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El cáncer puede ser un gran negocio

OPINIÓN de Raúl Wiener   

Cualquiera corre ante la sola mención de la palabra, menos el Dr. Vallejos para el cual el cáncer ha sido más bien una curiosa bendición que le ha permitido ejercer la doble condición de alto funcionario público y única autoridad del cáncer en todo el país, y a la vez propietario de una cadena de empresas con las que el Vallejos privado le vende servicios al Vallejos Estatal. Aquí la historia.

Si el gobierno de Ollanta Humala quiere hacer frente a la corrupción tiene un caso muy evidente frente a sus ojos. Se trata del eterno jefe del INEN (Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas), Dr. Carlos Vallejos, que ya lleva tres gobiernos en el cargo sin que nadie pueda hacer nada contra él y que se dio el lujo de ocupar por poco más de dos años la cartera de Salud, hasta el escándalo de los petroaudios, donde aprovechó para fortalecer las posiciones de poder del puesto al que regresó inmediatamente después que salieron a luz las evidencias de que era parte de los visitantes de la suite del Hotel Country donde se hacían negocios con el dominicano Fortunato Canaán.

Pues bien, este sobreviviente increíble a presidentes, ministros y escándalos, se jacta ahora de tener contactos al más alto nivel también con el gobierno nacionalista, ya que su mujer sería modista de una importante dama del régimen actual. Y es que el doctor no puede tener más buena suerte. Desde el 2002 en que llegó al INEN, que no es solo el hospital de San Borja sino la rectoría de toda las políticas públicas en relación al cáncer, lo que extiende su influencia a todas las áreas de investigación, diagnóstico y tratamiento de esta grave enfermedad, lo que incluye las unidades oncológicas del MINSA y Essalud, a nivel nacional, el imperio oncológico privado de Vallejos, con su nave madrina, la aseguradora Oncosalud, no ha cesado de crecer.

Por si alguien no lo sabe, en el INEN de avenida Primavera hay un primer pido en el circulan diariamente miles de pacientes pobres y semipobres a la espera de un turno que siempre les llega demasiado tarde para lo que se requiere cuando se trata de cáncer, pero en la segunda planta hay una clínica de primer nivel para atención privada, que en principio era una fuente de ingresos para el hospital, pero cuyo nivel de ocupación por pacientes que son clientes de Oncosalud ya sobrepasa el 70% de las camas. Literalmente se ha convertido en una clínica de la aseguradora del director del hospital estatal. Obviamente para una persona que puede pagar un seguro es siempre una mejor opción que esta garantía le de acceso cuando lo necesite a un servicio a cargo de los mismos médicos, laboratorios y medicamentos del primer instituto de cáncer del país, pero sin las colas y dilaciones de los que van al área hospitalaria. El problema no son los contratantes sino el modo como se encadena el semimonopolio de las camas de la Clínica por una sola empresa, con la presencia del Dr. Vallejos en la dirección del hospital.

Una comprobación de lo que esto significa puede hacerse solamente revisando los precios que se pagan mensualmente por los distintos seguros, lo que permite darse cuenta de que la empresa del Dr. Vallejos es largamente la más cara y a la vez la de mayor clientela, lo que sólo se explica por lo que oferta que es una servicio privado desde el INEN, donde el ubicuo doctor es el mandamás de los últimos nueve años.

Experimentaciones

Pero las gracias del Dr. Vallejos no acaban en su aseguradora y una red de proveedoras de servicios al INEN, que han cimentado la considerable fortuna personal y familiar del ex ministro, sino que llegan hasta un terreno aún más delicado que va desde el conflicto de interés hasta la falta al código de ética profesional que es burlado por este médico empresario sin mayor remordimiento. Nos referimos al caso de los Ensayo Clínicos de nuevos medicamentos en experimentación internacional que son contratados por otra empresa de Vallejos: Geco Perú (Grupo de Estudios Oncológicos del Perú), con entidades de Estados Unidos para la realización de pruebas en pacientes peruanos, a través del INEN.

En el año 2006, la ministra de Salud de Toledo, Pilar Mazzetti sacó una Ley sobre los llamados Ensayos Clínicos, que son aquellos que se realizan en personas “para determinar o confirmar los efectos clínicos-farmacológicos y/o demás efectos farmacodinámicos, detectar reacciones adversas, estudiar la absorción, distribución, metabolismo y eliminación de uno o varios productos en investigación, con el fin de determinar su eficacia y/o su seguridad” (Definiciones Médicas), que buscaba separar este delicado asunto de cualquier intervención con fines de lucro, poniendo al Estado como garante de su aplicación.

