OPINI脫N de Gustavo Duch
¿Saben aqu铆, en su Am茅rica Ind铆gena y Latina, que en Espa帽a asistimos a una nueva competencia Madrid vs Barcelona? No es la liga de futbol ni la del baloncesto, ni la distinci贸n por ser Capital Verde Europea. Las dos ciudades compiten estos d铆as por recibir entusiasmad铆simas e impacientes la edificaci贸n de un complejo tur铆stico y de juego que quiere ser r茅plica de Las Vegas. A falta de ubicaci贸n el bautizo ya se ha oficiado: EUROVEGAS.
Un nuevo duelo de nuestra clase pol铆tica que, envidiosa de ronaldos y messis, se imaginan en las telenoticias con tijeras doradas cortando cintas inaugurales (costumbre tambi茅n de viejos dictadores que nunca pasan de moda), pronunciando discursos grandilocuentes con fuegos artificiales de fondo mientras el p煤blico aplaudimos sus genialidades. Igual en Madrid que en Barcelona, pues de partidos pol铆ticos diferentes, sue帽an sue帽os iguales
¿Los motivos de tal proyecto? En un admirable ejercicio de imaginaci贸n el Mausoleo Las Vegas vendr谩 a rescatarnos de la crisis, a inyectar fondos a las arcas p煤blicas y generar empleo directo para 200.000 personas y 100.000 m谩s en indirectos. Una lluvia de d贸lares, que llegar铆a como un regalo envuelto en progreso que s贸lo los falsos progresistas ―dicen― se atreven a cuestionar.
Pues s铆, cuestionemos ¿falsos progresistas o falso progreso? Porque m谩s y m谩s rascacielos para jugar a tocar el cielo es progresar a peor. Lo sabemos, cient铆ficamente est谩 probado que el crecimiento perpetuo s贸lo lleva al abismo. Cuando las visiones m谩s visionarias (y el sentido com煤n con m谩s sentido) nos presenta alternativas al crecimiento sin ton ni son, Madrid y Barcelona se ciegan por una inversi贸n al estilo del Viejo Oeste. Cuando el ciclo capitalista est谩 acabando, Madrid y Barcelona quieren ser su capital, sin entender que la agraciada ser谩 un simple cementerio.
Tambi茅n la Historia con su particular mano dura desmonta estos mitos y enso帽aciones. Setenta a帽os despu茅s de la construcci贸n de Las Vegas, el estado que la resguarda, Nevada, ocupa las 煤ltimas posiciones en calidad escolar, en salud de su ciudadan铆a y en proporci贸n de j贸venes con t铆tulo universitario de la Uni贸n. En cambio, es abochornada medalla de oro en desocupaci贸n y paro, medalla de plata en ejecuciones hipotecarias y medalla de bronce en cr铆menes.
El Capital inversor ya ha exigido modificaciones en las leyes laborales y de fiscalidad. Como buenos tah煤res en la primera mano han empezado muy fuerte, con un gran farol: ¡centenares de miles de puestos de trabajo!, cuando en realidad ser谩n pocos, precarios y sin futuro. Y como los libros de cuentas los llevar谩 el contable de Al Capone, tienen que hacerse algunos retoques jur铆dicos para facilitar su trabajo. Efectivamente, como en el Viejo y lejano Oeste, la ciudad elegida deber谩 de ser ciudad sin Ley.
¿Y por qu茅 Espa帽a? Dicen que por el buen clima y el buen trato, y es cierto. Aqu铆 y ahora con las arcas del Estado en subasta especulativa, el clima para estos negocios de casino es el mejorcito. Y el buen trato deparado a timadores y tramposos se cuenta en las gu铆as tur铆sticas como algo digno de conocer.
La candidatura de Barcelona, adem谩s y loquita por agradar, ha ofrecido en la permuta 250 hect谩reas de sus mejores terrenos agr铆colas periurbanos en el Delta del Llobregat. Lo vocean nuestros representantes pol铆ticos ―”se cambia para铆so agrario con sus payeses y payesas, por un para铆so fiscal de evasores de impuestos y las cartas marcadas”. Una mala jugada, porque sustituir alcachofas, zanahorias o puerros por campos de golf, ruletas y macrosalas de eventos puede parecer adelanto, pero es s贸lo un comic de ciencia ficci贸n.
Pero Sr. Sheldon Adelson, propietario de estos negocios, ―inversiones, dice la clase pol铆tica espa帽ola que le est谩 cortejando, -sepa que le esconden una informaci贸n clave a la hora de tomar su decisi贸n. La poblaci贸n de Madrid y Barcelona no son t铆teres de sus administraciones y su iniciativa desaf铆a a un invencible ej茅rcito de cucarachas que de un proyecto de precariedad laboral, injusticia fiscal, destrucci贸n ambiental y desigualdad social, har谩 un sue帽o imposible.
Los diccionarios de una nueva humanidad ya tienen las primeras galeradas. «Casino: d铆cese del h谩bitat natural del Capitalismo, donde anidaban especuladores, derrochadores, estafadores y otros p谩jaros extintos».
