OPINI脫N de Ignacio Escolar/ CCS.- Cada d铆a, cerca de mil personas en el mundo mueren de hepatitis C. Hay 350.000 v铆ctimas anuales, 185 millones de personas infectadas y hay tambi茅n un remedio casi m谩gico para esta enfermedad: una medicina tan eficaz como prohibitiva. Tiene una efectividad superior al 90%, pero menos del 3% de los enfermos se la pueden pagar.
La p铆ldora milagrosa se llama Sovaldi. Su precio es de mil d贸lares por cada pastilla con 400 miligramos de una mol茅cula recientemente sintetizada, llamada sofosbuvir. Dependiendo del tipo de virus, el tratamiento completo sale por 84.000 o 168.000 d贸lares. Solo en Espa帽a, hay 900.000 afectados y 10.000 muertos al a帽o. Aqu铆 cuesta entre 50.000 y 100.000 euros, pero el Sovaldi no est谩 cubierto por la Seguridad Social.
Gran parte de estos cientos de miles de enfermos de hepatitis C en Espa帽a de los que ahora el Estado no se hace cargo fueron infectados en los hospitales p煤blicos. Este virus no se transmite con facilidad. Se contagia por v铆a sangu铆nea: intercambio de jeringuillas, uso de material m茅dico no esterilizado y, por supuesto, las transfusiones de sangre. Y durante d茅cadas en Espa帽a, hasta 1992, no fue obligatorio analizar las bolsas de sangre para detectar si el donante estaba infectado. Hay enfermas, como Aurelia G., que fueron contagiadas en hospitales p煤blicos por medio de transfusiones de sangre contaminada cuando daban a luz.
La empresa que ha patentado el Sovaldi se llama Gilead. Desde que sintetizaron esta medicina, su cotizaci贸n en bolsa se ha disparado. Las ventas de su pastilla milagro contra la hepatitis C supondr谩n solo este a帽o 1.277 millones de euros para Gilead. Tratar a todos los enfermos del planeta al precio actual de Sovaldi costar铆a m谩s de 8 billones de euros, una cifra equivalente a la suma del PIB anual de Alemania, Francia, Espa帽a, Reino Unido e Italia. ¿El coste real de producci贸n del medicamento? Entre 50 y 100 euros por paciente: mil veces menos de lo que cobran por 茅l. A煤n incluyendo la inversi贸n en la patente –un dato que Gilead no quiere dar– el sobreprecio sigue siendo disparatado.
En Estados Unidos, Sovaldi ha abierto un gran debate, donde muchos defienden, con raz贸n, que el Gobierno deber铆a intervenir contra el gran pharma para que estos nuevos medicamentos est茅n al alcance de todos. Otros pa铆ses, como India, ya han anunciado que fabricar谩n gen茅ricos sin respetar la patente –a diferencia de Espa帽a– porque lo primero es la salud de su poblaci贸n.
Sovaldi es solo el principio. En los pr贸ximos a帽os es muy probable que lleguen nuevos medicamentos milagro contra el alzh茅imer o el c谩ncer. Si nada cambia, su precio depender谩 del m谩ximo beneficio, no del coste de desarrollo ni menos a煤n de la competencia porque una patente m茅dica es un monopolio en un mercado donde el consumo no es una opci贸n. Es la bolsa o la vida: ¿cu谩nto estar铆as dispuesto a pagar por no morir?