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WWF denuncia graves carencias en la lucha contra el negocio de la extinción en España

España tiene un relevante papel como importador y exportador de flora y fauna silvestre al resto de Europa y del mundo. Así lo destaca un nuevo informe de WWF "El negocio de la extinción en España", sobre la situación del comercio legal y del tráfico ilegal de especies en nuestro país.




El estudio se enmarca dentro de la campaña "Stop Tráfico de Especies" que la organización tiene en marcha para luchar contra este problema y que cuenta ya con más de 55.000 apoyos para pedir que el Gobierno dé la máxima prioridad a este tema.
España es el principal país de destino de pieles de reptil del mundo (31%), por delante de Singapur (16%). Casi 1/3 de las pieles con las que se trafica en el mundo acaba en España.
Las incautaciones de angulas con destino a China o Japón han pasado de 20 kg (2005-12) a más de 7.000 (2012-2018)
España canaliza también un importante tráfico de ejemplares vivos de reptiles (como la tortuga mora del norte de África o especies exóticas de Latinoamérica) y de aves (rapaces y loros).
Pese al importante tráfico de especies que se registra, nuestro país carece de un centro de rescate de referencia.



El estudio, que recoge datos sobre comercio legal y tráfico ilegal de especies en España entre 2006 y 2015, arroja conclusiones preocupantes: un notable aumento de la demanda comercial, un promedio de más de 3.300 especímenes incautados al año en esa década y problemas de falta de recursos, escasa coordinación entre administraciones y poco rigor en la aplicación de la normativa reguladora, de una de las mayores amenazas para la conservación de la biodiversidad. INFORME COMPLETO

Comercio legal: casi 5 millones de especímenes CITES

España desempeña un papel fundamental en el comercio internacional de especies debido a su estratégica situación geográfica y sus relaciones históricas con el norte de África y Latinoamérica.
Las tendencias de los últimos años apuntan a que España es un relevante importador: solo entre 2006 y 2015 se importaron unos 4,5 millones de especímenes CITES[1].
Destacan los reptiles con 2,5 millones de unidades, seguidos de plantas con 1,7 millones y de mamíferos con cerca de 92.000 ejemplares. Del total, cerca de 2,3 millones fueron ejemplares vivos. Además, es interesante subrayar los casi 9.000 objetos pertenecientes a trofeos de caza, entre los que destacan 1.095 trofeos de elefante africano.

En cuanto a las exportaciones legales, estas responden a ciertas capacidades de producción o transformación más que a la fauna propia de España. No en vano, es un importante productor de aves rapaces, sobre todo diurnas, con destino países de Oriente Medio para la cetrería.

También destaca el papel de nuestro país como reexportador de pieles de reptiles, previamente importadas, que se vuelven a exportar una vez curtidas y acabadas.

Es clave destacar que, aunque el comercio se realiza sobre especies autorizadas y productos legales y el tráfico sobre especies protegidas y productos prohibidos, la línea entre ambas es mucho muy estrecha, ya que parte del tráfico ilegal acaba revirtiendo en canales autorizados a través de procesos como el "blanqueo".

Tráfico ilegal: España como puerta de entrada

De hecho, España es también puerta de entrada de importantes cantidades de animales que pertenecen al tráfico ilegal de especies silvestres, uno de los delitos organizados más lucrativos a nivel mundial. Entre 2005 y 2012 se han incautado en España 40.500 especímenes de CITES, de los que prácticamente la mitad (19.500) corresponden a reptiles.  Además se han intervenido 5.000 peces, 5.000 plantas, 3.000 mamíferos y 2.700 aves.
Los reptiles constituyen el grupo más traficado en España, destacando las pieles que alcanzan el 60% de las incautaciones.

España es, de hecho, el principal país de destino de pieles de reptil del mundo (31%), por delante de Singapur (16%). Casi 1/3 de las pieles con las que se trafica en el mundo acaba en España. El resto de incautaciones corresponden a animales vivos para mascotas, destacando la tortuga mora, que se importa desde el norte de África, además de especímenes raros de varias especies de distintas partes del mundo.
Entre las plantas destacan sobre todo los cactus que se importan para su re-exportación.

