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No se negocia con el clima

Escaladores de Greenpeace cuelgan varias pancartas frente a la COP para pedir un acuerdo justo y que no se negocie con el clima.
Los activistas han desplegado varias pancartas de 20 m2 en las torres de iluminación frente a las instalaciones que acogen la Cumbre del Clima.
Greenpeace denuncia que las negociaciones están contaminadas por quienes quieren hacer de la acción climática un negocio o quienes bloquean cualquier avance
La organización exige que los gobiernos aprovechen la recta final de la reunión para escuchar a la gente y aumentar el nivel de ambición.
A pesar de los obstáculos en Europa para fijar el año para la neutralidad climática en 2050, la UE no debe retrasar la acción climática urgente en el corto plazo
Debe formarse un Gobierno estable en España que eleve los objetivos de reducción de emisiones al 55% en el año 2030 respecto a 1990

A primera hora de la mañana, una treintena de activistas de Greenpeace han escalado a varias torres de iluminación ubicadas frente a las instalaciones de Ifema en Madrid, donde se está desarrollando la COP25, y han desplegado varias pancartas de 20 m2 con el mensaje en español “El clima no es un negocio” y en inglés “Our politics are polluted”.

Con esta acción de denuncia, Greenpeace quiere visualizar la negativa influencia que tiene para las negociaciones la acción de diferentes grupos de presión, especialmente de las empresas del sector de las energías sucias como el carbón y el petróleo, que están detrás de los bloqueos que siguen impidiendo un acuerdo en las negociaciones para tratar de salvar el clima.

Según Greenpeace, los intereses del petróleo, el gas y el carbón no pueden ser juez y parte. Tienen que salirse de la política. No pueden estar en la mesa donde se decide cómo se va a terminar con la emergencia climática que ellos causaron. Se tienen que salir del proceso y deben rendir cuentas del daño que han causado durante décadas.

“Cuando está a punto de terminar la Cumbre del Clima de Madrid, todavía estamos esperando que las partes presentes en las negociaciones alcancen un acuerdo que asegure que todos los países presentarán planes más ambiciosos que los actuales para llegar a la próxima cumbre del clima de Glasgow con garantías de que va a ser posible salvar el clima”, ha declarado José Luis García Ortega, responsable de la delegación de Greenpeace España en la COP25. Un nuevo informe de las Naciones Unidas muestra que las promesas actuales sobre el clima mundial darán lugar a 3,2°C de calentamiento global.

Hasta el momento, los líderes políticos no están aprovechando la oportunidad de superar el creciente escepticismo mundial en torno a su capacidad para poner fin a la emergencia climática y de escuchar a las millones de personas, lideradas por las más jóvenes, que han salido a la calle para pedir medidas reales y urgentes para salvar el clima.

“Si algo ha cambiado en esta COP respecto a todas las anteriores es que la ciudadanía ha despertado ante la emergencia climática. Las movilizaciones no se detendrán hasta que los intereses privados que negocian con el clima sean echados de los espacios que deberían ser dedicados a defender los derechos ciudadanos a tener un clima que permita albergar la vida”, ha añadido el portavoz de Greenpeace.

Greenpeace exige que el acuerdo que salga de esta COP incluya:

–Mejorar urgentemente los objetivos de acción climática y esbozar una hoja de ruta para presentar planes más ambiciosos (NDC) en 2020, a tiempo de que puedan ser evaluados antes de la COP26.

–Asegurar que los costos de la transición energética no se trasladen a la población y que las comunidades vulnerables reciban apoyo para reaccionar ante los impactos climáticos.

–Evitar favorecer a los traficantes de emisiones, que harían inútil el Acuerdo de París.

–Escuchar a la ciencia y a la gente, no a las poderosas industrias extractivas y a las causantes del cambio climático que bloquean el avance en la lucha climática.

Greenpeace recuerda que el próximo Gobierno de España deberá poner entre sus prioridades la lucha contra el cambio climático, en coherencia con las posiciones que ha defendido durante la COP para que se aumente la ambición. La primera medida debería ser la aprobación de una ley de cambio climático y transición energética, y la presentación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, con objetivos acordes con la ciencia del clima, para que España reduzca sus emisiones al menos un 55% en 2030 respecto a 1990 y que éstas se reduzcan a cero neto en 2040.

Reactivo de Greenpeace ante las Conclusiones sobre clima del Consejo Europeo

Tras largas conversaciones a altas horas de la pasada noche, durante el Consejo Europeo celebrado estos días en Bruselas, 27 de los 28 gobiernos europeos acordaron alcanzar la neutralidad climática para 2050, abriendo también la puerta a acordar una acción más inmediata, ya en 2030, para la UE. A pesar de la continua oposición de Polonia, la Comisión Europea procederá a principios de 2020 con un plan para consagrar el objetivo de 2050 en ley. Esto no requeriría el apoyo unánime de los gobiernos y no podría ser bloqueado por Varsovia.

Greenpeace demanda a Europa que eleve los objetivos de reducción de emisiones en, al menos, un 65% para el año 2030 (en comparación con los niveles de 1990) alineándose así con las recomendaciones científicas para no superar 1,5 ºC las temperaturas globales. La organización ecologista recuerda a Europa que no puede quedarse atascada en la rutina puesto que la emergencia climática no puede esperar ni negociarse y los gobiernos europeos deben centrar urgentemente su atención en medidas mucho más inmediatas para intensificar la acción climática, de lo contrario alcanzar la neutralidad climática será mucho más costoso y difícil.

El Consejo terminó con un gran desacuerdo entre diferentes países ante el presidente francés Emmanuel Macron al lado de los gobiernos polaco, checo y húngaro para forzar el reconocimiento de que algunos países afirman que dependen de la energía nuclear.

Greenpeace denuncia que la energía nuclear es una distracción peligrosa y costosa que obstruye el desarrollo de la transición energética necesaria hacia un modelo energético 100% renovable en manos de la ciudadanía.

Decenas de activistas de Greenpeace Bélgica organizaron una espectacular protesta ayer en la sede de la cumbre para demandar que un objetivo a largo plazo debe ir de la mano de una acción más urgente a corto plazo para hacer frente a la emergencia climática. La cumbre de la UE se celebra al mismo tiempo que tiene lugar en Madrid la Cumbre internacional sobre el clima COP25.




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