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No les dejemos ganar esta batalla

OPINIÓN de Javier Madrazo Lavín.-

La detención de Gerardo Díaz Ferrán expresidente de la CEOE y excopropietario de Viajes Marsans, ha puesto de manifiesto, una vez más, la hipocresía y la doble moral no sólo de la cúpula empresarial española, sino también del modelo de desarrollo neoliberal que nos imponen el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo. Ahora sabemos que quien reclamaba como “respuesta” ante la evidencia de la crisis económica “trabajar más y cobrar menos”, es, cuando menos, “presunto” responsable de alzamiento de bienes y blanqueo de dinero.

Sin duda alguna, Gerardo Díaz Ferrán no es el único “delincuente” de guante blanco, que se declara insolvente para decretar la suspensión de pagos en sus empresas, solicitar un concurso de acreedores y despedir a sus empleados sin más compensación que la frustración y la desesperanza que supone inscribirse sine die en las largas listas del paro. Son muchos quienes han actuado así en el pasado, lo hacen aún en el presente y lo continuarán haciendo en el futuro. Es, de hecho, una práctica amparada por el poder e incluso por la legislación.

Se presentan ante la sociedad como “hombres de negocios” y son, en realidad, defraudadores y evasores a cuentas cifradas, ocultas en paraísos fiscales. Hoy centramos toda la atención en quien fuera el jefe de la Patronal española, pero no debemos olvidar que como Gerardo Díaz Ferrán hay miles de dueños y directivos de empresas reconocidas en el mundo entero, en muchos casos consideradas un ejemplo de solvencia y un modelo a imitar, que entre todas ellas hurtan al erario, es decir a la comunidad, más del 20 por ciento del PIB.

No deja de ser una ironía que quienes hacen de la corrupción su seña de identidad y de la apropiación ilícita de fondos públicos la base de fortunas personales de escándalo, sean, al mismo tiempo, quienes nos impongan recortes en sanidad, educación, pensiones y prestaciones sociales. El arresto y la entrada en prisión de Gerardo Díaz Ferrán puede ser una buena noticia, pero no tendrá ningún valor efectivo mientras no avancemos hacia un modelo de desarrollo alternativo que evite abusos como los cometidos por el copropietario de Viajes Marsans.

Hay razones para la impotencia y el descontento ciudadano. El malestar que se manifiesta en nuestras calles es mayor cada día que pasa y exige una respuesta adecuada por parte de unas instituciones sometidas a la presión y el control de los mercados, que corren el riesgo de quedar desautorizadas por las mismas personas a quienes deberían representar, en lugar de dejarlas abandonadas a su suerte ante un panorama desolador. En honor a la verdad, no hay espacio para el optimismo. Sólo nos queda apelar a la revolución pacífica y democrática.

La política está tan desprestigiada como lo están quienes la ejercen. Sin embargo, este hecho no debe hacernos olvidar que la política, bien entendida, puede ser un instrumento de transformación social. Necesitamos compromiso, convicciones y organización. Es preciso recuperar los principios de lucha y resistencia de la izquierda anticapitalista, que nos harán más fuertes y nos liberarán de la tiranía neoliberal, que hoy nos atenaza, mediante la extensión del miedo para bloquearnos y paralizarnos. No les dejemos ganar esta batalla.


*Artículo publicado en Noticias Obreras. Enero 2013. Javier Madrazo Lavín 




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