Pero al señor Alan García no se le ocurrió mejor idea que nombrar al jefe del INEN como ministro de Salud, y ni siquiera lo obligó a renunciar a esa institución y buscar un reemplazo independiente, sino que le permitió tomarse una “licencia” para después regresar al mismo logra. Vallejos, por cierto, venía de formar en el 2005 el Geco Perú, con sus amigos del INEN, el Almenara y Rebagliati, con la clara intención de intermediar en el tema de los ensayos clínicos. Así que lo más natural fue que a comienzos del 2007, en condición de nuevo ministro lograra introducir en la ley Mazzetti nada menos que 133 modificaciones orientadas a facilitar la intervención privada en convenios para la utilización de pacientes del Estado en los ensayos de medicinas que se están probando a nivel internacional.

El paso estaba abierto. Lo que seguí era que el doctor Henry Gómez de la Dirección General de Medicina del INEN y sus puntas Salas Sánchez del Hospital Almenara y Hurtado de Mendoza del Rebagialtti, convirtieran a las tres más importante entidades de tratamiento del cáncer en proveedoras de pacientes para los ensayos, y que esto se hiciera una vez sobrepasadas las fases de diagnóstico y cirugía del enfermo y cuando se le señala la necesidad de “tratamiento adyuvante” que significa en lenguaje común candidato a quimioterapia o drogas, lol que también lo convierte en candidato a la experimentación.

139 casos

Una investigación de lo sindicatos del INEN determinó que para un paquete de 139 pacientes cuyas historia clínicas fueron derivadas a Geco Perú para el cumplimiento del contrato privado que mantiene con ECOG (Eastern Cooperative Oncology Group) para la experimentación con drogas nuevas en fase de ensayo clínico, se cobró un monto promedio de dos mil dólares por persona captada y un total de 278 mil dólares, que no fueron al INEN sino a la entidad privada de propiedad del Dr. Vallejos y sus amigos, a pesar que se trataba de pacientes estatales y los medios usados fueron estatales.

En el caso de una paciente con historia clínica 0501125, se comprobó que tras la operación de cáncer a la mama a la que fue sometida, “se le informó del Protocolo E 5103” (que corresponde a los ensayos clínicos) con lo que se le dio por bien informada. Asimismo que se le explicaron los beneficios posibles del nuevo tratamiento con lo que “la paciente quedó satisfecha”. Y, finalmente, que otorgó su consentimiento informado para el uso de tejidos y sangre”, lo que significaba que podían pincharla todas las veces que quisieran para realizar tantas biopsias o exámenes que creyeran necesarias, no tanto para saber como iba su salud, sino para reportar a los laboratorios.

La señora de la historia clínica señaladas fue sometida a innumerables radiografías, tomografías, radiografías, exámenes de sangre y tejido, de alto costo para ver sus reacciones. ¿Y quién las pagó? El SIS, con los recursos del INEN y el beneficio de Geco Perú del doctor Vallejos.

Ética

El INEN tiene un Comité de Ética que preside el Dr. Rolando Calderón, y está al servicio de las actividades no ética del Dr. Vallejos:

• Permite que entidades privadas como Geco Perú realice captaciones de pacientes con las historias clínicas de su institución a las que nadie debería tener acceso.
• Permite que se realicen ensayos clínicos simultáneos a un ritmo mucho mayor al permitido para cumplir con las metas comerciales de Geco-Perú.
• Realizar experimentaciones sin que existiera reglamento de la ley de ensayos clínicos, modificada por el propio Vallejos Sologuren
• Reglamentar sólo cuando ya estaba bajo acusación fiscal por prácticas médicas inadecuadas.
• Inventar la categoría “exámenes clínicos académicos” para justificar la exoneración d e pagos al Estado para favorecer a los laboratorios con los que contrata Geco Perú.
• Trasladar al costo del SIS los casos de complicaciones que se crean por el uso de medicamentos en prueba, en vez de cubrirlos con Oncosalud.

Todo el clan de Geco Perú

- Carlos Vallejos Sologuren: actual jefe del INEN, socio fundador y apoderado de la Asociación Grupo de Estudios Clínicos Oncológicos Peruano – Geco Perú.

- Henry Leonidas Gómez Moreno: fundador y exvicepresidente de Geco Perú y actual director de la Dirección de Medicina del INEN (donde se aprueban los ensayos para uso de nuevos medicamentos)

- Jorge Fernando Salas Sánchez: fundador y actual presidente de Geco Perú y médico oncólogo del Hospital Guillermo Almenara Irigoyen.

- José Luis Fernando Hurtado de Mendoza Acurio: actual vicepresidente de Geco Perú y médico oncólogo del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati.

- Juan Fernando Miguel Suazo Casanova, fundador y actual tesorero de Geco Perú, y médico del departamento de Oncología Médica del INEN.

- Silvia Patricia Neciosup Delgado: actual secretaria de Geco Perú y médico del departamento de Oncología Médica del INEN

- María José Vallejos Fernández, actual apoderada de Geco Perú e hija de Carlos Vallejos Sologuren.

- Francisco Juan Torres Fernández, apoderado de Geco Perú




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