OPINIÓN de Carlos Tena
Tamaña felonía, cometida por el propio gobierno de Zapatero hace solo unas semanas, no parece ni inteligente ni certera a la hora de ganar adeptos para la causa de un colectivo que ha sumido al país ibérico en un lamentable estado de paro, desilusión, incultura, aburrimiento y entreguismo a las invasiones y genocidios cometidos por la OTAN.
Es hora de que las dos formaciones neofranquistas que se alternan en el poder, sean desbancadas por millones de ciudadanos que no deben dejarse arrastrar por las mismas falsas promesas de siempre, ante la proximidad de los comicios generales del 20 de noviembre, mientras la sanidad y la educación son privatizadas de forma descarada entre el silencio cómplice de Rubalcaba y la sonrisa estúpida de Mariano Rajoy. Una cruzada electoralista presidida por un personaje tan despreciable como el Borbón, al que una III República debería expulsar del poder en los próximos años.
Con la izquierda atomizada en decenas de colectivos ciudadanos, con unos sindicatos oficialistas entregados a la resignación y el neo esclavismo, a los recortes y las rebajas, la única solución posible al desastre de otros cuatro años de miseria moral, censura, represión y violación de los derechos humanos más elementañes, sería lograr un mínimo programa común, con el que encarar un necesario freno parlamentario al capitalismo salvaje de ambos candidatos mayoritarios, anclados en los Estados Unidos de Europa, organismo que antepone la guerra y el terrorismo de estado antes que el diálogo y las conversaciones para solucionar problemas de naciones del tercer mundo.
Dos mediocres cum laude, Rubalcaba y Rajoy, las dos ERRES de Represión y Recorte, de Rebaja y Rufianismo, amenazan desde una misma posición, con un discurso infantil y supuestamente enfrentado, la refundación democrática y la paz social. Frenarles es no sólo un deber ciudadano, sino una obligación moral.
Ni PP, ni PSOE. La mediocridad y la mentira a las alcantarillas. Ellos encarnan el verdadero Anti-Sistema, porque ellos son EL RÉGIMEN.
