son su cuñado Enrique Mártir quien toca el violín, y Tomás Mártir su hermano.
Cuando los entrevistamos andaban tocando y cómo luego, les dan unas monedas, se les preguntó si es un extra. Dijo que sí, vamos a “sacar primero orita, trabajar aquí y a ver qué se compra con ello.”
¿Pero entonces no es cierto eso de que se vuelven borrachos?
-Bueno el que le quiere seguir a la chupadera, pos sí, pero no, no es así, no es así.
¿En tu familia hay músicos también?
-Fue mi abuelito también mi padrino que era violinero, que descanse en paz, era violinero pero de una danza, la danza de los Chules. Mi abuelito era panadero, bueno sigue siendo panadero pero ya se retiró, ya tiene su edad, ya tiene sus 72 años, y también tocaba sones de Chules.
¿Y a él quién le enseñó?
-También le nación, así viendo con otros, que tocan y así se fue influyendo, nosotros también así, igual nacimos.
¿Y cuál canción te gusta más?
-Los huapangos de aquí de la huasteca con “El gustito” del huapango veracruzano.
Antonio Mártir Pérez, con su guitarra al hombro, dijo que son de Chijolar-Chijolar, Tantoyuca. Él tiene 8 años como músico, e integrante del Trío “Estilo Huasteco”; ellos son músicos de “oidito”, de los que escuchan una canción y la repiten hasta que les sale.
Si les decían al principio, -como a muchos- “todos los músicos son borrachos”, “esa carrera es malo” pero “la verdad no. Es un buen ámbito para hacer alegrar a la gente también.”
Tocan huapangos, cumbias, boleros, corridos y rancheros. “Mientras la vamos escuchando la vamos sacando también.”
Los otros integrantes, son su cuñado Enrique Mártir quien toca el violín, y Tomás Mártir su hermano.
Cuando los entrevistamos andaban tocando y cómo luego, les dan unas monedas, se les preguntó si es un extra. Dijo que sí, vamos a “sacar primero orita, trabajar aquí y a ver qué se compra con ello.”
¿Pero entonces no es cierto eso de que se vuelven borrachos?
-Bueno el que le quiere seguir a la chupadera, pos sí, pero no, no es así, no es así.
¿En tu familia hay músicos también?
-Fue mi abuelito también mi padrino que era violinero, que descanse en paz, era violinero pero de una danza, la danza de los Chules. Mi abuelito era panadero, bueno sigue siendo panadero pero ya se retiró, ya tiene su edad, ya tiene sus 72 años, y también tocaba sones de Chules.
¿Y a él quién le enseñó?
-También le nación, así viendo con otros, que tocan y así se fue influyendo, nosotros también así, igual nacimos.
¿Y cuál canción te gusta más?
-Los huapangos de aquí de la huasteca con “El gustito” del huapango veracruzano.
