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El silencio ante el oprobio

OPINI脫N de Ilka Oliva Corado.- Existen muchas formas para ser cobardes, canallas y ruines, existen muchas formas para matar sin apretar el gatillo, de violar sin tocar un cuerpo y todas se compactan en el silencio; guardando silencio ante el oprobio violentamos y asesinamos doblemente: nos convertimos en c贸mplices de los delitos m谩s crueles. Cuando nos escudamos en ideolog铆as y religiones como pretexto para esconder nuestra mediocridad y miseria de ingratos deshumanizados, alevosos y altaneros. O peor a煤n cuando decimos que no tenemos ninguna ideolog铆a y ninguna postura pol铆tica por ende no nos involucramos creyendo que eso nos salva de problemas y nos permite estar en paz con todos: porque lo importante es no incomodar a nadie.

Hay muchas formas de evadir la realidad y pretender que nada sucede: volteando a ver a otro lugar, meti茅ndonos dentro de nuestras burbujas, viendo y fingir que eso no es real o que porque no sucede enfrente de nuestra casa, dentro de nuestras cuatro paredes, porque no toca a nuestra familia directamente no nos puede afectar. Tomando la postura del que se帽ala con el dedo acusador crey茅ndonos superiores y limpios, aj谩 limpios por mantenernos al margen: que afecte a otros a los que se meten en camisa de once varas por est煤pidos que total en este mundo todo est谩 dicho y hecho y no hay nada qu茅 cambiar solo seguir los patrones y m谩s cuando 茅stos nos benefician a nosotros que solemos obtener nuestros objetivos pasando sobre los dem谩s; o que cobardemente no luchamos por estos porque sabemos que para luchar se necesitan agallas y m谩s cuando las luchas son colectivas y buscan derribar imperios y normas, eliminar injusticias e impunidad; nos dedicamos a se帽alar porque es mejor estar del lado del ingrato que del que pone el pecho. Nosotros que tuvimos la suerte de no sufrirla ni lucharla como otros, porque nacimos con privilegios.

Cuando sabemos que el beneficio principal lo tendr谩n otros no nosotros directamente, esos otros: los m谩s golpeados del sistema y los de la alcantarilla en la escalera de las clases sociales, entonces nos desligamos porque el pastel entero no ser谩 para nosotros, azadones: que todo es para dentro. Y cuando el odio nos inunda o m谩s bien lo exhalamos y nos entra el miedo de solo pensar que los de la alcantarilla tengan acceso a nuestros derechos y peor a煤n a nuestra comodidad. Nos irrita solo pensar que esa gente pueda comer tres tiempos al d铆a, que esos ni帽os puedan tener techo, ropa y calzado como los nuestros o peor a煤n que puedan ir a la escuela y jugar con ellos, ¡el acabose que sean amigos!

¿Qu茅 haremos sin sirvientas y sin jardineros? ¿Sin los jornaleros que corten la ca帽a, las verduras, el caf茅?¿Sin los cargadores de bultos en los mercados? ¿Qu茅 haremos sin el que nos lustra los zapatos? ¿Sin casas de citas y bares? ¿Qu茅 haremos sin la que nos limpia la caca del perro y de los ni帽os? Es 茅se el miedo, que un d铆a las cosas se emparejen. Sumado nuestro racismo porque como mentes colonizadas nos creemos anglos, arios siendo mestizos y cuando la realidad nos golpea solo al vernos al espejo, nos desquitamos con los que f铆sicamente se ven como nosotros y que creemos inferiores, porque hagamos lo que hagamos y pensemos como pensamos la ra铆z ancestral siempre estar谩 como huella milenaria de nuestro origen aunque reneguemos de ella.

Es cobarde muy cobarde haber salido de una clase social por esfuerzo propio, suerte de la vida, o como quiera que haya sido y; desde otra postura de beneficio econ贸mico actuar como el patr贸n abusador contra los que un d铆a fueron nuestros vecinos, amigos, conocidos o simplemente un cofrade de la misma clase social. Eso hace el silencio, nos convierte en c贸mplices del abuso. Es muy cobarde tambi茅n independientemente de la clase social, ideolog铆a y religi贸n fingir que nada pasa, solapar y ser parte de la manipulaci贸n medi谩tica, colaborar en la desinformaci贸n, aplaudir el abuso de poder o no decir nada. No decir nada es como aceptar, dar por hecho, es una palmadita en la espalda del abusador. Qu茅 bueno que nosotros tuvimos la suerte de no sufrir hambre ni fr铆o, que tuvimos el beneficio de la educaci贸n superior, y tuvimos techo, la comida caliente, lo b谩sico para sobrevivir, ¿por qu茅 nos negamos a que otros tengan lo mismo?

Los derechos y las obligaciones est谩n a la par, van de la mano tenemos el derecho a guardar silencio y la obligaci贸n de no hacerlo, tenemos la obligaci贸n de denunciar, levantar la voz, de por lo menos no quedarnos en la mediocridad de ver el abuso hacia los otros y cobardemente escondernos dentro de nuestra burbuja porque es mejor que ni hieda ni apeste. Y muy a pesar de nuestra cobard铆a, de nuestra ingratitud, los pueblos seguir谩n su camino en una lucha imparable, por m谩s que los traicionemos, por m谩s que guardemos silencio, por m谩s que escupamos nuestra ra铆z ancestral, por m谩s que finjamos no ver, porque los pueblos tienen algo que nosotros no y que no se puede comprar con dinero, contactos, sobornos, violencia ni silencio: agallas, los pueblos tienen agallas.



Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com
Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado
19 de noviembre de 2019.

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