Por Carlos Tena
Puede que exagere un poco, que la caída de este delincuente demore aún un par de años, pero lo que resulta innegable es que una mayoría de italianos no está dispuesta a que el Cavaliere siga siendo la vergüenza del país.
Tras las medidas restrictivas que ha tenido que adoptar, que afectan a salarios, pensiones y contratos laborales; a la cabeza de uno de los países más afectados por la deuda (casi 2.000 millones de dólares); definitivamente humillado por la publicación de sus hábitos más íntimos; agobiado por varios procedimientos judiciales; discutido por sus aliados políticos e incluso dentro de su propio partido, Silvio Berlusconi comienza a darse cuenta de que sus pies son de barro.
Incluso sus viejos trucos ya no funcionan. A principios de este mes de julio, enojado por la negativa a su apelación del juicio del grupo Fininvest, sabiendo que tenía todas las posibilidades de perderlo, habría intentado diferir el pago de la enorme multa que se le venía encima, aprobando una nueva ley del Código Civil que impidiese la sanción de más de 20 millones de euros que le exige la Corte Suprema italiana.
Frente a las protestas de la izquierda, de sus aliados de la Liga del Norte, e incluso miembros de su partido, Berlusconi se ve obligado a abonar 560 millones de euros a su viejo enemigo Carlo de Benedetti, al que había robado su imperio en 1991, así como comprado a jueces y abogados por medio de sobornos ya demostrados.
ROBOS, ESTAFAS, SOBORNOS, PROSTITUCIÓN, EN FIN, DEMOCRACIA LIBERAL
Esto es sólo el comienzo del final. Ayer, un tribunal de Milán rechazó todas sus peticiones para suspender el juicio referido al caso conocido como Rubygate, por el que se le acusa de relaciones sexuales con menores de edad.
Probablemente salga bien parado de este asunto, dado que será juzgado en Monza, donde los magistrados son gente de confianza del Cavaliere, pero la realidad es que el poder de Don Silvio va desvaneciéndose como el humo. El juicio de Rubygate se reanudará en septiembre y luego afrontará otra causa en la que se le acusa de haber comprado el falso testimonio de su ex abogado británico. Más tarde, otro juicio más, esta vez por evasión de impuestos y hasta podría enfrentar otros de menor calado.
Barrido en las últimas elecciones municipales, reprendido la semana pasada por Angela Merkel por su incapacidad para poner en marcha un plan de austeridad, Berlusconi atraviesa sus horas más bajas.
La pasada semana prometió que no se presentaría a las elecciones de 2013. Pero para ello, aún quedan dos años. ¿Resistirán los italianos?
Puede que exagere un poco, que la caída de este delincuente demore aún un par de años, pero lo que resulta innegable es que una mayoría de italianos no está dispuesta a que el Cavaliere siga siendo la vergüenza del país.
Tras las medidas restrictivas que ha tenido que adoptar, que afectan a salarios, pensiones y contratos laborales; a la cabeza de uno de los países más afectados por la deuda (casi 2.000 millones de dólares); definitivamente humillado por la publicación de sus hábitos más íntimos; agobiado por varios procedimientos judiciales; discutido por sus aliados políticos e incluso dentro de su propio partido, Silvio Berlusconi comienza a darse cuenta de que sus pies son de barro.
Incluso sus viejos trucos ya no funcionan. A principios de este mes de julio, enojado por la negativa a su apelación del juicio del grupo Fininvest, sabiendo que tenía todas las posibilidades de perderlo, habría intentado diferir el pago de la enorme multa que se le venía encima, aprobando una nueva ley del Código Civil que impidiese la sanción de más de 20 millones de euros que le exige la Corte Suprema italiana.
Frente a las protestas de la izquierda, de sus aliados de la Liga del Norte, e incluso miembros de su partido, Berlusconi se ve obligado a abonar 560 millones de euros a su viejo enemigo Carlo de Benedetti, al que había robado su imperio en 1991, así como comprado a jueces y abogados por medio de sobornos ya demostrados.
ROBOS, ESTAFAS, SOBORNOS, PROSTITUCIÓN, EN FIN, DEMOCRACIA LIBERAL
Esto es sólo el comienzo del final. Ayer, un tribunal de Milán rechazó todas sus peticiones para suspender el juicio referido al caso conocido como Rubygate, por el que se le acusa de relaciones sexuales con menores de edad.
Probablemente salga bien parado de este asunto, dado que será juzgado en Monza, donde los magistrados son gente de confianza del Cavaliere, pero la realidad es que el poder de Don Silvio va desvaneciéndose como el humo. El juicio de Rubygate se reanudará en septiembre y luego afrontará otra causa en la que se le acusa de haber comprado el falso testimonio de su ex abogado británico. Más tarde, otro juicio más, esta vez por evasión de impuestos y hasta podría enfrentar otros de menor calado.
Barrido en las últimas elecciones municipales, reprendido la semana pasada por Angela Merkel por su incapacidad para poner en marcha un plan de austeridad, Berlusconi atraviesa sus horas más bajas.
La pasada semana prometió que no se presentaría a las elecciones de 2013. Pero para ello, aún quedan dos años. ¿Resistirán los italianos?
