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Explota la burbuja de Pablo Iglesias

OPINI脫N de Carlos Carnicero.- El fen贸meno podemos tuvo una efervescencia trepidante. Le ha ocurrido lo que a las marcas de detergentes, de lavadora o para limpiar la vajilla. Necesitan sobredosis de publicidad para vender. Si no se hace campa帽a desaparecen del imaginario del consumidor.

Despu茅s de lograr la haza帽a de obtener cinco esca帽os en el parlamento europeo, las apariciones de Pablo Iglesias y de otros l铆deres de la emergente formaci贸n en las tertulias de televisi贸n constituyeron una especie de S谩lvame de Luxe de la pol铆tica. Los discursos fueron incendiarios y el postureo fue dejando en evidencia que el programa de Podemos era lo m谩s parecido al contrato de Groucho Marx. Siempre estaba dispuesto a sacar otro.

De pedir la nacionalizaci贸n de la prensa para que fuera independiente han pasado a hacer silencio sobre la forma de Estado y a competir con aseveraciones moderadas con el espacio de centro. Le ha ocurrido como a los detergentes: en la media de que ya no causan sensaci贸n sus hip茅rboles y que las elecciones catalanas han desinflado el sufl茅 del hit parade de las encuestas, han desaparecido de las tertulias. La frescura, el descaro y la prepotencia de Pablo Iglesias han saturado las pantallas de televisi贸n. Sus hombros ca铆dos y sus camisas de cuadros ya producen cansancio. Los reyes del Rock evolucionan su look y con las novedades permanecen en el escenario.

Si las encuestas fueron tozudas en el ascenso de la valoraci贸n de Podemos, ahora tambi茅n en su r谩pido declive. Ya no ocupan el n煤mero uno ni el dos ni el tres. Ciudadanos les ha dado el sorpasso y las m谩s optimistas les sit煤an en el catorce por ciento. No est谩 mal, pero ya no es la eclosi贸n de quienes parec铆a que se iban a comer el Congreso.

La cacareada unidad de la izquierda no funcion贸 en Catalu帽a y s铆 en donde Podemos estaba del todo escondido. Manuela Carmena y Ada Colau tienen perfil propio, y cuando comparec铆an con Iglesias, este solo era telonero.

La insolencia es un arma de doble filo. Si los espectadores perciben que en realidad es prepotencia, cambian de canal. En todo el proceso de negociaci贸n con Izquierda Unida, a Pablo Iglesias se le ha ido la mano. Ahora Alberto Garz贸n produce menos rechazo y m谩s adhesi贸n personal que el l铆der de Podemos.

Fata poco m谩s de dos meses para las generales. Y sin campa帽a de publicidad en las tertulias, con el desgaste de Pablo Iglesias como novedad, al l铆der de Podemos le puede pasar como a Chiquito de la Calzada o al Padre Apeles. Los espectadores casi no se acuerdan de ellos por sobredosis.

PD: Pablo Iglesias acude poco al Parlamento Europeo. En el 煤ltimo pleno de Estrasburgo ni siquiera estaba en el momento en que el presidente le concedi贸 la palabra que hab铆a solicitado el l铆der de Podemos para hablar en el pleno. Pero cobra religiosamente cada mes. Algo parecido a un miembro de la casta.

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