¿Saben aqu铆, en su Am茅rica Ind铆gena y Latina, que en Espa帽a asistimos a una nueva competencia Madrid vs Barcelona? No es la liga de futbol ni la del baloncesto, ni la distinci贸n por ser Capital Verde Europea. Las dos ciudades compiten estos d铆as por recibir entusiasmad铆simas e impacientes la edificaci贸n de un complejo tur铆stico y de juego que quiere ser r茅plica de Las Vegas. A falta de ubicaci贸n el bautizo ya se ha oficiado: EUROVEGAS.
Un nuevo duelo de nuestra clase pol铆tica que, envidiosa de ronaldos y messis, se imaginan en las telenoticias con tijeras doradas cortando cintas inaugurales (costumbre tambi茅n de viejos dictadores que nunca pasan de moda), pronunciando discursos grandilocuentes con fuegos artificiales de fondo mientras el p煤blico aplaudimos sus genialidades. Igual en Madrid que en Barcelona, pues de partidos pol铆ticos diferentes, sue帽an sue帽os iguales
¿Los motivos de tal proyecto? En un admirable ejercicio de imaginaci贸n el Mausoleo Las Vegas vendr谩 a rescatarnos de la crisis, a inyectar fondos a las arcas p煤blicas y generar empleo directo para 200.000 personas y 100.000 m谩s en indirectos. Una lluvia de d贸lares, que llegar铆a como un regalo envuelto en progreso que s贸lo los falsos progresistas ―dicen― se atreven a cuestionar.
Pues s铆, cuestionemos ¿falsos progresistas o falso progreso? Porque m谩s y m谩s rascacielos para jugar a tocar el cielo es progresar a peor. Lo sabemos, cient铆ficamente est谩 probado que el crecimiento perpetuo s贸lo lleva al abismo. Cuando las visiones m谩s visionarias (y el sentido com煤n con m谩s sentido) nos presenta alternativas al crecimiento sin ton ni son, Madrid y Barcelona se ciegan por una inversi贸n al estilo del Viejo Oeste. Cuando el ciclo capitalista est谩 acabando, Madrid y Barcelona quieren ser su capital, sin entender que la agraciada ser谩 un simple cementerio.
Tambi茅n la Historia con su particular mano dura desmonta estos mitos y enso帽aciones. Setenta a帽os despu茅s de la construcci贸n de Las Vegas, el estado que la resguarda, Nevada, ocupa las 煤ltimas posiciones en calidad escolar, en salud de su ciudadan铆a y en proporci贸n de j贸venes con t铆tulo universitario de la Uni贸n. En cambio, es abochornada medalla de oro en desocupaci贸n y paro, medalla de plata en ejecuciones hipotecarias y medalla de bronce en cr铆menes.
El Capital inversor ya ha exigido modificaciones en las leyes laborales y de fiscalidad. Como buenos tah煤res en la primera mano han empezado muy fuerte, con un gran farol: ¡centenares de miles de puestos de trabajo!, cuando en realidad ser谩n pocos, precarios y sin futuro. Y como los libros de cuentas los llevar谩 el contable de Al Capone, tienen que hacerse algunos retoques jur铆dicos para facilitar su trabajo. Efectivamente, como en el Viejo y lejano Oeste, la ciudad elegida deber谩 de ser ciudad sin Ley.
¿Y por qu茅 Espa帽a? Dicen que por el buen clima y el buen trato, y es cierto. Aqu铆 y ahora con las arcas del Estado en subasta especulativa, el clima para estos negocios de casino es el mejorcito. Y el buen trato deparado a timadores y tramposos se cuenta en las gu铆as tur铆sticas como algo digno de conocer.
La candidatura de Barcelona, adem谩s y loquita por agradar, ha ofrecido en la permuta 250 hect谩reas de sus mejores terrenos agr铆colas periurbanos en el Delta del Llobregat. Lo vocean nuestros representantes pol铆ticos ―”se cambia para铆so agrario con sus payeses y payesas, por un para铆so fiscal de evasores de impuestos y las cartas marcadas”. Una mala jugada, porque sustituir alcachofas, zanahorias o puerros por campos de golf, ruletas y macrosalas de eventos puede parecer adelanto, pero es s贸lo un comic de ciencia ficci贸n.
Pero Sr. Sheldon Adelson, propietario de estos negocios, ―inversiones, dice la clase pol铆tica espa帽ola que le est谩 cortejando, -sepa que le esconden una informaci贸n clave a la hora de tomar su decisi贸n. La poblaci贸n de Madrid y Barcelona no son t铆teres de sus administraciones y su iniciativa desaf铆a a un invencible ej茅rcito de cucarachas que de un proyecto de precariedad laboral, injusticia fiscal, destrucci贸n ambiental y desigualdad social, har谩 un sue帽o imposible.
Los diccionarios de una nueva humanidad ya tienen las primeras galeradas. «Casino: d铆cese del h谩bitat natural del Capitalismo, donde anidaban especuladores, derrochadores, estafadores y otros p谩jaros extintos».