El caso de las angulas merece mención especial entre los peces pues es, en los últimos años, la especie más importante del tráfico ilegal. Durante el período de estudio tan sólo se detectaron 20 kg de esta especie, pero desde entonces el SEPRONA ha incautado más de 7.000 kg.  Es, prácticamente la única especie autóctona con la que se trafica. Su exportación ilegal responde en gran medida a la enorme demanda de angulas por parte de China, mercado gastronómico en el que son altamente valoradas: un kilo puede alcanzar los 1.500 euros. Este tráfico está causando un impacto enorme en las esquilmadas poblaciones de la especie, además de un grave daño económico a nuestras pesquerías.

Asimismo, España canaliza la entrada y venta ilegal de varios grupos de aves. Así, nuestro país es lugar de paso de huevos y de ejemplares vivos de psitácidas (loros y afines) y de reptiles exóticos, que vienen de países iberoamericanos; también es lugar importante de tráfico de aves rapaces (destacando distintas especies de halcones del género Falco, algunas de las cuales son susceptibles de proceder de capturas en el campo..
Un sangriento negocio de hasta 20.000 millones de euros.

El tráfico de especies es un sangriento negocio que mueve entre 8.000 y 20.000 millones de euros al año. Es un crimen equiparable por volumen de negocio al tráfico de drogas o al de armas y, sin embargo, está mucho menos perseguido. Este delito, que promueven poderosas mafias internacionales, es un crimen contra la naturaleza en el que solo unos pocos se enriquecen.

Además, es la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo, después de la destrucción de hábitats. Traficar con fauna y flora salvaje amenaza la supervivencia de animales como el tigre, el elefante o el rinoceronte, especies bandera de la lucha de WWF contra este negocio y que se encuentran en peligro de extinción por la ambición humana.

Para luchar contra este crimen sangriento WWF ha creado la campaña Stop Tráfico de especies  en la que pide apoyo  a la ciudadanía  para movilizar al Gobierno y frenar este tráfico.

12 propuestas de WWF para hacer frente al problema

En la lucha contra este crimen, las autoridades enfrentan notables problemas, entre los que se encuentran la falta de medios, el blanqueo de especies pertenecientes al tráfico ilegal, la carencia de sensibilización sobre la demanda o la falta de control sobre la venta por internet.

Para tratar de mejorar esta situación, en abril de este año, el gobierno español publicó el Acuerdo de Aprobación del Plan de Acción español contra el Tráfico Ilegal y el Furtivismo Internacional de Especies Silvestres (plan TIFIES).

El documento supondrá una notable mejora en la lucha contra el tráfico de especies. Sin embargo, también presenta algunas carencias notables, como la necesidad de mejora de recursos humanos y técnicos, una mayor atención a la situación de los centros de rescate y a los planes de retorno de las especies incautadas o una mayor implicación de la sociedad civil.

Por ello, WWF incluye en el informe 12 peticiones para ayudar a hacer frente al negocio de especies en España, entre las que destacan la dotación a TIFIES de un presupuesto específico y el incremento de los recursos humanos y técnicos aplicarlo, el incremento de los trabajos de investigación sobre las redes criminales en España o la mejora de la situación de los centros de rescate.

[1] CITES (Convención Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) es un convenio que controla el comercio internacional sin amenazar la supervivencia de las especies. España se adhirió en 1986.


WWF


Entre los años 2006 y 2016 se importaron en España unos 4,5 millones de especímenes amparados por el Convenio internacional CITES contra el tráfico de especies protegidas, y es además el principal país de destino de pieles de reptil del mundo o uno de los principales canales de distribución de ejemplares vivos de reptiles y de aves, como rapaces y loros.

Los datos se ponen de relieve en el informe “El negocio de la extinción en España”, realizado por la organización WWF dentro de la campaña “Stop tráfico de especies“, que cuenta ya con casi 60.000 apoyos para pedir que el Gobierno que dé la máxima prioridad a un problema que por volumen de negocio compara con el tráfico de drogas o el de armas.


© WWF-UK






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